Si hoy fuera ese 23 de octubre de nuestra niñez y juventud La Isla estaría de fiesta pues se celebraría la romería de los copatronos San Servando y San German a la Ermita del Cerro donde se llevaría a cabo una convivencia entre vecinos a base de frutos secos y demás manjares hechos en cada casa... Eso cambió cuando sustituyeron este día por el de la conmemoración de las Cortes Constituyentes del 24 de septiembre de 1810 ahora tan diluida en su mensaje gracias a esos que quieren perpetuar su mensaje ideológico por encima de una histórica efeméride.
Celebración que perdió mucho cuando dejó de ser fiesta y más ahora en tiempos de Covid que está arrasando con todo lo conocido.
Pero te confesaré que para mí el 23 de octubre siempre será fiesta porque celebras tu cumpleaños y como te quiero como lo que eres mi amigo y hermano de siempre hoy aquí en La Atalaya en Villaluenga del Rosario también es un día de Fiesta.
Y este año para más inri cumples cincuenta años en número redondo. Te diré, pues te llevo meses de ventaja, que es una edad muy bonita porque rezumas madurez por todos los lados, porque ves la vida según va viniendo, porque le das importancia a lo que en verdad lo tiene dejando lo demás para los demás.
Cincuenta años, querido Leo, para dar siempre Gracias. Cincuenta años con sus pros y contras, con sus momentos buenos, malos e inmejorables. Cincuenta años haciendo el Bien, con mayúsculas, siendo Coherente, también con mayúsculas.
Testigo y enamorado de la Esperanza, que nos une, pero que en tu caso termina donde empieza el horizonte ya sea en la mar o por esos senderos de Dios en el Camino de Santiago del cual eres un Peregrino de por vida. Esperanza en la Reina y Madre del Carmelo, la Virgen de negros tirabuzones a la cual rezó y sirvió siempre tu padre Leonardo. Esperanza en la Piedad y Misericordia que es mucho más que una hermandad y por supuesto sus dirigentes. Esperanza en vivir la vida al desnudo sin tapujos innecesarios, sin pusilánimes pudores y con la educación, el honor y el respeto como bandera. Esperanza en tu mujer e hijo, en tu madre y hermana, en tus sobrinos, en los tuyos, entre los que quiero contarme, en la Ciudad en la que vives y en la que quisieras estar. Esperanza localizada en un mundo todavía por recorrer, vivencias que compartir, momentos de deseada soledad para pensar...
Sí, Leo nos une la Esperanza que para mí no es un color aunque todos los días la pinto de verde...
Esperanza en vivir la vida sin hacer daño a nadie, de disfrutar de los pequeños placeres, de tomar una buena copa de vino con un delicioso queso y si es de Villaluenga del Rosario mucho mejor o almorzando, nos debemos una conviá, en la Cantina del Titi de esa persona tan querida como emblemática como es Bartolo que siempre nos reserva la mejor de las mesas y que yo te dejo todo el mar para que recrees la mirada mientras me conformo con otra clase de paisaje.
Esperanza en servir cada día de tus días como lo haces. Eres un trabajador ejemplar y por donde vas dejas huella. Te debo reconocer, algo que bien sabes, y que no es otra cosa que decirte que de lo poco que echo de menos del trabajo eres tú, los buenos momentos pasados juntos los últimos 21 años día tras día. Hemos compartido tanto en tantos años que la condición de amistad es muy endeble para lo que en verdad siento por ti, porque eres mi hermano y te quiero como tal. Desde febrero no nos vemos físicamente, desde el 26 de febrero no piso ni San Fernando ni por supuesto el Ayuntamiento pero cuando hablamos a mí se me para el tiempo.
Esperanza que en tu caso no es un concepto sino una forma de vida que traspasa fronteras aunque tú te quedes en Sevilla y en Triana...
Quiero a tu mujer Pili, a tu hijo Pablo, a tu madre Pepa, a tu hermana Carmen, a tus sobrinos, cuñados y verdadera familia como parte de la mía por méritos propios porque así me lo habéis demostrado durante tantos y tantos años.
Seguidor del Atlético de Bilbao, que hay que tener arte para esto, apasionado del Camino de Santiago en sus diferentes vertientes, de tus ratos de deporte, que hace mantenerte con un figurín a pesar de alcanzar la cincuentena. Te gusta disfrutar de tus momentos, escuchar a Herrera, ingerir comida sana y de vez un buen chuletón como está mandado maridado con un buen caldo de los que tenemos en esta cada vez más desgajada España. Hombre con sentimientos patrios y de fe recia que se embebe de espiritualidad en el silencio de la inmensidad de la naturaleza o se emociona vivamente con la Misa del Peregrino cuando pones punto y final al Camino de cada año.
Amigo de sus amigos, pero los de verdad, los que van de frente, los que sabes que puedes poner la mano en el fuego sin quemarte. Hombre de fiar siempre, leal, consecuente e inmensamente coherente. Hombre al que le cuesta decir que no a los que quiere o a esos proyectos llenos de buenas intenciones que después se convierten en amargas ilusiones. Aficionado al fútbol teniendo al San Fernando como santo y seña.
Hoy cumples 50 años y serán muchos los que te feliciten de todos los lugares y no sabes lo que me alegro porque quitando a uno o dos que lo hacen por quedar bien los demás te muestran sus sentimientos porque te quieren de verdad. Yo podría haberte puesto un mensaje vía Facebook pero no, estoy en una etapa de mi vida que quiero que mis desnudos sentimientos queden plasmados para siempre, por eso esta felicitación tan personal e intransferible realizada, como antaño, por vía epistolar.
Estamos en una década decisiva de nuestras vidas y si nos dejan será nuestra eclosión que nos definirá para siempre como la clase de personas que somos y queremos seguir siendo. Hermano vive la vida como lo haces, riéndote de ella cuando hace falta y cogiéndola por los cuernos cuando se tercie. Sé tú siempre y no cambies en nada de lo que no quieres cambiar. Eres único, así nos hizo Dios a todos, y eso te hace ser el amigo, el hermano, el hijo, marido, padre, hermano, que eres.
Hoy no podré estar contigo apagando las cincuenta velas, no podré cantarte en viva voz eso de "cumpleaños feliz", no podré darte ese abrazo que nos debemos hace tanto tiempo, pero si te digo que estoy muy orgulloso de ti, que para mí es un verdadero honor y un privilegio que seas mi Hermano y que te quiero como tal. En mí encontrarás lo que siempre encuentro en ti: Cariño, admiración y lealtad.
Felicidades Leo, querido Hermano, que disfrutes de los cincuenta como solo tú sabes hacerlo y como por culpa del maldito mal que nos aqueja no has podido venir a Villaluenga para ayudar en la mudanza, como era tu intención, te diré que he dejado dos o tres muebles bien pesados a los que hay que empotrar en la pared y alguna lámpara que hay que instalar pues bien sé que eres un amante del bricolaje y yo en verdad soy un patán para ello...
Un abrazo Hermano y disfruta a tu manera de un día tan especial. Nos vemos muy pronto.
Jesús Rodríguez Arias
No hay comentarios:
Publicar un comentario