Hubo un tiempo en España que
era toda ella como una vieja fotografía en blanco y negro y no pretendo hacer un juicio de valor a una
determinada época de nuestra historia pues eso hay que dejárselo a los expertos
en la materia como son los historiadores.
Al nacer en 1969 tengo vagos
recuerdos de esa España en blanco y negro. De esos años recuerdo una televisión
con una sola cadena, la UHF se veía con mezclilla y cada vez que saltaba el
levante nos teníamos que subir a la azotea para mover la antena para que se
pudiera sintonizar en el vetusto aparato de televisión que existían en el salón
de casa y que cada vez que se encendía aparecían las imágenes en ese blanco y
negro que predominaba en toda la Nación. La radio ya era otra cosa y alrededor
de ella también han crecido muchos españoles ya sea escuchando los programas
que se emitían o los partidos de fútbol de cada domingo.
Pienso que mi generación y las
que nos sucedieron fuimos testigos directos de un cambio que hoy en día no se
da demasiada importancia pues los que lo critican, la mayoría demasiados
jóvenes, piensan en su ignorancia que todo esto huele a rancio. El cambio de
pasar de una España en blanco y negro a otra en color se llama Transición.
Soy de los que piensa que en
los primeros años de esa modélica Transición de pasar de un régimen autoritario
a otro democrático se vivía con mayores cotas de libertad de las que gozamos
hoy en día porque en esos tiempos se podía opinar y escribir de lo que cada uno
pensara sin temer ninguna denuncia o persecución de los distintos lobbyes que
se acomodan en la sociedad.
Conversar con personas que han
formado parte de la historia de España con mayúsculas es entender mejor lo que
entonces sucedió y también lo que hoy está sucediendo. Personalidades como José
Manuel Otero Novas, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, Marcelino Oreja,
Miguel Roca, Felipe González, Alfonso Guerra entre otros muchos así como S. M.
el Rey Don Juan Carlos nos pueden contar los entresijos internos de como unir
sensibilidades políticas y sociales para construir sin ningún tipo de
estridencias la España que estamos disfrutando y que también entre unos y otros
la estamos destruyendo.
Muchos fueron los periodistas
que nos contaron todo este proceso, periodistas de raza, periodistas con una
inmensa credibilidad y que ya van quedando menos. Recordar a Fernando González
Urbaneja, Iñaki Gabilondo, Victoria Prego, Luis del Olmo, Luis María Ansón,
Manuel Campos Vidal, Pedro J. Ramírez, Fernando Ónega o Pepe Oneto…
El lunes 7 de octubre, día de
la Santísima Virgen del Rosario, nos enterábamos del fallecimiento del
prestigioso periodista D. José Oneto Revuelta que ha ejercido su labor
profesional en toda España y parte del mundo teniendo en su historial una
impecable labor al servicio del periodismo que es lo mismo que decir de la
Libertad.
Pero si algo destaca en él fue
su amor por San Fernando al que ha intentado servir en todo momento donde
estuviese tal y como se ha comentado por diferentes periodistas, escritores,
políticos, amigos rotos por el dolor ante su muerte.
Hoy San Fernando ha despedido a un
isleño universal de forma solemne que ha sido admirado en su tierra y lo ha
despedido con inmensa tristeza porque sabía que lo estaba haciendo con un
cañaílla que ejercía como tal así como un periodista de enorme valía que tenía
en sus manos muchos hilos por los que se mueve el poder. Ya solo queda rezar
por su alma para que pueda descansar en paz en su bendita Isla de León.
Aprovecho estas líneas para mostrar mi pesar a su familia, amigos así como a la
Ciudad de San Fernando.
Sí, poco a poco van muriendo
los protagonistas que con su esfuerzo y dedicación hicieron posible una
Transición modélica que nos llevó del blanco y negro al colorido espacio de
Libertad que dista mucho de la idea del “todo puedo”, del “libertinaje” que
parece se está instaurando en nuestra bendita España con el permiso de muchos
políticos, generalizar no sería justo, que solo piensan en servirse a ellos mismos.
Jesús Rodríguez Arias
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