El itinerario de esta Cuaresma y también en la vida tiene mucho que ver con mis dos metros cuadrados...
Jesús Rodríguez Arias
MIS
DOS METROS CUADRADOS
Una nueva Cuaresma llega a
nuestras vidas y con esta un tiempo de preparación para vivir con total
intensidad espiritual la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. En estos días
previos podríamos hacer examen de conciencia para ver qué penitencia nos planteamos
en estos cuarenta días venideros.
En una conversación con
Hetepheres me dijo que ella intentaba hacer todo el bien que pudiera en sus dos
metros cuadrados más inmediatos ya que superando esta distancia no era cosa
tanto de uno como de los demás. Mi propósito para esta Cuaresma es hacer el
bien intentando no mirar a quién. Esto que queda muy bien puede suponer una
verdadera penitencia.
Reconozco que de siempre he
sido una persona abierta, extrovertida, un verdadero animal social pues en todo
lugar, acto, y momento me gustaba relacionarme con mis semejantes. Podía
encadenar días tras días de actividades, reuniones, asistir como oyente o como
ponente a conferencias, mesas redondas y demás que se organizaran sin apenas
desgaste. Ahora, a los cincuenta y tres años que me alumbran, me costaría mucho
llevar esta vida. Con los años me he hecho más reservado, más intimista, más
alejado de todo y de todos, me gusta vivir donde vivo, me descansa pasar
temporadas en un pequeño pueblo de Cantabria, disfruto de una vida tranquila,
modesta, y de buscada soledad. Cada día que pasa me considero un solitario que
no se siente solo, que huye de las aglomeraciones, que intenta pasar
desapercibido manteniendo una respetuosa distancia con los demás. Solo los más
íntimos tienen llave para entrar en mis adentros donde son siempre bienvenidos.
Por eso me propongo, dentro de
esos dos metros cuadrados, ser más sociable y cercano con todos dedicándole
tiempo ya
sea personalmente o por medio de la oración incluso a aquellos que sé me
quieren mal. Aconsejar, si puedo y me dejan, a quienes necesiten una palabra
amiga que les sirvan de asidero ante sus dudas y problemas.
Dentro de mis dos metros
cuadrados estar el de orar y desear el bien a todos sin excepción. Rezar y amar
a las personas queridas es lo más fácil del mundo, pero cuando tienes que
hacerlo con aquellos que te quieren zaherir con palabras, obras y omisiones es
ya es harina de otro costal. Tener siempre a nuestros fieles difuntos, benditas
ánimas del Purgatorio, y difuntos olvidados en nuestras plegarias pues algún
día seremos uno de ellos y también imploraremos que un corazón noble rece por
nuestras almas.
Hacer obras de caridad
atendiendo a los más necesitados, ofreciendo ayuda no solo de dinero y
alimentos sino también atendiendo en la medida de mis posibilidades a esa
persona que se encuentra sola, enferma o desvalida, al que lo pasa mal por mil
circunstancias. Hay muchos que necesitan más que el comer un gesto de cariño, un
beso o un abrazo.
Es esos dos metros cuadrados hay
que intentar mantenerlos libres de chismorreos, críticas, falsas acusaciones,
injurias infundadas, infames difamaciones, malos y sucios pensamientos que quitan
nuestra propia dignidad como seres humanos.
Dentro de mis dos metros
cuadrados debo mantener férreamente la coherencia personal en todo cuanto
piense, haga, o escriba. Os confieso que no es fácil, pero si muy gratificante
ya que dormir tranquilo todas las noches no tiene precio.
Y por supuesto dentro de los
dos metros cuadrados intentaré, con la ayuda de Dios, ser consecuente con la
Fe, ser un verdadero discípulo de Cristo e hijo pródigo dentro de la Santa
Madre Iglesia defendiéndola tal cual es siempre y entendiendo que la misma
quiere ser servida en la forma y manera que esta disponga. Todos los católicos
somos trabajadores en las míes del Señor y Él dispone en cada momento cual es
la misión de cada cual. Esa fidelidad también se extiende cuando actúas en la
esfera de lo público.
Hacer el Bien no es fácil ni
mucho menos pues desearlo a personas queridas no tiene tanto valor como cuando
lo proyectas con los que te han hecho mal y lo siguen haciendo.
Sí, pienso que en esta
Cuaresma amén de vivir con intensidad todo cuanto tenga que ver con el
apostolado cofrade voy a trabajar mis dos metros cuadrados.
Jesús Rodríguez Arias
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