El Honor y España eran su
divisa y por ello ha muerto en acto de servicio el agente de la Guardia Civil
D. Agustín Cárdenas esta pasada madrugada en Jerez de la Frontera tras sufrir
el atropello de un coche que iba a 180 kilómetros por hora que estaba siendo
perseguido por otro de la Benemérita que estaba conducido por dos malnacidos
cuyas edades oscilan entre los 22 y 17 años. Uno de ellos, el más mayor, dio
positivo en cocaína. Tras el atropello mortal se estrellaron frontalmente con
otro coche causando heridas leves a tres personas.
D. Agustín Cárdenas deja
viuda, una hija y tres nietos.
Hoy Jerez de la Frontera, donde era muy conocido, y toda la Provincia de Cádiz llora su injusta muerte a manos de dos depravados, tengan la edad que tengan, cargaditos de coca.
Pero esto que hoy nos espeluzna es la triste realidad que se encuentran a diario nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Los atropellos, físicos o verbales, la desconsideración por una parte de la sociedad que está en proceso de putrefacción, los ataques que vienen de todos los frentes y un largo etcétera.
Pero hoy la cuestión es que por culpa de dos degenerados, hijos del sistema, ha muerto un servidor de España, un hombre bueno, que estaba ya viviendo una etapa en la vida en la que se encaminaba poco a poco a la siempre feliz jubilación o pase a la reserva que le haría disfrutar de su mujer, hijas, nietos, de esas ocupaciones siempre postergadas. Todo eso ha quedado cercenado por cumplir con su deber como solo sabe hacerlo un Guardia Civil, como solo sabe hacerlo cualquier miembro de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que lleva impreso en lo más recóndito de su ser el Honor.
Cómo hijo de Policía y tener mi corazón repartido también con el verde Guardia Civil siento mucho todas estas situaciones. Las vivos como si fuesen mías, las vivo porque mi padre todos los días al salir de casa para dirigirse a Comisaría no sabía si volvería a ella.
Ser mujer, marido, pareja o hijo de Guardia Civil o Policía es estar hecho de otro materia que la los demás mortales. Por eso me pongo en el pellejo de su viuda, su hija y también nietos o demás Familia, amigos o Cuerpo al que servía desde el Honor.
Desear que todo el peso de la Ley caiga sobre estos dos niñatos que alegando mil motivos no les librará de todo el mal que han hecho, de haber atropellado y matado a un Guardia Civil, de haber herido a otros tres cuando su coche impactó con otro que venía de frente. Eso, por mucha leyes y argumentos que se saquen para librarlos del hotel reja, les acompañará toda la vida pues salvo que no tengan conciencia ni escrúpulos, cosa que me creo, estos dos tipejos han matado a un honrado servidor patrio, un ejemplar agente de la Guardia Civil que ejercía en la ilustre Ciudad de Jerez de la Frontera, como es D. Agustín Cárdenas, al que hoy y siempre lloraremos todos, dejando a una Familia totalmente destrozada y al Cuerpo con una herida abierta que pasará mucho tiempo para que pueda cicatrizar.
Mi pesar a su viuda, hija, nietos, Familia, amigos así como al insigne Cuerpo de la Guardia Civil, en la persona del Coronel Jefe de la Comandancia de Cádiz, D. Jesús Narciso Núñez Calvo, por tan triste pérdida.
Y es que es verdad: En la Guardia Civil el Honor es la divisa.
Jesús Rodríguez Arias
No hay comentarios:
Publicar un comentario