Hoy jueves 1 de septiembre se cumple tres lustros, quince años, desde que Hetepheres y yo nos diéramos el Sí Quiero ante Dios y ante la familia y amigos que nos acompañaron en la Iglesia de San Juan Bautista de los Descalzos. Ceremonia concelebrada por el Padre Salvador Rivera Sánchez, por aquél entonces Párroco del Santo Cristo y Arcipreste de San Fernando, Padre Don Francisco García de Villegas, Párroco de Los Descalzos y Padre D. Federico Mantara Ruíz-Berdejo, por aquél entonces Secretario-Canciller del Obispado de Asidonia Jerez, Párroco de La Milagrosa en El Puerto de Santa María y conciliario del Centro de Jerez de la ACdP al que pertenecíamos por aquél entonces.
Ceremonia preparada al milímetro gracias al asesoramiento del Padre Salvador, por aquél entonces era mi director espiritual, que tuvo su acompañamiento musical del Coro de Capilla "San Pedro Nolasco" con su director D. José Carlos Gutiérrez a la cabeza que ofrecieron unas selectas piezas que fueron escogidas por el director así como por mi querida amiga y hermana María José de la Fuente.
La Eucaristía del Sacramento del Matrimonio duró dos horas más la media hora larga que tardaron la veintena de testigos en firmar el acta. Testigos que vinieron, gracias a Dios, de muchos punto geográficos de esta nuestra querida España.
El posterior almuerzo, con sus entremeses correspondientes, fue en el Hotel Convento de San Miguel en El Puerto de Santa María que fue el lugar donde nos conocimos Hetepheres y yo un año antes en un Seminario de geoestrategia político-militar en Oriente Medio. Sitio no muy romántico para conocerse pero sí os puede dar una idea de lo singulares que somos amén de estar siempre ávidos en aprender cosas nuevas.
¡Cómo nos ha cambiado la vida en tres lustros!
Momentos de ávido conocimiento, momentos de dolor como es la pérdida paulatina de nuestros seres más queridos, momentos de sufrimiento ante las vicisitudes de la propia vida, momentos de padecimientos con las enfermedades, momentos de tristeza por quienes un día creímos amigos y en verdad no lo eran. La traición duele y más si viene de personas en las que has entregado tu confianza.
Pero sobre todo momentos de alegría, de risas, de estar bien, cada día mejor, estando el uno con el otro, viviendo según nuestra forma de pensar, con honor, coherencia y fidelidad. Cada día que pasa me encuentro tan a gusto junto a Hetepheres que me sobra literalmente todo lo demás. Sí, Dios unió hace hoy tres lustros a dos personas que en verdad son tal para cual con sus diferencias, pocas, y similitudes, muchas.
Quince años después pienso que si renováramos los votos matrimoniales sería en una pequeña capilla y estaríamos acompañados de los más íntimos que en verdad son pocos. Algunos de los que nos acompañaron en nuestra boda vendrían pero la inmensa mayoría no ya que no forman parte de nuestras actuales vidas. El secreto de vivir plenamente cada momento es comprender que cada etapa tiene sus caminos y las determinadas personas que en estos te acompañan.
El otro día, desayunando, Hetepheres me dijo la lista, por orden cronológico, de los que ella quiere y confía. No superaba la docena. Su comentario, no exento de la lógica explicación me hizo reflexionar pues mentalmente yo también estaba intentando escribir mi lista en la mente... Me costó un poco, la verdad sea dicha, y aunque superé la suya si os puedo decir que no en mucho más de la veintena. Algunos, los que están más cercanos a mí les tengo plena confianza y a los demás los quiero y forman parte de mi vida. Tanto con su lista como con la mía, algunos nombres coinciden en ambas, somos verdaderamente afortunados porque en la madurez que estamos transitando y en la libertad que vivimos tener a tantas buenas personas a nuestro lado además de un regalo de Dios es un verdadero privilegio.
Soy hombre de pocas aspiraciones aunque las que tengo tienen valor y son verdaderas. A estas alturas solamente aspiro tres lustros multiplicados por tres junto a Hetepheres haciéndola feliz porque así también lo soy. Ella es imprescindible para mi día a día, ella es mi verdad y también mi vida porque Dios me la puso en el camino.
Tres lustros después volvemos a coger carretera y manta pues necesitamos un descanso de nuestro día a día, poner la necesaria distancia para volver con nuevos bríos, con nuevas ganas. Un viaje en el que solo cabemos los dos y nuestras Enriqueta y Fernanda. Después de más de diez años cogemos unas vacaciones para quitarnos del medio.
Sí, hoy celebraremos nuestro aniversario de forma distinta pero llenos de Ilusión y Amor por los cuatro costados.
Porque al final comprendes que para aprender a vivir en paz se nos ha ido más de media vida...
A los que estáis siempre en nuestras vidas: ¡Gracias por seguir estando!
A los que marcharon camino a la eternidad: ¡Gracias por habernos enseñado tanto!
A los que voluntariamente se fueron: ¡Gracias por los momentos compartidos!
¡Feliz Aniversario mi vida!
Jesús Rodríguez Arias
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