Hoy lunes mi semanal tribuna en Información San Fernando tiene especial dedicatoria y nombre propio: Pepín Rodríguez Romero.
Jesús Rodríguez Arias
PEPÍN RODRÍGUEZ ROMERO
Escribir
de Pepín Rodríguez Romero es necesariamente retrotraerme a mi infancia, a esa
Isla en la que abrí los ojos a la vida, a ese barrio del Carmen tan cercano
donde éramos todos un poco familia.
Mi
madre siempre tuvo en alta estima a José María Rodríguez Romero, a su mujer e
hijos como se la tenía a Yeye Ramírez, Carmen Bernal o Tere De Benito. Era esa
Isla que ya poco a poco va desapareciendo, esa Isla educada, esa Isla con
valores. En el barrio del Carmen se unían distintos estratos sociales como pueden
ser los vecinos de Real, Sacramento o Callejuelas pero en verdad todos nos
conocíamos y todos estábamos para todos.
Pepín
siempre fue un hombre comprometido, qué cuesta hablar en pasado, tanto
profesional como políticamente hablando. Un hombre totalmente enraizado en San
Fernando a la que sirvió hasta la hora en la que le sobrevino la muerte. Hombre
de fe profunda y recia amén de una devoción sin límite a la Virgen del Carmen
que le hizo pertenecer a la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Patrona hasta
el último instante.
Pepín
tenía esa clase de señorío labrado desde la extrema educación, caballerosidad,
de trato exquisito, atento y servicial. Valores que atesoró y abonó durante
toda su existencia, virtudes que inculcó a sus hijos, nietos y familia.
Histórico
de Alianza Popular así como del Partido Popular en el Ayuntamiento de San
Fernando donde dejó la impronta de esa clase de políticos que ya no se estilan
donde el servicio a los demás y a la ciudad, provincia, región o estado está
por encima de intereses partidistas, de sueldos, cargos y escaños. Pepín fue un
concejal cercano y de exquisita educación que escuchaba a todos y siempre
trataba de llegar a acuerdos. Se puede decir que se nos ha ido un señor de la
política.
Tengo
recuerdos de siempre de José María Rodríguez Romero pero fue con el pasar de
los años cuando el trato fue más intenso llegando incluso a colaborar con él
durante algunos años y por experiencia propia sé que se nos ha ido un isleño
ejemplar, un hombre dedicado a todos y especialmente a su Familia a la que
quería hondamente, de la que se puede decir que fue su mayor orgullo.
El
tiempo y también la distancia de vivir fuera hizo que no nos tratáramos asiduamente
pero cuando nos encontrábamos siempre mostraba un cariño, un afecto y una
admiración que era totalmente recíproca. Los recuerdos se agolpan en mi alma en
forma de agradecimiento. Me acordaré siempre del funeral de mi madre, a primero
de septiembre de hace tres años, allí estaba Pepín al cual sentí más cercano,
cálido y cariñoso. Fue quién leyó las lecturas y las preces en una preciosa
Misa que estuvo oficiada por toda la comunidad de frailes carmelitas.
Conozco
a su familia pero especialmente a su hijo Quique con el que me reencontré hace
algunos años gracias a las redes sociales e incluso tuvimos oportunidad de
darnos ese abrazo que nos debíamos hace mucho tiempo en una Feria del Queso en
plena calle Real de Villaluenga del Rosario.
Y en
José Enrique Rodríguez García veo reflejado a su padre pues atesora esa clase
de bonhomía, de señorío, de caballerosidad y de fe recia de José María
Rodríguez Romero. Fe que compartió con todos sus amigos cuando hizo el Camino
de Santiago. Hay que recordar, los peregrinos nos entendemos, que el Camino
transforma a la persona para siempre.
Mira
que no veo ni charlo hace bastante tiempo con Quique pero lo tengo muy presente
en mi vida pues es esa clase de amigos que cuando uno echa la vista atrás lo
ves.
He
querido con estas líneas dar mi particular pésame, mostrar el dolor, por el
fallecimiento de mi siempre querido y admirado José María Rodríguez Romero.
Hacerlo con su viuda, hijos, nietos, Familia y legión de amigos que ha dejado
aquí en la tierra, hacerlo con la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen
Coronada de La Isla a cuya Junta de Gobierno perteneció hasta su final, hacerlo
con la gran familia del Partido Popular y también hacerlo con la Bicentenaria
Ciudad de San Fernando que ha perdido un ilustre hijo.
Y tú
Pepín, descansa en paz.
Jesús
Rodríguez Arias
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