Mal se está haciendo cuando se sitúa al lado de los enemigos de España, cuando los pseudoprogres que van de intelectuales, como D. Ignacio Escolar, le aplauden y eso lo ha hecho usted solito, Sr. Casado.
El argumentario "peperiano" ha puesto sobre el tapete con unos dibujitos muy coloristas la ecuación que haría falta para ganar la moción de censura y todas las opciones salen perdedoras y con estas fórmulas magistrales suavizan los cada vez más encrespados ánimos de la propia militancia.
No, esta no era una moción de censura para ganarla, como hizo Sánchez con sus adláteres mientras Rajoy departía en un restaurante del que salió algo confundido por no decir dando alguna que otra cambayá. Esta moción era de censura, de censurar las malas artes de un gobierno preso de antisistema, proetarras y sececionistas.
Era de censurar y poner a las claras de qué material está hecho los rufianes que colaboran con Sánchez y todo su equipo.
Y Abascal ha defendido el fuerte con nota cosa que no se puede decir de usted, D. Pablo. Usted ha preferido meter la cabeza bajo tierra para que pasen estos malos vientos y volver a sacarla como si nada hubiera pasado cosa muy propia en el partido que dirige desde que Aznar dejara la presidencia.
En estos dos días cada uno ha ofrecido la versión que es, de qué está hecho, de sus principios innegociables al estilo de Groucho Marx. Algunos esperaban que usted recapacitara y apoyara no solo una moción de censura que lo que pretendía era simplemente censurar y denunciar los desmanes de este gobierno sino que fuera leal con quién lo está siendo donde su partido está gobernando. Pero no, tampoco sirve para ser leal con los que les son leales. Es usted un digno dirigente de su partido que mira más al gesto de los sorayistas barones que son los que le marcan la hoja de ruta mientras D. Teodoro le sirve las correspondientes instrucciones como el que sirve un café mañanero...
Qué decepción D. Pablo y que Traición a cuantos lo apoyamos desde nuestra más radical independencia creyendo no tanto en usted, las personas sabemos son pasajeras, sino en el itinerario de recuperación de lo que el PP siempre fue y que Rajoy junto a los sorayistas que él mismo engendró lo destruyeron.
Bueno, la vida sigue...
Y mañana es viernes donde sus señorías irán a descansar a sus venerables casas pagadas por los españolitos de a pie que están soportando no solo una angustiosa crisis sanitaria, no solo se enfrentan con muy pocas armas a la económica que ya está dando por todos los lados sino llevando encima de sus hombros una clase política acomodada y putrefacta que lo único que tendría que hacer es trabajar por el bien de todos los españoles y lo que hace es salvarse cada uno así mismo porque el sueldo, el cargo y el escaño les va en ello.
D. Pablo, como usted verá yo no puedo exigirle que dimita pues no soy militante de su partido ni tampoco lo he votado pero si puedo pedirle que se vaya a su casa con la mayor dignidad posible porque cuando a Feijóo se le hinchen las narices le va a dar una soraya patada en su sorayo culo pues todos sabemos que D. Alberto está lampando por ser cabeza de lista en las generales y presidente del PP que es en verdad lo que va a conseguir si inicia ese viaje hacia el poder perdido y encontrado según la línea de D. Mariano...
Lo que me va a permitir es que le diga como democristriano que soy y antiguo votante de su partido: ¡Váyase D. Pablo porque no sirve ni para estar escondido!
Jesús Rodríguez Arias
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