La Prensa, los medios, los profesionales de la comunicación, los periodistas, casi nunca son del agrado de aquellos que tienen algo que ocultar y por eso desde siempre ha sido una profesión maldita.
Los articulistas que ofrecemos nuestra opinión desde la más absoluta Libertad tampoco somos bien vistos, os lo digo con cierta experiencia, por aquellos que no asumen sus errores. Os confesaré que más de un político o dirigente de alguna institución, a lo largo de mi vida como columnista, se ha cruzado de acera para no encontrarse conmigo o me ha negado el saludo porque lo de las "advertencias" es mejor dejarlo para otro artículo...
Por eso es más fácil "matar al mensajero" que ser íntegro y veraz.
Y de eso va mi artículo de hoy lunes en Información San Fernando.
Jesús Rodríguez Arias
MATAR
AL MENSAJERO
Hay que ver lo que está dando
que hablar el denominado “cuarto poder” que es como llaman a los medios de
comunicación y aunque en todos lados cuecen habas debo reconocer que
desarrollan una impecable labor de informarnos de lo que están sucediendo. La misión
de los profesionales es reconocida por todos, salvo por los que tienen
pensamientos totalitarios o mucho que esconder. Gracias a los medios de
comunicación se han descubierto, por ejemplo, los sangrantes casos de
corrupción que han asolado a España y Andalucía habiendo enviado a más de uno
al banquillo como al hotel “reja”.
Ahora tienen sobre ellos la
espada de Damocles pues muchos no son del agrado de los que nos gobiernan que
para defender su “gestión” acusan a los medios de publicar bulos y me pregunto:
¿Es mentira porque es falsa o porque no interesa que se sepa más de lo que
procede?
Este acoso y derribo por parte
de los dirigentes de este país hacia la libertad de expresión y prensa es muy
preocupante porque te da que pensar. Si fueran transparentes en sus acciones no
tendrían para nada que temer de los periodistas pero es más fácil “matar al
mensajero” que asumir una gestión que presenta más errores que aciertos, más
dudas que certezas.
Ahora está muy en boga eso de
criticar a los medios de comunicación privados pues “tergiversan” todo cuanto
hacen nuestros gobernantes haciéndonos ver que todo lo que salgan de estos es
mentira y poniendo en un brete no solo a los medios propiamente dichos sino a
los profesionales de la comunicación, que trabajan, investigan, para la ofrecer
la noticia, sea cual sea, desde la veracidad y el conocimiento. Conozco a
muchos periodistas que se dejan literalmente la piel en el ejercicio de su
profesión para que vengan los politiquillos de turno, cuyo prestigio social se
basa en un efímero cargo público, y quieran desprestigiarlos a todos para
salvar donde la espalda pierde su nombre.
En esta España dolorida, que
entierra en soledad a sus muertos mientras llora en silencio. En este país tan
histriónico donde los gobernantes quieren rebatir derechos fundamentales
recogidos en la Constitución Española de 1978 como es la Libertad de Expresión
y de Prensa abogando por la desaparición de los medios de comunicación de
carácter privado para aunarlos todos en uno público y gubernamental no es que
me parezca descabellado, que lo es, sino verdaderamente temerario y peligroso.
La Libertad no es algo que se
pueda dar o quitar según convenga. La Libertad es un derecho fundamental del
ciudadano que ni se compra ni se vende, se tiene y punto. En un estado social y
democrático de derecho como España no debería ser algo a cuestionar. Y dentro
de la Libertad está la de opinión, expresión y prensa. Cuestionar a determinados
medios de comunicación porque no sean del agrado del que ostente el poder es
simplemente pura intransigencia.
Malos momentos vivimos en
España cuando se cuestionan los pilares en el que se fundamenta esta noble
Nación por parte de quienes están en la obligación moral y personal de
garantizarlos.
Personalmente no me puedo
callar ante estos desmanes que va en contra de mis principios no solo ya como
español sino como escritor y articulista de opinión que vive en la Libertad. La
información debe ser objetiva siempre y la opinión subjetiva pues la misma se
fundamenta en el pensamiento del que la emite. Hay opiniones para todos los
gustos y todas necesarias. El acallar la voz de los medios de comunicación y de
los columnistas de opinión es de una bajeza intelectual y de una falta de
sentido democrático a tener muy en cuenta. Visto lo visto nos podremos preguntar
en manos de quienes estamos.
Dentro de los privados están
los religiosos así como los eminentemente cofrades. Los que abogan por un medio
estatal y gubernativo con fundamentos laicistas como único altavoz las
cuestiones religiosas no tendrían cabida. Los que piensan de esta manera
quieren construir una España vaciada sin historia, raíces, cultura, tradiciones
ni Dios.
Todo mi apoyo personal a todos
los profesionales de la comunicación y medios privados como públicos pues
tienen la noble misión de informar a los ciudadanos de lo que en verdad está
pasando les guste o no a los de siempre.
Jesús Rodríguez Arias
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