Estamos viviendo en una sociedad tan “avanzada”, tan “progresista”, tan revolucionaria en tantos aspectos que nos estamos convirtiendo en una sociedad puritana y con demasiados mojigatos...
Y de mojigatos va mi semanal tribuna de todos los lunes en Información San Fernando.
Jesús Rodríguez Arias
MOJIGATOS
Estamos viviendo en una
sociedad tan “avanzada”, tan “progresista”, tan revolucionaria en tantos
aspectos que nos estamos convirtiendo en una sociedad puritana y con demasiados
mojigatos.
Y si no por qué están casi
todos atentos a la vida y milagros de los demás. Se crítica como son, como
visten, como hablan, en definitiva como viven. Sí, nos estamos convirtiendo en
esos vecinos cotillas de antaño que se pasaban media vida en el cierro, tras un
visillo, donde controlaban el ir y venir del resto o esos que cuando escuchaban
pasos en las escaleras se asomaban a la
mirilla para ver quién subía o bajaba, a qué horas y sobre todo si lo hacía
solo o acompañado.
Aunque en los tiempos que
corren proclamamos a boca abierta que somos respetuosos con todos pues tenemos
una mente abierta y ciertamente liberal os diré sin ánimo de que os vengáis
abajo que eso simplemente es incierto.
Si no fuera así no nos
sentiríamos tan “ofendidos” por lo que dice fulanito, como viste menganita, con
quién va zutanito o la forma de pensar de esa persona tan formal y seria que
sigue siéndolo pero que a diferencia de los mojigatos ha evolucionado y tiene
criterio propio de vida.
Vivimos con una estructura
demasiado cuadriculada y no diferenciamos el polvo de la paja que hace le
pongamos el correspondiente sambenito a quienes
pensamos que no tienen la misma visión de la vida que nosotros. Aquí
todo es criticable, todo nos ruboriza, nos espanta, además estos sentimientos
son universales pues se percibe desde cualquier ámbito de la vida sin importar
ideologías o creencias, ya que todos sin excepción se escandalizan con la
actitud del “contrario” porque en verdad todos y cada uno de nosotros somos un
poco mojigatos.
Mojigatos hay en todas las
vertientes de la vida y también existen en esa “fauna” que rodea la Iglesia
como pueden ser los curitis, los beatos y demás conceptos que iremos
desarrollando más adelante.
¿Que el mojigato puede ser a
la vez curitis, beato y meapilas? ¡Por supuesto! Me sorprendería muy mucho que
le faltara alguno de estos ingredientes además de otros cuantos que
enumeraremos en su momento.
Este tipo de mojigato es
eminente puritano y se escandaliza de todo cuanto le avergüence por lo que en su ideario de vida no puede
haber nada que le haga sentir
escandalizado observando con especial detenimiento el decoro y el pudor de los
demás más que los propios.
Un buen mojigato no lo veréis
públicamente contando un chiste “verde”, aunque sí riéndose con estos, serán
ciertamente inquisitoriales si te atreves a escribir o publicar algo que en su
entender atente contra su forma de entender el pudor. En este apartado también
aparece el rancio puritanismo del que hacen uso con total vehemencia destacando
tanto en público como en privado que tenían otra concepción de ti, que
esperaban que fueras más serio, más formal, como lo ha sido tu familia de
generación en generación, porque tu prestigio difiere mucho con lo que has
dicho, escrito o hecho en plan jocoso. Y si para colmo has utilizado la fina
ironía, que es el lenguaje de los inteligentes, ya el esperpento se convierte
en un desastre de tamaña consideración.
Todo mojigato además de
puritano en verdad es un dogmático de tomo y lomo que piensa está en la razón
absoluta y que puede poner la etiqueta a quién quiera por el solo hecho de no
pensar como él pues el concepto de Libertad queda a años luz de su forma tan
exclusiva de ver las cosas.
Hay mojigatos en cualquier
sector de la vida y todos ellos tendrían que estar más atentos a sus propios
actos así como los de su círculo más íntimo y dejar a los demás vivir su vida
según su coherencia personal y haciendo uso de la Libertad que nos regala Dios
desde que nacemos.
Personalmente os diré que
siempre intento estar lejos de los mojigatos, los puritanos, los dogmáticos, y
todos los que te señalan gratuitamente porque no hay nada que me dé más coraje
que el chismorreo gratuito y el sangrante “critiqueo”...
Vive y deja vivir: ¡He ahí la
cuestión!
Jesús Rodríguez Arias
No hay comentarios:
Publicar un comentario