The Chosen es una de esas series que te atrapa para siempre, que aprendes y disfrutas al verla, en definitiva que te toca el corazón.
En este martes, dos de mayo, he querido escribir de la misma en mi semanal tribuna de Andalucía Información - San Fernando Información.
¡Os la recomiendo!
Jesús Rodríguez Arias
THE
CHOSEN
Reconozco que en casa no somos
consumidores de televisión generalista sino más bien de programas específicos,
documentales, y escogidas series. Nosotros, cual buscadores de oro,
seleccionamos lo que nos gusta dentro de la morralla que escupen a diario las cadenas
de televisión.
Hetepheres es una gran
seguidora de todo tipo de documentales, también los que tocan temas raros que
no sobrenaturales, cine clásico y series antiguas y actuales que transmitan
conocimientos y valores.
Mientras estaba liado con todo
el tema del libro en el escritorio de La Atalaya escuchaba que empezaba a
visionar una nueva serie que le estaba gustando y emocionando a la vez. Me
comentó que viera algún capítulo, que para tener opinión clara tenía antes que
visionarla. Le hice caso y me he llevado una de las más gratas sorpresas de los
últimos tiempos. Os estoy hablando de la serie cristiana “The Chosen” (El
Elegido en castellano).
Se estrenó hace tres años y es
una de las series históricas, si no la que más, sobre la vida de Jesús cuya
producción fue gracias a una gran campaña de crowdfunding, recaudación de
fondos, en la que los cristianos de todas las partes del mundo pusieron su
grano de arena para financiar esta serie sobre la vida de Jesús de Nazaret.
Este año ha llegado a España.
Ha sido creada por el cineasta
estadounidense Dallas Jenkins. “The Chosen” que cuenta ahora mismo con dos temporadas
va camino de la tercera. La serie muestra la parte más auténtica y personal de
la vida de Jesucristo todo ello desde el punto de vista de las personas que le
conocieron de primera mano hace más de dos mil años.
En la actualidad esta serie se
puede ver bien descargando su propia aplicación en Apple Store o Play Store o bien
en Movistar donde se encuentra alojada las dos primeras temporadas desde esta
pasada Semana Santa.
A mí me atrapó desde el primer
capítulo, hace escasamente una semana, y desde ese momento necesito aislarme
del mundo y disfrutar de esta serie que muestra la vida pública de Cristo desde
su propia cotidianidad. Se puede disfrutar con un Jesús sonriente, amable,
cercano, preocupado, en oración con el Padre, sufriendo, curando y perdonando a
los enfermos, dando la cara y argumentos ante los ataques judíos que no
entendían nada. Me sobrecoge y emociona María Magdalena, Pedro, Santiago,
Mateo, Juan y demás discípulos a los que muestran como hombres y mujeres en su
día a día, pero cuando Jesús los llama lo dejan todo por Él, así como el apoyo,
la alegría no exenta de preocupación de sus propias familias. Vemos a San Juan
Bautista tal pensamos fue, a María, Su Madre, entregada siempre a la voluntad
de Dios desde la normalidad de sus quehaceres, el hondo sufrimiento que vive
Nicodemo en su conversión, e incluso la relación de los romanos con los
israelís.
Ambientada en la época de
Jesús, con las vestiduras propias, con la fisonomía propia de los judíos de la época,
así como de todos los territorios donde expandió la Buena Nueva de la venida
del Reino de Dios.
Cada vez que visiono junto a
Hetepheres un capítulo amén de lo emotivo os debo reconocer que me alimenta
porque veo a Jesús tal y como siempre he pensado que es Jesús. Es una preciosa
catequesis a modo de una serie que se ha realizado con esmero y cuidando todos
los detalles.
Reconozco que la mejor fórmula
para mantener la vida y obra de Jesús de Nazaret es la que ha sido escogida
pues la veracidad de lo que en verdad quiere mostrar no varía ya que la serie
no se ve sometida a la toma y daca de los pútridos intereses que rodean al
mundo político, económico y financiero.
Ahora, hasta que se acaben los
capítulos y temporadas de esta serie, estoy deseando que llegue la tarde porque
después del paseo con nuestras perritas Enriqueta y Fernanda, tanto Hetepheres
como yo nos aislamos del mundo en nuestra propia salita, encendemos la
televisión, para comenzar a disfrutar una serie que nos ha tocado el corazón.
Al final cada uno escoge lo
que le hace feliz y ensancha el espíritu.
Jesús Rodríguez Arias
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