No, no va mi artículo sobre fenómenos paranormales que tanto suelen gustar a la mayoría. Hoy quiero hablaros de algo verdaderamente sobrenatural, algo que forma parte de nuestra vida no le damos la consideración en importancia que en verdad debería tener.
Hoy en mi semanal tribuna de los lunes os lo cuento.
Jesús Rodríguez Arias
ALGO
SOBRENATURAL
Abstraído del lógico discurrir
de los días que nos acercan al final del mes de octubre y con él a halloween al
que algunos quieren meter dentro de la multiculturalidad a esta “fiesta”
impostada donde se enaltece lo más horrendo de la muerte sesgando de una sola
tacada todo matiz de Fe en Cristo. Halloween hace una “fiesta” de los quebrados
huesos que descansan en la paz de los Camposantos.
A una semana vista de esta
“celebración” diabólica quiero hablaros de algo que es verdaderamente
sobrenatural, algo que transforma el mundo y a las personas que abren su
corazón para que vivan en ellos: El Amor.
En la Primera Carta del
Apóstol San Pablo a los Corintios está explicado con palabras sencillas la
verdadera grandeza del Amor que abarca a creyentes como a los que no lo son
pues todos somos depositarios de este.
Hermano: Ambicionad los
carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino mejor. Ya podría hablar las
lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un
metal que resuena o unos platillos que aturden.
Ya podría tener el don de
predicción y conocer todos los secretos y de todo el saber; podría tener una Fe
como para mover montañas; si no tengo Amor, no soy nada. Podría repartir en
limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo Amor, de nada
sirve.
El Amor es comprensivo, es
servicial y no tiene envidia; el Amor no presume ni se engríe, no es mal
educado ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal, no se alegra de las
injusticias, sino que goza con la Verdad. Disculpa sin límites, cree sin
límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El Amor nunca pasa.
San Pablo nos explica la
realidad del sobrenatural don que es el Amor. Lo malo es que cuando escuchamos
esta Carta a los Corintios, suele ser en las bodas, casi no atendemos a la
lectura y mucho menos a la profundidad del mensaje tan brutal que atesora.
No debemos olvidar que mucho
de lo que nos pasa es por falta de Amor. Después no critiquemos al mundo por
las guerras, las crisis, enfermedades, el tráfico de personas, la compra y
venta de la moralidad, los que traicionan lo más noble que son y representan para
salvar su prestigio y seguir manteniendo su propia comodidad.
Nuestra sociedad camina con el
pie cambiado por la pandemia, por la crisis económica y social que trasciende
incluso a las guerras, por gobernantes sin alma que dirigen nuestro devenir a
golpe de agenda, no hay nada que teman más los que nos quieren mal que el Amor
anide en lo más hondo de nuestros corazones porque saben que si es así tendrán
perdidas todas las batallas por controlar a su antojo el pútrido mundo que
están creando con sus propias manos.
Este algo tan sobrenatural supera
al cariño, la pasión, la entrega por los demás, la pulsión sexual, el trabajo,
los estudios, la familia, los amigos, la vecindad, los necesitados, los
orantes, los ermitaños, las artes, la muerte, el día a día. Una persona
henchida de Amor lo hace todo a corazón abierto dándose a sí misma y no
queriendo nada.
El Amor es silencioso pues no
le gusta los aspavientos, reconocimientos ni homenajes. El que ama lo hace todo
desde la gratuidad y el altruismo, desde una innegable vocación de servicio
porque sabe que este don tan inmensamente sobrenatural va desapareciendo si no
se quiere compartir con los semejantes. Quien da su Amor no quiere decir que lo
reciba de inmediato, pero a la larga más que a la corta lo recibirá de vuelta agrandado
en mil veces mil.
Por amor cuidas al ser querido
poniéndolo antes que nada en el mundo. Por amor saludas, te interesas,
acompañas, ayudas, colaboras, sirves, sin pedir nada a cambio solo por el hecho
de ver feliz a nuestro prójimo. Por amor callas las ingratitudes y gritas las
injusticias. Por amor oras por los vivos y también por los muertos. Por amor
cuidas, proteges, defiendes, respetas, ayudas, colaboras, comprendes, perdonas,
sufres, lloras, ríes, gozas, amas...
Recuerda que quienes nos aman,
cuando también los amamos, nos cambian a mejor.
Jesús Rodríguez Arias
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