Resucitó y este Lunes de Pascua lo celebramos metidos en casa...
Y sobre lo que nos está pasando va mi artículo de hoy lunes en Información San Fernando.
Jesús Rodríguez Arias
Decían que no resucitaría,
pidieron incluso guardias a la puerta de la tumba porque creían que los
discípulos robarían el cuerpo y es que todo bribón cree que todos son de su
misma condición.
Pero resucitó tal y como había
anunciado. Con la Resurrección de Jesús se cumplió el plan establecido por Dios
Padre para con nosotros que por Amor sacrificó a su Unigénito para liberarnos de la
oscuridad de la muerte, de los pesados fardos del pecado que nos hunde en la
ciénaga de nuestra propia perdición. Cristo vence a la muerte y nos anuncia a
todos que no tengamos miedo, que Él estará siempre con nosotros incluso cuando
no lo queramos ver.
Hoy Lunes de Pascua celebramos
la Resurrección de Jesús metidos en
casa. Una nueva ampliación del estado de alarma por los estragos que está
causando la pandemia del Coronavirus hace que millones de españoles sigamos
enclaustrados en nuestros hogares, millones de personas que observan con pavor
lo que está sucediendo, las decenas de miles de contagiados y de fallecidos,
algunos incluso forman parte de las propias familias. Millones de personas que
no hacen más que pensar recluidos entre cuatro paredes y esto hace que el ánimo
se baje e incluso se pierda la Esperanza mientras en los hospitales nuestros
sanitarios dan lo mejor de sí con demasiados pocos medios, los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad así como las Fuerzas Armadas ídem de lo mismo. Quince días
más para seguir luchando contra este demoníaco virus, quince días más para
ahondar en la tristeza colectiva del conjunto de los españoles que ven como
pierden sus vidas demasiadas personas y comprueban como también ellos mismos
las van perdiendo porque sus trabajos penden de un hilo.
Hay mucho miedo, nos lo han metido
no tanto en nuestras casas sino en los huesos. Miedo a enfermar, a morir, a
perder el trabajo… Miedo a salir, miedo a encontrarse con uno de nuestros
semejantes, miedo del beso de tu pareja e incluso de los propios hijos. Nos
estamos deshumanizando a marchas forzadas y esto al final, cuando el maldito
virus sea vencido, nos va a pasar factura.
Ya nos la está pasando porque
cuando salimos para algo concreto intentamos no encontrarnos con nadie, huimos
de nuestros vecinos, porque todos para todos somos unos apestados. Es verdad
que hay que cuidar las condiciones sanitarias en cuanto a la propagación del
virus pero pienso que el día que nos abran las puertas de nuestras casas más de
uno se va a pensar si sale o se queda en la misma.
Personalmente os confesaré que
no tengo miedo pues confío plenamente en Dios y solo Él sabe cuando será mi
final por lo que ese miedo del que os
estoy hablando no habita en mi hogar y desde esa perspectiva observo con
inmensa tristeza como este maldito Coronavirus se está ensañando con nuestros
mayores, los que sacaron a España y a nuestras familias hacia adelante, como
residencias de ancianos cuenta con muertos cada día, como afrontan desde la
soledad los padecimientos del contagio y la soledad de la muerte. Sensación de
vacío es la que tienen sus familiares cuando reciben la llamada que su ser
querido ha muerto y al día siguiente para ir a recoger sus cenizas. La frialdad de la
muerte en estado puro. Entierro según reglamentario protocolo y a llorar a
casa. Esto simplemente es inhumano. Igual que nuestros ancianos, personas con
enfermedades crónicas, sanitarios, Policías, Guardia Civiles, militares,
sacerdotes que han sido contagiados por su inmensa labor de salvar al prójimo
con la mínima protección.
Ha Resucitado y ya pasó una
Semana Santa inusual y vacía de esencia
cofrade. Calles de pueblos y ciudades vacías, silencio mortecino solo roto cada
tarde a las ocho donde todos aplauden a los que están dando sus vidas por los
demás. Ha Resucitado y espero que esta crisis sanitaria que nos ha dejado a
todos desmadejados nos sirva al menos para mirar hacia Dios con más frecuencia,
hacia nuestros hermanos, el prójimo, que son todos los que nos rodean. Nos toca
humanizar un mundo deshumanizado.
La tarea que tenemos entre
manos no es fácil pues cuando todo pase estaremos literalmente destrozados pero
Dios lo puede todo.
A pesar del Coronavirus:
¡Feliz Pascua de Resurrección!
Jesús Rodríguez Arias
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