Es el mes de julio el último del presente curso ya que en agosto este articulista de opinión descansará la mente para volver con renovadas fuerzas en septiembre.
1 de un mes julio que comprende treinta y un días muy cañaíllas, muy de La Isla, muy nuestros...
Y hoy lunes en mi semanal tribuna en Información San Fernando he querido rendir un personal tributo a una buena amiga, una periodista de raza, como es Laura Garófano Escudier.
Jesús Rodríguez Arias
LAURA
GARÓFANO
Comienza el mes de julio que
es sinónimo de verano, calor, vacaciones para quienes las puedan disfrutar,
playa, convivencia en una terracita al frescor de la noche, tranquilidad en la
montaña, así como el preludio del descanso de este articulista de opinión que
en agosto intentará descansar la mente para empezar un nuevo septiembre con
plena vitalidad.
Empieza un mes muy isleño, muy
cañaílla, toda vez en estos treinta y un días se celebra la onomástica de la
Virgen del Carmen que es Madre y Patrona de esta Isla de León, de esta
bicentenaria Ciudad de San Fernando. Con ella vendrá de nuevo una Feria que
nunca debió dejar de ser Velada.
Y en este mes tan nuestro
quiero dedicar mi semanal tribuna en Información San Fernando a una querida
amiga a la que conocí hace muchos años pero que nos perdimos la pista y nos
volvimos a reencontrar fugazmente en Villaluenga del Rosario, iba acompañada
con su marido e hijo, y que ya no nos hemos vuelto a perder la senda gracias a
las calles virtuales de la red.
Laura es ese tipo de personas
que contagia vida, ilusión, alegría, fuerzas para seguir adelante, que sabe
compartir lo bueno pero también lo malo que le sucede porque lo uno sin lo otro
no se podría llamar vida. Pero lo que define a Laura, aparte de ser una buena
hija que quiere a su madre y recuerda con devoción a su padre que tan profunda
huella le ha dejado, aparte de ser una hermana entregada, una mujer que ama a
su marido y a su hijo, amiga de sus amigos, es que es una periodista de raza,
una periodista de las de antigua usanza, de las que investiga y escribe con ese
particular ingenio y cercanía pero siempre desde el respeto y la veracidad.
Laura Garófano Escudier que se licenció en Periodismo en la
Universidad de Málaga en 2002, que es de nuestra Isla como la Isla misma, ha
desarrollado una luenga actividad profesional en varios medios de comunicación
como Publicaciones del Sur así como también gabinetes de prensa institucionales
hasta 2015. Esta profesional de la comunicación y del periodismo de pura cepa
en la actualidad ejerce como corresponsal en Cádiz del diario “El Mundo” desde
febrero de 2016.
Su intensa actividad le ha distinguido con varios premios que de
una forma u otra son un especial reconocimiento a una intensa y vivencial
trayectoria. El último ha sido el ser la ganadora del primer accésit del Premio
Nacional de Periodismo Francisco Valdés, por el reportaje “Tío Curro es el
Gandalf de Tolkien”.
Este Premio Nacional de
Periodismo es un prestigioso galardón que en años anteriores se les ha
entregado a personalidades como Antonio
Burgos, Carmen Posadas, Juan Manuel de Prada o Rafael Sánchez Ferlosio y que en
esta edición ha recaído en Javier Arcenillas con el artículo titulado
“Sicarios”.
Laura en vez de vanagloriarse
y enaltecerse ofreció la consecución de este primer accésit a su familia, a su
padre, a todos los que han estado con ella a lo largo de su vida en las duras
como en las maduras. Esa es Laura Garófano Escudier, esa es la Periodista, con
mayúsculas, que días tras día nos ofrece su visión de lo que sucede, de la
realidad, de las cosas que pasan y que
muchas veces no se ven, desde el medio en el que trabaja y vuelca su
experiencia profesional hecha vocación.
Tenemos en La Isla el inmenso
privilegio de contar con personalidades en muchas vertientes pero también hay
que reconocer que en demasiadas ocasiones nuestra querida ciudad es muy
cicatera a la hora de poner en valor a sus hijos que destacan en cualquier
ámbito de la vida. Eso debería cambiar porque no hay nada más bonito que el ver
a un pueblo agradecido con los suyos y no al contrario.
Ojalá, más pronto que tarde,
nos veamos en Villaluenga del Rosario que bien sabes se ha convertido en la
Atalaya de mi vida, donde encuentro la necesaria paz, vivir en esa clase de
sosiego, que tranquiliza mi alma y que me hace ver todo desde la distancia
pues, hay que reconocerlo, el mundo para mí se queda detrás de las montañas…
Con mi admiración y cariño
querida amiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario