Esto de estar inmersos en diversos comicios electorales y cada cual más importante hace que la realidad se difumine donde la verdad no es verdad y la mentira deja de ser mentira.
Ahora, por lo que leo y observo, un tránsfuga no es un traidor que ha traicionado a su partido y con él a las personas que en este depositaron sus votos, ahora un tránsfuga es un héroe modélico que ha actuado así por el bien de todos... ¡Tararí que te vi!
El tránsfuga en si no se mueve si no tiene un interés particular y también puede estar alentado por otros que le comen la oreja para que haga lo que quieren y sobre todo traicionen al gobernante o dirigente en cuestión erosionando su imagen y haciendo ver ante todos que él es el bueno y el otro un maldito hijo de satanás.
Pero a mí la verdad la corta vida pública de un tránsfuga me importa un bledo, a mí lo que me interesa es quienes los manejan, quienes tienen tan pocos escrúpulos para destrozar la vida de esa persona para llevar a cabo sus espurios intereses a cabo. Sí, he dicho bien lo de destrozar la vida porque al final el que ha manejado los hilos se acaba yendo y deja a esta pobre persona sola en su pueblo o ciudad teniendo que vivir y convivir con sus vecinos a los que de alguna u otra manera ha traicionado. Este dato es muy más relevante y más sensible cuando la localidad es más pequeña en número de habitantes.
Sí, diría que los tránsfugas son simples marionetas de una mente perversa que prefiere quemar las naves de los otros ante que la suya. Estos que se escudan en la sonrisa del escarnio, en la sonrisas de la falsedad, en la sonrisa de las mayores traiciones son capaces de ponerse los tirantes que hagan falta, el sueldo y la meta lo vale, y hoy defender los toros y la caza, cuando su partido a nivel nacional o autonómico piensa lo contrario. Son capaces de defender la Semana Santa y las manifestaciones de religiosidad popular, tan entroncada en los pueblos, pero que su idea primigenia es acabar con todo.
Un día diré en público la conversación que escuché, cuando la noche se hacía madrugada, en la terraza de un bar a un determinado político después de terminar un día eminentemente taurino...
Estos ropasueltas son los que defienden, cara a la galería, mantener todo pues ellos son garantes de que todo se conserve tal y como está y cuando llegan a las instituciones no eliminan de un plumazo lo que es tan nuestro como son los Toros, la Semana Santa, la Caza, las manifestaciones de fe popular, sino que simplemente no ofrecen ayuda institucional, no incentivan económicamente a las misma con subvenciones, y claro tal y como está el panorama pues todo se languidece, todo se seca, y al final acaba por desaparecer muchas de nuestras tradiciones.
Así actúan los que hoy dicen esto pero piensan lo contrario, así actúan los que por no estar con ellos son enemigos acérrimos, así actúan los que reclutan tránsfugas para que les hagan el trabajo sucio y ellos quedar inmaculadamente morados...
Por eso es bueno que en esta España tan convulsionada, tan harta de todo, no nos dejemos engañar por los charlatanes de feria sino por esas personas, tengan el pensamiento político que tengan, que son capaces de defender y apoyar lo que es nuestro, lo que forma parte de las raíces, la cultura, las tradiciones, las devociones, que sustentan a todo pueblo así como una encomiable gestión económico-social que trabaja cada día por hacer de su localidad un lugar de desarrollo solvente y que más de uno ha sufrido en sus filas el mal del tránsfuguismo que aunque ahora nos hagan ver que son héroes son en verdad unos desgraciados que han traicionado a propios y extraños por un interés meramente particular...
Jesús Rodríguez Arias
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