Noviembre es un mes que según vas cumpliendo años lo vas mirando de forma distinta.
En el artículo de hoy lunes quiero mostraros el Noviembre que contemplo en la madurez de la vida.
Jesús Rodríguez Arias
NOVIEMBRE
Noviembre es una paleta de
colores tenues y vivos a la par. Son treinta días para pensar en la vida sin
perder de vista la muerte.
Noviembre es refulgente
amanecer o contemplar un bello atardecielo como los que nos muestra Tachy Barea
en sus fotografías, es pincel en blanco lienzo que dibuja lo que con sus ojos
ven Antonio Benítez Román, Marcos Sánchez o Juan Pérez Bey.
Son versos rasgados en un
papel de mi buen amigo y vecino José María Bohórquez que contempla el devenir
de la vida en su patio mientras Manga olfatea, duerme o ladra cuando le viene
en gana.
Noviembre es música que sale
de cualquier ventana, es escuchar el lejano relincho de un caballo que puede
ser Gabriel, José Manuel o Mateo. Es quejío de la guitarra de mi amigo Javier o
melodía a piano de aquel compositor cuando se halla inspirado. Es el tañer de
las campanas que nos anuncia a Misa, son chiquillos jugar en la Alameda, son
ancianos pasear, es un pueblo o ciudad que reza y recuerda más si cabe a sus
antepasados.
Son pastores que pastorean,
ganaderos que cuidan del ganado, son percherones en plena libertad que recorren
Loma Somera de lado a lado.
Es Gerardo que trabaja a
destajo en el campo mientras Marisa, su mujer, despacha en la panadería con
amable sonrisa al vecindario mientras Antonio y Nerea hacen el mejor pan de
leña que en mi vida he probado.
Es “La Covacha” que además de
buena quesería es nuestro particular colmado. Son los quesos Oliva hechos a
base de tradición o el Payoyo internacionalmente reputado.
Es un mes de Misa para los
vivos, de réquiem para los muertos, de visitas a los camposantos.
Noviembre es la cadencia de un
solo instante como una chicuelina de toreros de antaño como Luis Parra
“Jerezano”, Juan Pedro Peña Chotesco, Rafael de Paula, Curro Romero, Ruiz
Miguel, o el Maestro Antoñete, es pase de pecho de Morante, Roca Rey, David
Galván, José Tomás, o Pablo Aguado.
Y es que la Tauromaquia es
Arte, Pasión, Cultura, y en su defensa se halla inmerso un hombre que es
bravura, pundonor, coherencia y claridad como mi respetado y querido amigo
Rafael Valenzuela que preside la Fundación Cultura Taurina.
En noviembre se visualizan colores
tan nítidos que hacen embellecer el alma con un ecosistema único que pervive en
las dehesas donde el toro bravo es el que manda. Es respirar aire puro de
bosques y montañas mientras en segundos puedes ver pasar la esbelta figura de
un ciervo que siempre es reflejo de la libertad soñada. Es tiempo de caza y
montería que lo que hacen es mantener el necesario equilibrio de la fauna. No
conozco a personas que amen más a la naturaleza y a los animales que los
cazadores a los cuales respeto, admiro y defenderé por siempre.
Son días que nos invitan a la
reflexión y no solo de lo que es la vida cuando se va acercando el final de esta
sino de cuestionarnos también el por qué somos capaces de fagocitar nuestras
más entroncadas tradiciones mientras adquirimos otras venidas de otros lugares
y que distan mucho de la forma de ser de los que hemos nacido en esta bella
nación. Fe y Tradición son pilares que han pasado de padres a hijos y que ahora
parecen molestar.
Con este artículo, tan
personal, he querido demostrar que noviembre no es ni por asomo un mes triste
sino lleno de vida, de momentos, que nos invitan a compartir, convivir, estar
alegres y a no tener miedo. Es un mes lleno de Esperanza ya que los que tenemos
la dicha de tener Fe no vemos la muerte como el final de todo sino como el
principio de la Vida.
Son días donde, según el
cristal con el que miras, podrás captar esa paleta de colores alegres que nos
invitan a la melancolía como leer bajo una lampara mientras escuchas el
crepitar de la leña quemándose en la cercana chimenea, escuchar música
admirando un embriagador atardecer, reír al calor de la buena amistad mientras
la noche se hace más visible y la oscuridad más presente.
Disfrutemos de la placidez de
un mes que es antesala de diciembre tan lleno de luz y alegría.
Jesús Rodríguez Arias
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