¿Cuántas veces has pensado o dicho eso de dejar algo para "más tarde"?
Pues de eso trata hoy mi artículo, precisamente de eso...
Jesús Rodríguez Arias
PARA
MÁS TARDE
Es lo que dejamos para atender
lo que creemos más importante y que cuando nos queremos dar cuenta de que no es
así ya es tarde. Todos tenemos arcones llenos de momentos y vivencias que hemos
preferido dejarlos para más adelante.
¿Cuánto hemos dejado por hacer?
¿Cuánto hemos dejado de vivir? ¿Cuántos te quiero, cuantos abrazos, cuantas
llamadas, cuantas quedadas, cuantos cuantas vivencias con nuestra familia,
seres queridos, amigos, han quedado en el arcén del olvido por haberlas dejado
para más tarde?
El trabajo, las
responsabilidades, el no ver que existe algo más que lo que tenemos entre manos,
hace que la realidad sea maleable hasta llegar a perder la noción de esta. Hay momentos y situaciones que nunca más
llegarán a producirse porque ya tu vida ha cambiado e incluso muchos de esos
que estaban contigo hace ya algún tiempo que desaparecieron por decisión propia
o porque les llegó la hora de recorrer los senderos que llevan a celestiales
caminos.
Otros momentos, en cambio, se
pueden y deber vivir, aunque sea de forma distinta, porque no hay nada más
importante que reencontrarte con lugares, situaciones, e incluso personas que
en ningún momento se han marchado de tu lado vivan cerca o muy lejos. Piensa
que cuando llega el momento de despedir al ser querido uno de los pensamientos
que quedan marcado a fuego en la mente es el haberle dedicado más tiempo.
Esta semana despedimos
noviembre para recibir al colorido y luminoso mes de diciembre tan lleno de
sonrisas y deseos de buena voluntad, de compartir con los nuestros e incluso
hacerlo con los más necesitados, de felicitaciones de ida y vuelta que dejan
sin memoria el móvil y cuando pasa todo si te he visto no me acuerdo. Es el mes
de la Esperanza porque celebramos el nacimiento de Jesús, aunque después en
muchos lugares el portal lo sitúen en una esquina para mayor honor y gloria de Santa
Claus.
Con este personal e intimista
artículo quiero invitaros a reflexionar sobre nuestra conducta con los demás,
así como también con nosotros mismos. Que no todo quede en los parabienes tan
de usar y tirar del venidero mes de diciembre y nuestros buenos deseos, nuestra
disponibilidad, nuestro querer hacer aquello con las personas que cada uno
estime oportunas, se perpetúen durante el resto del próximo año. Que cada día
atendamos nuestras obligaciones, responsabilidades, quehaceres, pero también
que vivamos todo aquello que siempre dejamos para más adelante.
Cuando llega el último mes del
año hacemos resumen de lo que ha sido para cada uno de nosotros, lo que
querríamos cambiar y que esté a nuestro alcance, lo que en verdad importa, lo
que es inmensamente necesario y que con la visión de vida se va convirtiendo en
lo poco imprescindible por lo que vale la pena levantarse todos los días. Escribamos
en nuestra particular agenda los objetivos reales que queremos intentar lograr
en 2023 y pongamos toda la carne en el asador para que así sea. Que cuando
comience enero tengamos claro que es lo que deseamos para nuestra vida, que es
lo que nos hace crecer como seres humanos, con quienes deseamos estar
acompañados en este tramo de nuestra existencia. Para esto que os propongo no hace
falta tener más o menos dinero sino la intención y firme voluntad de lograrlo, que
lo que dejemos para más tarde sea simplemente lo anecdótico.
Llama más a tu madre, a tu
padre, a la familia, a los amigos, a esas personas que hace mucho que no ves y
lo más que haces para comunicarte con ellas es enviarles algún que otro mensaje
de texto cargado de emoticonos o de voz. Intenta dedicarte más a tu pareja,
hijos, nietos, que muchas veces son los grandes perjudicados de dejar tantas
cosas para más tarde.
Dedícate también tiempo a ti alimentando
el espíritu, paseando, leyendo, caminando, escuchando música, conversando, rezando,
riéndote. Asómate al necesario silencio que nos ayuda a reorganizar las ideas,
haz todo el bien que puedas y permítete ser feliz.
Ya os digo que no es fácil
pero cuando se consigue una paz inmensa habitará en vuestro interior. Gracias a
Dios sé de lo que hablo.
Jesús Rodríguez Arias
No hay comentarios:
Publicar un comentario