He de confesar que mi camino
en la Fe atravesaba un bache cuando la Virgen de la Caridad y el Santísimo
Cristo de la Salvación se hicieron más presentes, si cabe, en mi vida y gracias
a Ellos en ese árido desierto en el que transitaba surgió una fuente de agua
fresca que calmó la sed de mi espíritu.
En la vida hay que saber
distinguir la mano de Dios en nuestra cotidianidad porque si estamos atentos y
abiertos para hacer su Voluntad, aunque nosotros vayamos cegados, seguro que
nuestra vida cambia a mejor porque quién en Él confía no sale defraudado por
más problemas y sufrimientos que se puedan tener.
Caridad y Salvación
aparecieron en el momento más oportuno a modo de mano de Dios que viene a
nuestro encuentro para ayudarnos a salir del pozo y abrazarnos.
He mantenido lazos fraternales
con todos los hermanos mayores, miembros de junta de gobiernos y hermanos más
cercano desde siempre. Con la actual que preside Roberto Rodríguez Lebrero se
amplían estos lazos porque nos hemos considerado parte de la propia familia.
Este año, si Dios así lo quiere, intentaré por todos los medios estar el Martes
Santo en La Isla y volver a disfrutar de mi querida Hermandad de la Virgen de
la Caridad y el Santísimo Cristo de la Salvación en la calle. No iré revestido con
hábito nazareno ya que por motivos propios de salud me es imposible, pero seré
un penitente más que irá como siempre a cara descubierta.
Hoy lunes las imágenes de
nuestro amados Titulares presiden el Vía+Crucis oficial de las Hermandades y
Cofradías de San Fernando. Han programado todo a la perfección y seguro que
esta tarde-noche en La Isla se viven momentos de honda espiritualidad hacia una
de las advocaciones cuyas imágenes sagradas más devoción arrastran dentro de lo
que conocemos como religiosidad popular en nuestra bendita tierra.
He de reconocer que la Caridad
forma parte de mi trayecto vital que junto a la Fe y la Esperanza conforman las
virtudes teologales. Caridad es Amor, con mayúsculas, con nuestro prójimo, así
como con nosotros mismos pues habrá que ser algo caritativo con uno pues en
demasiadas ocasiones nos juzgamos y condenamos con demasiada crudeza.
Caridad es lo que necesita
este mundo que parece demasiado perdido por sus propios intereses, viciado con
tantos vicios, deshumanizado donde si tienes vales, donde el Amor, con
mayúsculas, parece algo antiguo, donde la Fe parece diluirse ante una muchedumbre
emborrachada de placeres y comodidades. Por eso es inmensamente necesario este
año Jubilar de la Esperanza. Hoy estoy contento porque los Sagrados Titulares
de mi queridísima Hermandad de la Caridad presiden el solemne Vía+Crucis
oficial de las Hermandades y Cofradía de La Isla y eso es motivo suficiente
para dar gracias a Dios.
Caridad, hermandad de
hermanos, que nos lleva hacia la Salvación.
Jesús Rodríguez Arias
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