Y fuiste Coronada Madre...
Coronada por el Amor de tus hijos que te quieren a morir...
Coronada con el sentimiento mariano de todo un barrio en torno a su Virgen...
Coronada gracias al trabajo y esfuerzo de la Junta de Gobierno que preside mi buen hermano Agustín Llamas...
Coronada aquí en la tierra como reflejo del mismo Cielo...
Y sobre el acto de Coronación litúrgica de la Santísima Virgen Madre de la Iglesia y Auxiliadora del Pueblo de Dios el pasado 20 de marzo, de mi querida Hermandad de la Redención Salesiana que todos los días me da motivo para estar orgulloso de pertenecer a su nómina de hermanos junto a mi mujer Hetepheres, va este artículo que hoy se publica en mi semanal tribuna de Andalucía Información.
Jesús Rodríguez Arias
Y FUISTE CORONADA
Con sones del Ave María de
Caccini fuiste llevada por tus hijos al lugar fijado donde tendría lugar tu
coronación litúrgica, donde sobre tus benditas sienes sería depositada una fina
corona tan llena de significado como Amor dado y correspondido de unos hijos
para con su Madre…
Porque el sábado 20 de marzo
Jerez fue tan mariana como lo es el Santuario de María Auxiliadora cuyo Templo
acogió este importante y deseado acto litúrgico.
Corona realizada en el taller de
orfebrería “Castilleja” que está dirigido por la sevillana María Brihuega Jiménez.
Corona con un significado muy específico que paso a detallar: La Corona consta
de doce estrellas, con doce circonitas en el centro. Junto con otras doce
piedras a los lados de los seis querubines que lucen en la diadema, suman 24,
por ser el día de María Auxiliadora. Así mismo, representan al grupo infantil y
joven de la Hermandad Salesiana. En el centro, con piedras rojas, simbolizando
la sangre de Cristo en la Cruz sobre el globo terráqueo en plata. Sobre las
siglas de Ave María, una estrella con circonitas, María es quién ilumina
nuestro caminar.
El canasto formado por seis
capillas con cuatro ángeles corpóreos en plata. En la capilla central
delantera, la Virgen Inmaculada. En la capilla central trasera, San Juan Bosco,
ambos cotitulares de la hermandad. Las piedras rojas del canasto recuerdan el
color de cuando se celebra su festividad junto a la paloma que cuelga del
centro. El día de Pentecostés.
Quiero agradecer públicamente
a mi querida amiga y hermana Ana María Gutiérrez que me haya proporcionado
estos valiosos datos que dan significado del por qué de esta preciosa Corona.
Ana María, no debemos olvidar, ha sido la promotora de este proyecto felizmente
hecho realidad y la encargada de todo lo relativo a la organización. Pienso que
es bueno destacar la labor de las personas que trabajan a diario poniendo su
indispensable granito de arena para que las ideas se materialicen en proyectos
y después de un arduo trabajo disfrutemos todos tras hacerse realidad.
Personas como nuestro hermano
mayor Agustín Llamas, personas como mi querido y siempre admirado Ángel
Revaliente Domínguez, personas como Ana María Gutiérrez, Antonio Mata y su
extraordinario equipo de mayordomía, personas como Rafa López Ruiz, Jesús García
Cantalejo, Raúl Vargas, José Manuel Lagares, Juan Manuel Pina o el vestidor de
la Virgen Jesús Tamayo. No puedo olvidar la implicación y el apoyo constante de
nuestro director espiritual, Padre D. Mario Pardos y también quiero agradecer
el apoyo de los padrinos de la Coronación, D. Álvaro Domecq y Dª Maribel Domecq
Ybarra.
Hoy he puesto nombres y
apellidos de personas, hermanos en la Redención de Jesús, a los que les gusta
permanecer en el anonimato, les gusta trabajar por y para la Hermandad así como
la Iglesia en el modo y manera que quieren ser servidas. Hermanos que trabajan
para mayor Gloria de Dios mientras permanecen alejados del efímero
protagonismo. Hermanos que reflejan bien a las claras que el único camino es el
de crecer, avanzar con paso firme en el presente para ir construyendo futuro.
Esta Hermandad Salesiana sabe
que hay que dejar paso a las nuevas generaciones, a los jóvenes, que junto a
hermanos que están en la madurez de vida y sobre todo de Fe aporten el
necesario equilibrio tan necesario en la vida.
Felicito a mi querido Agustín
Llamas, que refleja bien a las claras lo que es ser cofrade y salesiano, porque
junto a su equipo ha conseguido grandes gestas en esta joven, sencilla, humilde
y a la vez Gran Hermandad.
La necesaria restauración del
Cristo de la Redención por su propio autor, los actos que se organizan como por
ejemplo el Anuncio de la Navidad, la vida interna de una Hermandad, con hache
mayúscula, que dura los trescientos sesenta y cinco días que tiene el año y no
solo los que rodean al Jueves Santo. Una Hermandad, como se demuestra en la
Redención Salesiana, no es flor de un día sino del incansable trabajo de hora
tras hora.
Gracias Agustín, gracias a los
que trabajáis y colaboráis con él a diario, gratitud extensiva a nuestro
director espiritual, por hacer de nuestra hermandad el vehículo necesario para
vivir la Fe dentro de la Santa Madre Iglesia.
Jesús Rodríguez Arias
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