Ella me mira y yo la miro, me
sigue observando según pasan el tiempo, yo sigo con mi mente más blanca que
ella. Me cuestiona, me pregunta, me dice: ¿Jesús, que idea, pensamiento,
opinión, quieres poner hoy sobre mí? ¿No te ha llegado la inspiración?
Tranquilo, tenemos tiempo…
Esa sensación de temor a que
no se te ocurra nada y los deseos de que cuando pase me encuentre trabajando,
tal y como decía Pablo Picasso, es la que tenemos todos los que nos enfrentamos
a la siempre temible página en blanco. Una dicotomía que siempre me ha
acompañado incluso hoy, cuando escribo este artículo que usted está leyendo. He
compartido esta cuestión con otros escritores y me han confirmado que es algo
común, que es lo normal entre los que nos dedicamos a juntar letras para
ofrecer nuestra opinión, pensamientos, o lo que queramos transmitir en cada
momento.
Tengo que reconocer que
escribir me ha ayudado en los peores momentos de la vida, los más dificultosos,
como los están siendo en la actualidad. Sí, porque por muy intoxicado que pueda
estar todo, por muy cansados que estés de vivir injustas situaciones que solo
benefician a dos o tres interesados, perjudican a inocentes a los que les hacen
la vida imposible mientras la mayoría silenciosa calla, otorga, y mira hacia
otro lado.
Tanto en los momentos de
enfermedad como de hundimiento emocional me ha sido de gran ayuda tener el
compromiso de sobreponerme y escribir mi semanal artículo para San Fernando
Información y aunque sé que mi estado de ánimo se transmite al resto intento por
todos los medios levantarme para compartir lo mejor y no lo peor de lo que
hasta hace un solo momento pasaba por mi cabeza.
Gracias a Dios mi tiempo en
los atriles acabaron hace ya cerca de tres años que me cortara la coleta con el
II Pregón Jacobeo de Jerez organizado por la Asociación Jacobea “Sharish” en el
Año Santo Jacobeo 2021-2022 en el que tuve el inmenso honor de coger el testigo
del recordado Cardenal Fray Carlos Amigo Vallejo.
Nosotros, con nuestra
particular vida, no es que seamos una página sino un libro entero que se
comienza a escribir cuando nacemos, donde los capítulos son los que
protagonizan nuestro itinerario existencial, y termina cuando cerramos los ojos
a este mundo. De nosotros depende si queremos que sea uno que ayude a los demás
o, todo lo contrario. Cada día es una nueva página en blanco, es decir, es una
nueva oportunidad para hacer lo mejor o lo peor.
Jesús Rodríguez Arias