Porque Carmela es tan callejolera como las mismas Callejuelas y cañáilla porque es tan de La Isla como el Puente Zuazo, el Teatro de las Cortes, el Ayuntamiento, la calle Real o el Castillo de Sancti Petri.
Y de ella escribo hoy en mi semanal tribuna de todos los lunes en San Fernando Información.
CARMELA
Es tan callejolera como las mismas
Callejuelas, Carmela también es de la Calle Real, la Alameda General Pidal,
Argüelles, San Juan de la Cruz, parque Sacramento, Benjamín López o San Bruno.
En verdad podemos verla en cualquier calle, casa, tienda o lugar del barrio que
lleva precisamente su nombre.
Carmela, desde que tengo uso
de razón, es una mujer guapa, llena de esa lozanía tan andaluza como española,
o como diría mi madre “de tronío”. Morena, de ojos profundos y acogedores, con
su pelo moreno lleno de tirabuzones, es de las de que cuando hablas apenas se
le escucha, pero sabes que tus palabras quedan marcadas a fuego en su corazón
En verdad Carmela es cañaílla
y por tanto la quieren en cada rincón de nuestra bendita Isla de León. Cuando
la conoces y te encuentras con sus ojos te puedo garantizar que habrás vivido
en persona eso que llaman amor a primera vista. Ella encandila con todo su ser
y haces que te sientas bien, cómodo, en casa, te ofrece sus brazos de Madre y
en ellos encuentras paz, sosiego, y felicidad. Lo puedo decir por propia
experiencia pues, con su sola mirada, con su virginal sonrisa, hace que tu
corazón rebose de alegría. Ella es consoladora de los afligidos que caminan por
senderos y valles de lágrimas, es salud para toda clase de enfermos, Paz para
los moribundos, refugio de pecadores, acoge los más inconfesables secretos de
aquellos que necesitan decirlo y no encuentran a nadie que los quieran
escuchar. Ella todo lo guarda en su corazón, da todo lo que tiene sin pedir
nada a cambio, entrega su Amor a manos llenas.
Para Carmela todos los de La
Isla somos sus hijos por tanto nos considera iguales ya vivamos en Gallineras,
Camposoto, Constitución, Ardila, Real, Plaza del Rey, San Juan Bosco, Comedias,
San Francisco, Rosario, Ancha, Colón, San Rafael, Santo Cristo, pasando por la
Pastora, Castillo San Romualdo, la Magdalena, Glorieta, San Carlos, La Casería,
Bazán, la Carraca, e incluso los que residimos allende el Puente Zuazo.
José se llamaba su marido y
era artesano de la madera. Un hombre bueno, paciente, inteligente, amable y con
una Fe inquebrantable. José tiene el corazón partido entre los isleños barrios del
Parque y la Iglesia Mayor.
El hijo de Carmela es
explosivamente atractivo con un don de gentes que le hace llegar a todos.
Ocurrente, simpático, amigos de sus amigos a los que considera hermanos. Pero
también serio, fiel, asumiendo sus responsabilidades y obligaciones y aunque
pueda pedir que de él se aparte el cáliz de la humillación, martirio,
sufrimiento, e incluso la muerte al final acepta y lo bebe por bien de los
demás.
Lo que son las cosas, al hijo
de Carmela que siendo relativamente joven le llaman “El Viejo” y no porque
desde chiquito ha atesorado una madurez impropia a su edad sino porque ha sido
y es capaz de cargar con su cruz con la serenidad que otorgan los años. Hay
días que tiene el rostro de un viejo, demacrado, cansado, sufrido, y otros está
exultante y lleno de vida. Carmela y Jesús se desviven por todos por igual sin
importar raza, sexo, e incluso religión porque para ellos todos somos iguales.
En estos días nuestra Carmela
está visitando todas las iglesias de San Fernando y lo hace acompañada por
miles de personas que la quieren a rabiar. Ella sabe que La Isla es carmelitana
y marinera, que cada Pentecostés se hace Rocío, que cada agosto se hace Pastora
de las Almas, en septiembre, cuando España fue una Isla, Mercedes y en Semana
Santa…
Estrella, Lágrimas y Penas,
Amargura, Trinidad y Salud, Caridad, Buen Fin, y Gracia y Esperanza, Mayor
Dolor, Amor, y Dolores, Piedad, Angustias, Paz, y Esperanza...
Y Dolores, por siempre Lola,
Desamparados, Mayor Dolor, Soledad, Rosario y por siempre Victoria. Mercedes en
la Merced y Rosario en el Rosario.
La Virgen del Carmen es la que
verdaderamente manda en el corazón de nuestra querida Isla y en estos días se
está demostrando.
Para este cañaílla errante
siempre serás Carmela, callejolera y cañaílla, de alegres tirabuzones, la que
es guapa y bonita. La Madre que tanto quiso mi madre…
Jesús Rodríguez Arias
No hay comentarios:
Publicar un comentario