lunes, 10 de marzo de 2025

Caridad y Salvación

 



He de confesar que mi camino en la Fe atravesaba un bache cuando la Virgen de la Caridad y el Santísimo Cristo de la Salvación se hicieron más presentes, si cabe, en mi vida y gracias a Ellos en ese árido desierto en el que transitaba surgió una fuente de agua fresca que calmó la sed de mi espíritu.

En la vida hay que saber distinguir la mano de Dios en nuestra cotidianidad porque si estamos atentos y abiertos para hacer su Voluntad, aunque nosotros vayamos cegados, seguro que nuestra vida cambia a mejor porque quién en Él confía no sale defraudado por más problemas y sufrimientos que se puedan tener.

Caridad y Salvación aparecieron en el momento más oportuno a modo de mano de Dios que viene a nuestro encuentro para ayudarnos a salir del pozo y abrazarnos.


Soy hermano de la señera corporación franciscana y nazarena donde la Virgen con su Hijo muerto en su regazo reina en las siete revueltas y en la calle Comedias cuando de noche se dirige entre el devoto gentío hacia su templo. Llevo muchos años formando parte de la nómina de hermanos, desde cuando mi querido hermano en la eternidad Juan Rodríguez Añino presidió la junta gestora. He tenido el privilegio de salir revestido con mi hábito penitente durante unos años, he disfrutado en la calle mientras rezaba el santo rosario y aguantaba el cansancio propio de haber realizado la salida penitencial el día anterior con Afligidos. Era joven y el cansancio apenas se notaba.

He mantenido lazos fraternales con todos los hermanos mayores, miembros de junta de gobiernos y hermanos más cercano desde siempre. Con la actual que preside Roberto Rodríguez Lebrero se amplían estos lazos porque nos hemos considerado parte de la propia familia. Este año, si Dios así lo quiere, intentaré por todos los medios estar el Martes Santo en La Isla y volver a disfrutar de mi querida Hermandad de la Virgen de la Caridad y el Santísimo Cristo de la Salvación en la calle. No iré revestido con hábito nazareno ya que por motivos propios de salud me es imposible, pero seré un penitente más que irá como siempre a cara descubierta.

Hoy lunes las imágenes de nuestro amados Titulares presiden el Vía+Crucis oficial de las Hermandades y Cofradías de San Fernando. Han programado todo a la perfección y seguro que esta tarde-noche en La Isla se viven momentos de honda espiritualidad hacia una de las advocaciones cuyas imágenes sagradas más devoción arrastran dentro de lo que conocemos como religiosidad popular en nuestra bendita tierra.

He de reconocer que la Caridad forma parte de mi trayecto vital que junto a la Fe y la Esperanza conforman las virtudes teologales. Caridad es Amor, con mayúsculas, con nuestro prójimo, así como con nosotros mismos pues habrá que ser algo caritativo con uno pues en demasiadas ocasiones nos juzgamos y condenamos con demasiada crudeza.

Caridad con los más necesitados, los favoritos de Jesús y su Madre María, es determinante de nuestra hermandad que junto a las demás de la parroquia colaboran con Cáritas para que los que lo están pasando mal tengan, al menos, lo mínimo para vivir dignamente.

Caridad es lo que necesita este mundo que parece demasiado perdido por sus propios intereses, viciado con tantos vicios, deshumanizado donde si tienes vales, donde el Amor, con mayúsculas, parece algo antiguo, donde la Fe parece diluirse ante una muchedumbre emborrachada de placeres y comodidades. Por eso es inmensamente necesario este año Jubilar de la Esperanza. Hoy estoy contento porque los Sagrados Titulares de mi queridísima Hermandad de la Caridad presiden el solemne Vía+Crucis oficial de las Hermandades y Cofradía de La Isla y eso es motivo suficiente para dar gracias a Dios.

Caridad, hermandad de hermanos, que nos lleva hacia la Salvación.

Jesús Rodríguez Arias


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