lunes, 24 de febrero de 2025

Desprecio

 




Vivimos en una sociedad donde todo el mundo desprecia en un momento determinado a todo el mundo y así nos va. La falta de empatía, de ponerse en la piel y los sentimientos de nuestros semejantes, caminar con los zapatos de los que criticamos es fundamental para cambiar la concepción del por qué de muchas cosas en la vida y comprender los sentimientos y las razones de los demás.

Pero no esto no casa en una sociedad viciada y emputecida donde todos nos creemos en posesión de la verdad, todos tenemos suficiente autoridad moral no tanto para opinar sino para criticar a quién tenemos enfrente sin la mínima pizca de consideración ni de piedad.

Este desprecio es incluso más duro cuando los que lo hacen son personas cercanas, inclusos esos que un día fueron amigos y que demostraron con hechos más que con palabras que nunca lo fueron. También en los lugares donde todo se vive todo a kilómetro cero esa falta de aprecio, ese gélido silencio, el mirar para abajo cuando pasas por el lado o entras, simplemente, en la consulta del médico, volver la mirada o incluso pasar deprisa junto a ti cuando estás en Misa, que ya es por sí chocante, hace que la persona “despreciada” cada vez crea menos en los demás, así como que se encuentre más alejada de todo y de todos.

En esto del desprecio o de la malsana indiferencia casi siempre hay mucha tela que cortar. Algunas veces son por enfados, más o menos justificados, que cuando pasa el tiempo, que todo lo diluye, las partes intentan lo imposible para que se haga la paz, otras son por temas familiares, siempre complejos, o por herencias donde uno creía que le correspondía más que al otro o viceversa. En ese sentido lo tuve claro pues renuncié a la herencia que me correspondía cuando falleció mi madre y la verdad que me quité de follones que al fin y al cabo no llegan a nada. Discrepancias en el trabajo, en la asociación que sea, puntos de vistas diferentes en cuestiones políticas, mil cosas que a la larga si existe interés por ambas partes se llegan a solucionar.

Otras veces es cuando se desprecia un espurio acto delictivo cuya gravedad traspasa la dignidad que tiene el ser humano. Por ejemplo, en el ambiente carcelario los presos peor vistos por sus compañeros de prisión o celda son justamente los que han actuado contra las mujeres, niños, personas mayores.


Lo anormal, aunque también sucede, es que ese desprecio se vuelque contra las víctimas y sus familias cuando es otro el que ha cometido contra ellos un execrable delito destrozándoles la vida. Ese desprecio va arrasando con todo como la lava cuando un volcán entra en erupción. Claro este tipo de situaciones no se vive con la misma crudeza en una ciudad que en una localidad más pequeña donde casi todos los vecinos tienen lazos de sangre.

También hay gente buena que se ponen al lado del que injustamente esta siendo despreciado ofreciéndole su inestimable apoyo, ayuda y comprensión, aunque visto lo visto os puedo asegurar que son la excepción que confirma la regla.

Con los años, con el camino de la vida que paso a paso voy recorriendo, con las vivencias, con los sufrimientos, que siempre enseñan, y con las alegrías también, soy de los que pienso que es una imbecilidad despreciar y ser indiferente a nadie, salvo casos de explícitos y voluntarios actos de maldad, porque al fin y al cabo el que es despreciado no cabe duda que sufre pero el que así lo hace sentir se va envenenando por dentro llegando a vivir con rencor que siempre es un mal compañero de viaje ya que nada bueno acarrea.

Si existe alguna discrepancia o desacuerdo no lo dejes morir en el tiempo, intenta solucionarlo cuanto antes, por tú bien, por los de las otras personas, en definitiva, por todos los que te rodean que también sufren y mucho con el maldito desprecio.

Despreciar al desprecio sería una buena actitud ante la vida. ¿No crees?

Jesús Rodríguez Arias


lunes, 17 de febrero de 2025

Incienso

 



Muchos son los cofrades, que no capillitas, que durante el año escuchan marchas procesionales e incluso en sus casas les gusta el incienso. Algunos los critican por tales prácticas e incluso se ríen de ellos, aunque pienso que cada uno de nosotros le gusta rodearse, así como vivir lo que le apasiona y eso no es motivo para burlarse de ello.

Por ejemplo, soy un verdadero apasionado de la ópera, más concretamente de Giuseppe Verdi, y aunque ahora la tengo algo abandonada debo reconocer que pasar un par de horas escuchando una obra hasta entrar en las profundidades de esta por medio del bel canto y de la majestuosa composición melódica que interpreta la orquesta, lo puedo llegar a considerar uno de los placeres de la vida.

Disfruto mucho de la lectura, así como de una buena y escogida tertulia al calor de un café o de la copa que se tercie. No soy mucho de marchas procesionales, entono el mea culpa, aunque algunas me las sé de memoria como Amargura, Nuestro Padre Jesús, La Madrugá, Ione, Virgen del Valle, Rocío, Macarena, La Oración en el Huerto, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Jesús de los Afligidos, Pasión Cofrade, marcha dedicada a mi querido hermano en la eternidad, José Valentín Moreno Fraile o Caridad para mi Hijo, estas dos últimas de mi eterno amigo y reconocido músico como fue el gran José Ribera Tordera. Cómo podréis observar soy de gustos clásicos.

El incienso para mí tiene otras características ya que su embriagador perfume me acompaña durante todo el año y no solo en cuaresmales fechas o en Semana Santa propiamente dicha. Inciensos hay muchos y cada cual nos ofrecen un aroma distinto que nos lleva a tal o cual calle, aquél paso de palio o de misterio.


A mí me encanta el incienso que de vez en cuando nos regala nuestra librería de cabecera o me deleito con el propio de un lugar tan único como especial que está situado en Burgos: Os estoy hablando de la Cartuja de Santa María de Miraflores.

Está situada a escasos tres kilómetros de centro de la ciudad, es uno de los monumentos más impresionantes del gótico final europeo y está construido sobre un antiguo palacio-alcázar real. Fue fundado en el siglo XV como panteón real. El conjunto arquitectónico aparece dominado por una iglesia de una sola nave, con ventanales flamígeros decorados con vidrieras flamencas entre contrafuertes y un ábside poligonal.

Esta sobria Iglesia, levantada para acoger los restos de los padres de Isabel la Católica, guarda en su interior dos lujosos sepulcros reales esculpidos en alabastro y un impresionante retablo realizado por Gil de Siloe. Cómo dato curioso de esta extraordinaria obra artística es que los dorados de las esculturas fueron elaborados con el oro traído por Cristóbal Colón tras su segundo viaje al Nuevo Mundo.

La Cartuja de Miraflores representa una verdadera invitación a la meditación. Un paseo por el recinto y el entorno permite apreciar la armonía entre la naturaleza y la piedra convertida en arte e impregnarse de la espiritualidad y la paz que se respira.

Quiero destacar el Retablo Mayor, una de las joyas del arte europeo tardogótico. Cuando a finales de diciembre de 1499, Gil de Siloe, dejó asentando el retablo mayor de la Cartuja de Miraflores se completaba un espacio que se convertiría en uno de los máximos puntos de referencia del último gótico europeo. El tema central de la original composición y del inusual contenido iconográfico del retablo gira en torno a la monumental Crucifixión que preside el conjunto.

A este lugar fuimos a celebrar la Santa Misa tanto el día de Navidad como de Año Nuevo de pasado año a las diez y cuarto de la mañana con un frío de pelar. Los demás asistentes eran personas que repetían año tras año. Fe recia es lo que se respiraba. Reconozco que ha sido una extraordinaria experiencia espiritual el poder vivir días tan destacados en la Cartuja de Miraflores.

Será por eso por lo que cuando escribo me gusta deleitarme con el aroma de un incienso que traslada mis recuerdos a un lugar donde se vive la Fe en estado puro.

Jesús Rodríguez Arias


lunes, 10 de febrero de 2025

Filias y Fobias

 



Tema interesante de tratar ya que se da en todos los órdenes de la propia vida pues todos tenemos filias y fobias a algo en concreto o a alguien en especial. Entendiéndose las filias a lo que nos gusta o agrada y las fobias a los que nos disgusta o se detesta.

Pienso que el ser humano nace con estas inoculadas en vena ya que se transmiten de generación en generación. En España esto se remarca más haciendo que muchos tengamos animadversión a todo lo que nos suena inglés ya sea por los sucesivos episodios de piratería de los segundos contra la primera hace ya algunos siglos o las distintas batallas que tuvimos los españoles contra la Armada de Su Majestad.

En el siglo XVIII el rey inglés, Jorge II, le declaró a la España de Felipe V la Guerra de la oreja de Jenkins. Quiso invadir las plazas españolas en el Caribe, pero Blas de Lezo logró defender la importante ciudad de Cartagena de Indias. La desproporción de fuerzas era evidente. Cartagena disponía de seis buques de guerra y tres mil hombres para defenderse. Jorge II autorizó su plan y puso a disposición una flota compuesta por ciento ochenta y seis barcos, dos mil cañones y tres mil soldados.

El final todos lo sabemos o si no yo os lo aclaro: Blas de Lezo, el mutilado héroe español, humilló a todo un imperio con seis barcos y tres mil hombres venciendo a treinta mil ingleses y ciento ochenta y seis naves.

Más de lo mismo nos pasa a los que de verdad somos de La Isla, entiéndase como cañaíllas, como los de Cádiz pues fuimos los únicos dos bastiones españoles que permanecimos firmes ante el acoso de las fuerzas napoleónicas en la Guerra de la Independencia. El ejército francés fue derrotado en nuestras nobles tierras gracias también a la guerra de guerrillas que los iban desangrando por toda España.


El tiempo pasa para todo el mundo, pero la filias y las fobias se mantienen inalterables al mismo. Las filias y las fobias se pueden enterrar, pero nunca olvidar. Pasan en las ciudades, en las instituciones, asociaciones, en la misma Iglesia y por tanto también en nuestras HH.CC aunque no sucede por los estamentos en general sino por las personas que allí confluyen.

Hay hermanos en nuestras cofradías que un día dejaron de hablarse por un tira y afloja, que si lo piensas pasado el tiempo fue una tontería, y que por ese hecho en concreto no solo se llevan mal los hermanos en cuestión sino las familias, así como miembros de la hermandad que son más cercanos a uno u otro. Esta situación en vez de solucionarse en su debido momento llega a enquistarse produciéndose un auténtico cáncer que devasta todo lo que tiene a su alrededor. Cuando en una Hermandad hay dos hermanos que no se hablan es motivo suficiente para que el director espiritual de la misma tome cartas en el asunto sea cual sea el tiempo transcurrido desde que se produjo esa enemistad. La vida, o lo que nos queda de ella, no está para volvernos la cara por un me dijo, me dijo, que bien puede tener solución.

En política y todo lo que a esta rodea se ve hasta “normal” que haya navajazos traperos, potenciar las mismas hasta la enésima potencia, por mor del interés de cada cual.

En los lugares donde se hacen más palpable es donde se tiene más cercano el trato con los demás ya sea en las comunidades de vecinos, barrios y más concretamente en los pueblos donde todo se vive a kilómetro cero. Tengo un amplio conocimiento de localidades pequeñas a lo largo y ancho de España y puedo decir, sin temor a equivocarme, que las filias y las fobias se heredan de padres a hijos, de generación en generación. Y es que la absurdez aparece en estos temas concretos por arte de birlibirloque.

A lo mejor es bueno que en esta etapa del siglo XXI que estamos viviendo cambiar un poco la mentalidad. ¿No os parece?

Jesús Rodríguez Arias


lunes, 3 de febrero de 2025

Todo llega

 



“Todo pasa y todo queda/ pero lo nuestro es pasar/ pasar haciendo caminos/ caminos sobre la mar”. Seguro que estos versos os suenan, así como que también algunos de vosotros estaréis canturreando la célebre canción de Joan Manuel Serrat.

La letra de Cantares está compuesta por tres estrofas de Antonio Machado “Proverbios y cantares” de sus obras Campos de Castilla (1912), y de tres estrofas escritas por el propio Serrat, en las que incorpora los versos “Caminante no hay camino/ se hace camino al andar”.

Todo pasa, todo queda y también todo llega, aunque a veces la espera nos parezca una eternidad. Y es que en demasiadas ocasiones carecemos de la necesaria paciencia para encarar la vida con sus alegrías y los pertinentes sufrimientos. Todos queremos en definitiva ser felices y comer perdices, es un decir, como el final de los cuentos de antaño.

Me gusta comparar la vida con la belleza de una rosa, el aroma que por sí embriaga nuestros sentidos, pero la reina de todas las flores también tiene sus espinas que se clavan y desgarran nuestra piel haciéndonos sufrir. Así es la vida y así tenemos que enfrentarnos a ella cada día de nuestros días.

Todo pasa, todo queda y todo llega. Hace un mes estábamos disfrutando de los últimos días del tiempo de Navidad, hoy suenan coplas en el Gran Teatro Falla que darán paso a un nuevo Carnaval y en poco más de un mes nos llegará la Cuaresma que como todos sabemos es tiempo de conversión y arrepentimiento pero también de eclosión del apostolado cofrade ya que en sus casas de hermandad y almacenes se respira vida, hermanos que van a recoger sus túnicas, los cultos cuaresmales con las correspondiente Funciones Principales de Instituto hasta llegar al Domingo de Pasión donde muchos de nuestros Amantísimos Titulares estarán expuestos en Besapiés o Besamanos, domingo también del Pregón de la Semana Santa que este año estará a cargo de mi querido y buen hermano en Medinaceli, Eduardo Coto Martínez que declamará lo que es para un cristiano-cofrade la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo en el Real Teatro de las Cortes.


Todo pasa, todo queda y todo llega también en cualquier vertiente de la vida y por eso pienso no deberíamos preocuparnos tanto del pasado que ya pasó, afrontemos con valentía y coherencia nuestro presente para que nos dé la necesaria Esperanza con la que anhelaremos el futuro que siempre está por venir. No es bueno para nadie vivir en el pasado ni poner nuestros afanes en lo que ha de llegar ya que de este modo nos perdemos necesarias etapas que se viven en el aquí y ahora de lo que llamamos presente.

Todo pasa, todo queda y todo llega teniendo en cuenta que aquí no nos vamos a quedar nadie, que todos tenemos fijados nuestra particular fecha de caducidad, que será cuando solo Dios quiera. Nuestros objetivos vitales no pueden delimitarse en un desmesurado afán de protagonismo, de atesorar riqueza y del poder mal entendido, en este último caso solo hay que fijarse en gran parte de los políticos que ostentan cargos públicos que por sus espurios intereses son capaces de hacer lo contrario a lo que prometieron, traicionar a quienes los votaron y mirar hacia otro lado ante abusos y desmanes cometidos por los más cercanos porque al final todo pasa, poco queda y todo llega. El cerrar los ojos a este mundo es en verdad el mayor acto de justicia pues nos iguala a todos porque cuando llega la temida muerte no hay rico ni poderoso que pueda pagar ni un segundo más de vida. Todos nos ponemos ante Dios como vinimos a este mundo y solo nos salvará lo bueno que hayamos hecho por los demás, así como por nosotros mismos porque en demasiadas ocasiones solemos juzgarnos y condenarnos con demasiada severidad.

Piensa que la vida es en sí un inconmensurable regalo de Dios que ha puesto todo lo que ha creado en nuestras manos. De nosotros depende de hacer del mundo, la sociedad que nos rodea, nuestro particular día a día, un precioso jardín de rosas con sus correspondientes espinas.

Jesús Rodríguez Arias


Pasión

  Reconozco que a mis cincuenta y cinco años soy más de lo de siempre que lo novedoso y actual. Las nuevas tecnologías aplicadas a la vert...