Permitidme que en este segundo artículo de mi semanal tribuna de todos los lunes no caiga en la tentación y escriba de temas candentes de actualidad ya sea a nivel general o local que me indignan, soliviantan y entristecen.
No, no quiero caer en la tentación pero me parece que va a ser todo lo contrario pues en verdad el no hacerlo serían en sí un acto de incoherencia por mi parte.
Pues eso...
Jesús Rodríguez Arias
No, no
voy a caer en la tentación de escribir y opinar ante tantos frentes abiertos
que hacen me soliviante y pierda el necesario sosiego que debe impregnar la
vida.
No voy
a caer en la tentación de hablar del inefable presidente del gobierno que con
sempiterna actitud provocadora lamentó profundamente la muerte del preso etarra
Igor González Sola. Lo hizo desde la tribuna de oradores del Senado, Cámara
Alta y representativa de la soberanía nacional, lo hizo sin tapujos y ofreciendo
su característica mediocridad. Este pésame del jefe del ejecutivo es una grave
afrenta hacia las víctimas del terrorismo, muchos de ellos de su mismo partido
que deben estar removiéndose en sus tumbas, así como a la inmensa mayoría que
conformamos los españoles de bien.
Me
gustaría escuchar o leer que opinan destacadas personalidades de San Fernando o
de otros lugares ante la deriva que nos está llevando este su gobierno. Me
gustaría también saber que dicen ahora esos destacados cofrades con carné
socialista que callan cuando su partido hace lo que está haciendo y en cambio
son vivos contestarios cuando tienen que criticar a la Iglesia, a la que
también pertenecen, sacerdotes así como al mismo obispo diocesano. No se puede
ser de Dios y también del César.
De la
estupidez de las señales de tráfico “machistas” hablamos otro día…
No voy
a caer en la tentación de escribir sobre la nueva marca de la ciudad que más
bien es la del gobierno que la dirige. No quiero escribir lo que en verdad
pienso pues ni el logotipo ni el eslogan dicen nada de lo que es en verdad
nuestra bendita Isla. Ha costado un pastizal y lo que queda te rondaré morena.
Quiero expresar mi desagrado por no haberlo realizado ningún creativo o
diseñador gráfico de nuestra ciudad que seguro entiende mejor que nadie que es
La Isla y cómo potenciar su imagen fuera de la misma. No conozco un gobierno
municipal que no halla dejado su huella impresa en forma de logos o marcas así
como alguna que otra obra faraónica que desagrada todo el mundo menos a los que
piensan como ellos.
No
quiero caer en la tentación de hablar de todo lo que está sucediendo con la pandemia
del Coronavirus, de los rebrotes que se han producido a lo largo del verano, que
con nuestro propio comportamiento e impasividad los hemos potenciado, de la
irresponsabilidad de muchas instituciones que no han estado a la altura, del
cierre de locales nocturnos que hará que nos hundamos más en la miseria pues
las fiestas, ya sin control, se siguen celebrando a puerta cerrada, de las distintas
prohibiciones impuestas a la ciudadanía o incluso la recomendación de que los
familiares cercanos, cónyuges, hijos eviten besarse…
Parece que nuestros
gobernantes les place reglamentar todo e incluso la intimidad del resto.
El
refranero nos dice eso de que en casa de un beato no te dejes el jato y más
cuando esté despechado. El refranero español es sabio como el pueblo lo es por
eso hoy no quiero caer en la tentación de tener que hablar de esos que incluso
plantan guardia para coger en un renuncio a curas santos que se entregan a la
oración y a servir a su grey así como inculpar a sus inmediatos colaboradores
que por el solo hecho de serlo están en la diana de aquellos que bien tendrían
que quitarse su cegadora y ensoberbecida viga antes de señalar los “defectos”
de los demás.
Tampoco
quiero caer en la tentación de decir abiertamente que me parece una aberración
la vuelta al cole porque volver a la “normalidad” puede traernos, Dios no lo
quiera, el contagio de niños, padres, profesores…
No
quiero caer en la tentación de manifestar mi alegría ya que el gobierno de
Sánchez no puede mangonear los fondos de los Ayuntamientos tal y como
pretendía.
Y aún
cayendo en la tentación quiero mostrar mi apoyo a los zaheridos medios,
periodistas y profesionales de la comunicación, pues son los mensajeros que nos
descubren cuantos desmanes se están produciendo y solo por eso deberíamos
respetar su labor y darles las gracias.
Hoy
que se conmemora la Exaltación de la Santa Cruz tenemos que pensar que debemos
aferrarnos a ella pues es nuestro salvoconducto para la eternidad.
Jesús
Rodríguez Arias
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