"Entre todos lo mataron y él solito se murió"... Este refrán se podría aplicar a nuestra Feria porque entre unos y otros se la van a cargar y más cuando esos "unos y otros" han tenido responsabilidades en un momento oportuno para haber modificado esta caída hacia abajo de la Feria que nunca debería haber dejado de ser Velada.
Perdonadme pero en este artículo soy muy crítico con La Isla y lo soy porque la quiero bien, porque quiero que salga adelante, quiero que recupere ese esplendor social que tuvo y que perdió en ese momento de nuestra historia reciente cuando el gobierno municipal de turno abrió literalmente las puertas para que se marcharan nuestra Fuerzas Armadas que no olvidemos es la raíz fundacional de nuestra Ciudad.
Pues eso, hoy escribo un artículo que sé no gustará a la inmensa mayoría crítica pero no olvidad que estoy que pienso y opino lo piensan y opinan muchos.
Jesús Rodríguez Arias
NUESTRA
FERIA
El 11 empieza una nueva Feria del Carmen que siempre
es esperada, trabajada y sobre todo criticada por los propios más que por los
extraños porque si algo nos caracteriza a los isleño es ese inconformismo que
nos hace nunca estar de acuerdo en nada, ver siempre los errores, que a veces
son de bulto, y comparar con tiempos pasados que fueron criticados igual, y no
dar valor al potencial que tenemos como Ciudad.
Nuestra Feria del Carmen y de
la Sal tuvo hace años su momento culmen y era
considerada como una de las mejores de la provincia cosa que ahora no lo
es y hay que asumirlo. El reto es
conseguir no ser tanto lo que fuimos sino el reinventarse e innovar sin perder
su idiosincrasia ya que nuestra Feria es del Carmen y se celebra en torno al 16
de julio pensar en otras fechas es simple quimera.
Que hay muchas hermandades y
colectivos que no montan casetas es verdad, que se puede estar más o menos de
acuerdo con los precios que se fijen desde la Administración también, que ya no
se gane tanto dinero como hace décadas es seguro pero toda la culpa no la tiene
nuestro Ayuntamiento sino también el pasar de los tiempos que traen estos
desajustes pues yo recuerdo el haber montado caseta con mi hermandad durante
muchos años donde todos los que allí trabajábamos éramos hermanos y
colaboradores. Atendíamos turnos larguísimos, guardias, así como el llevar a
cabo la correspondiente misión en la cocina, barra, cobranza, compra diaria…
Sí, es verdad, allí había un montón de gente, eran muchas manos que se
remangaban, antes, durante y después de la Feria amén de atender otras
obligaciones profesionales quienes tuvieran que hacerlo como era mi caso y el
de muchos.
Este ejemplo era extensivo a
casi todas las casetas que se montaban por aquel entonces en aquella pletórica
Feria del Carmen y de la Sal que tenemos en mente porque el fin principal
era generar dinero para tanto como había que pagar y hacer durante el resto del
año.
Los años pasan, los efectivos
disminuyen, los precios se encarecen, y ahora casi todo el mundo prefiere una
caseta bien montada, donde cenar o almorzar
a mesa, mantel de tela, buenas vajillas y cuidados cubiertos, piso
firme, aire acondicionado si se puede y además con un hostelero que se haga
cargo del personal de cocina amén que de sala mientras una orquesta o grupo
anima las noches. Con esta visión de la Feria no podemos pedir que sea igual
que hace veinte o treinta años porque simplemente la sociedad y por tanto
nosotros hemos cambiado y ahora son pocos los que montan caseta a la antigua
usanza.
Pienso que a la Feria del
Carmen y de la Sal hay que darle otro enfoque, otra visión, destacando su
disfrute como Velada que una Feria de día y noche al uso, potenciando más lo
nuestro que lo impostado de fuera, porque sé que el intentarlo vale la pena ya
que hay muchos intereses en juego y sobre todo está por medio el nombre y el prestigio de nuestra
Ciudad. Esto es cosa de todos y cada uno de nosotros porque pienso que ha
llegado la hora de ponernos las pilas y defender las cosas de La Isla, sentir
ese sano orgullo de ser, sentirse y vivir en un lugar único en el mundo, en vez
de estar mirando la coma de cuanto se piensa hace mal el otro. La crítica por la crítica no
convence a nadie.
Si “vendemos” una imagen
negativa al resto nos estamos haciendo un flaco favor porque nadie quiere visitar
lugar tan criticado por los suyos pero si cogemos todos los condicionantes que
tiene este precioso lugar que compendia arte, mar, historia, religiosidad,
buena gastronomía, gente amable y servicial, entonces estaremos dando al mundo
esa visión de una ciudad moderna, sin perder la esencia, y que mira al futuro
sin perder de vista su pasado.
Y pensad que si las entidades
no montan caseta se cargarán la Feria, nuestra Feria, la del Carmen y de la Sal,
ya que con esta actitud estaremos dando cancha a los que proponen fechas más
frescas y constitucionales, pero entonces, y lo digo como suena, no será
“nuestra Feria”.
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