Al final se perpetró la amenaza que durante dos años ha tenido demasiado intranquilos a pescadores, caseteros, vecinos de La Casería y enamorados de cualquier parte del mundo de este, hasta el martes, tan único rincón.
El empecinamiento que no atendía a razones, después de haber iniciado el expediente a instancia del Ayuntamiento de San Fernando presidido por Patricia Cavada, de la Demarcación de Costas, que no olvidemos es un organismo dependiente del Ministerio de Transición Ecológica del Gobierno de España de Pedro Sánchez, y la dejadez del propio equipo de gobierno municipal ha hecho que hayamos vivido con inmenso dolor lo que ha sido la crónica de una muerte anunciada: La muerte de la playa de La Casería tal y como la hemos conocido desde siempre.
Contemplar como las palas excavadoras destruían un lugar tan único como especial ponía los vellos de punta. Otro lugar identitario de San Fernando que se pierde por culpa de la acción, en primera medida, e inacción, después, del gobierno municipal conformado por socialistas y ciudadanos. Dos nombres propios son los que todavía no han sido capaz de dar la cara ante los caseteros, los pescadores, y los propios vecinos de este humilde y señero barrio isleño como son los de Patricia Cavada, alcaldesa, y Regla Moreno, Tercera Teniente de Alcalde, demuestra a las claras el verdadero perfil políticos de ambas gobernantes. En el sueldo también va la crítica y eso se lo digo a los adláteres que llenan de bazofias e insultos a quienes opinamos desde la libertad. Algunos dan nombres y apellidos, que siempre es de agradecer, otros en cambio crean perfiles falsos para desde el anonimato señalar y poner vestidos de limpio a quienes defendemos La Casería de siempre y no la que quieren crear por cojones.
Menos mal que una administración se salva y ha hecho lo que ha podido por solucionar problemas. Gracias a la Junta de Andalucía la mítica Cantina del Titi - El Bartolo se mantiene en pie. Casa Muriel - La Corchuela se mantiene porque así lo ha decidido la Justicia por ahora.
Salvo estos dos entrañables establecimientos hosteleros lo demás han sido pasto de las máquinas que han dejado una visión desoladora de lo que hasta ahora ha sido un lugar para enmarcar.
Lo más bonito que le han dicho a los caseteros y pescadores es que eran unos guarros y que las casetas se habían convertido en verdaderos estercoleros. De hecho se han preocupado de sacar unas fotos que destroza el honor de estos humildes y grandes hombres y mujeres. Todo no vale para defender lo que por argumentos no podéis. Habéis traicionado a La Isla más sentimental, a la sacrosanta intimidad de nuestro pueblo, habéis traicionado a muchas personas humildes que trabajan todos los días para salir hacia adelante y también habéis engañado a muchos de vuestros votantes que ahora se pensarán muy mucho el echar el voto que representa a vuestros caretos.
Y la mayoría de los que hablan, critican, e incluso algunos con insultos incorporados, tanto en público como en privado son los que menos tienen que hablar porque pudiera ser que la mierda que se vierte contra estos honrados trabajadores vuelva a quienes han proferido esa sarta de mentiras e improperios. Que en La Isla todos nos conocemos...
Pero lo único que es verdad es que la belleza de un lugar como la playa de La Casería ya no existe, ahora es una simple escombrera que permanece en un rincón privilegiado. Solo la Cantina del Titi como La Corchuela se mantienen a flote esperando el amenazante tsunami que los arrastre para siempre. Muchos de los que han condenado a estos a la desaparición han comido, disfrutado, y vanagloriado a Bartolo y su extraordinaria tripulación. ¿Cuánto vale el poder que son capaces de negarse a sí mismos?
Personalmente os confieso que Amo La Isla porque soy de allí aunque viva aquí. Soy y seré cañaílla mientras viva al igual que callejolero aunque mi corazón viva prendido entre montañas en este pueblo que Dios pusiera en mi vida y en el que me encuentro verdaderamente feliz. Villaluenga del Rosario es el lugar que he decidido vivir hasta que mis ojos se cierren a este mundo y en La Atalaya disfruta de la plenitud del día a día. Tengo el corazón partío entre San Fernando y Villaluenga. Tengo el corazón partío por todos los lugares que están desapareciendo de la muy antigua Isla de León que cuando regrese, por ahora no tengo la intención, no la va a conocer ni la madre que la parió...
Es verdad que no tengo intención de volver a San Fernando pero sí a La Casería, quiero un día por determinar, más pronto que tarde, reencontrarme con la Cantina del Titi. Dar mi apoyo a modo de abrazo fuerte y sincero tanto a Bartolo como Macarena Muñoz y así también a toda su tripulación que están aguantando y luchando por mantener a flote ese gran navío que atraviesa el mar de nuestros corazones y sentimientos a diario. Parafraseando al General MacArthur: ¡Volveré!
Y eso deberíamos hacer todos los que amamos tan noble rincón, estemos donde estemos, apoyar con palabras así como en vivo y en directo a los valientes que allí se encuentran luchando contra una injusticia que sus promotores pagarán caro. San Fernando no se merece esto.
Están destrozando los lugares más emblemáticos de La Isla y en estos últimos tiempos han aniquilado dos de sus signos más identitarios como son la Plaza del Rey y la playa de La Casería.
Ayer mi querido amigo Bartolo puso fotos a modo de buenas noches de su rincón en La Casería y estas rezumaban melancólica tristeza. ¿Cómo puede ser que un sitio tan bello sea ahora tan triste?
Van a poner un paseo marítimo, igual que en otros puntos de la localidad, se ha perdido un rincón con demasiado encanto para construir un paseo que lo vuelva normal.
"Ahora lo disfrutarán todos los isleños"... Dicen los que defienden los derribos y a los gobernantes. ¿Pero es que antes la playa estaba cerrada? Porque yo he paseado por ella cuando me ha dado la gana...
¿Sabéis por qué La Casería era tan única? Porque era Bohemia y por tanto llena de Arte. Esto no lo comprenden ni los grises burócratas ni los mediocres gobernantes y menos los adláteres que hablan a base de argumentarios e intereses varios.
Es verdad, dentro de un tiempo todo estará en nuestros recuerdos y con ellos habremos de vivir para siempre pero eso no es óbice para ser coherente y consecuente con lo que se piensa, dice y hace. Es preferible mirar a los ojos, cara a cara, sabiendo que has defendido lo que en justicia has tenido que defender aunque los gobernantes y sus acólitos te vuelvan la cara y crucen la calle para no saludarte.
Yo siempre estaré con La Casería de siempre, la de las casetas de colores y llenas de vida, la de la Cantina El Titi, con mi querido amigo Bartolo, y por supuesto con Casa Muriel - "La Corchuela".
Y lo demás se lo dejo a los demás...
Jesús Rodríguez Arias
CANTINA DEL TITI - EL BARTOLO
IMÁGENES DE LAS CASETAS DE LA CASERÍA YA DESAPARECIDAS.
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