domingo, 16 de julio de 2023

Hartazgo

 

He decidido, y sé que me va a costar, no entrar al trapo ante las provocaciones del miserable que tenemos por presidente del gobierno así como de ninguno de sus correligionarios sanchistas. No me vale la pena pues el que se lleva el berrenchín soy yo y además no estoy dispuesto a perder amistades por culpa de esto tan digno como tan despreciable, según el cristal con el que la mires, como es la política.

En estos días seguiré publicando mis escuetos post en las redes sociales, opinaré libremente del ególatra llamado Pedro Sánchez, de sus ministros, cargos a dedo, la dedocracia ha funcionado la mar de bien en los gobiernos de Su Sanchidad, pero no escribiré en esta página hasta pasadas las elecciones generales del próximo domingo 23 de junio. En ese momento pase lo que pase daré mi libre y desnuda opinión.

Reconozco que tengo amigos en partidos de izquierdas, centro y derecha aunque ninguno que estén adscritos entre los ropasueltas podemitas de Pablo Iglesias, Irene Montero y Pablo Echenique a los que sus propios compañeros han dado un radical puntapié  izquierdo, ninguna, y me precio de ello, entre los pijos-progres de Sumar, entre los secesionistas e independentistas que quieren proclamar una república catalana costeada por todos los españolitos de a pie, entre los filoetarras de Bildu ni los que lo apoyan. 

Tampoco tengo amistades entre los sanchistas de pura cepa entendiéndose como los más merluzos que hay en el partido socialista porque hay otros que aun llevando la etiqueta cuando las aguas se vuelvan bravas para Sánchez y compañía volverán a ser socialistas de los de toda la vida. 

Una persona a la que tengo dentro de mis amistades, aunque él piense lo contrario, me dijo que tenía odio a la izquierda. Le rebatí y decidió por su parte acabar con la amistad cosa que respeto aunque ya le digo que mi puerta siempre las tendrá abierta. La verdad os he de reconocer que no odio absolutamente a nadie y por supuesto a nada ya que de hacerlo el primer, y único perjudicado, sería yo porque el que odia y guarda rencor no vive tranquilo. Que no nos guste algo o como gestionan nuestros intereses los políticos de turno no quiere decir que los odiemos. Ser crítico es siempre bueno porque todo está abierto a mejorar.

Llevamos mucho tiempo metidos en campaña. Que si las municipales, autonómicas, y ahora las generales. Si para los políticos debe ser verdaderamente agotador para los ciudadanos normales y corrientes ni os cuento porque además el ámbito público parece viciado mientras se potencia la división malsana entre buenos y malos, entre izquierdas y centro-derecha. Esto no es bueno para nada.

El domingo #23j es el día en el que los españoles decidiremos nuestro presente y futuro, el que nos afectará a cada uno así como a nivel general como nación. 

Los ciudadanos necesitamos descansar de los políticos porque ya están en el melón y en la tajá o en la tumbona y el aceite solar.

Necesitamos mesura, tranquilidad, moderación, el sentirnos seguros que los intereses de cada cual están siendo gestionados por las mejores manos. Basta de tanto atacar a la clase media, trabajadora, empresarios, autónomos, agricultores, pescadores, pueblos y ciudades. 

El domingo 23 de Julio es el momento de votar para decidir quién queremos en conciencia que gobierne España. Hasta aquí llega el "poder" del ciudadano. Hagámoslo pensándonos el voto desde la coherencia y mirando por el bien general más que el posible interés personal.

Una buena amiga siempre me dice que ella no pregunta ni a quién vota ni con quién se acuesta nadie. Pues yo tampoco.

En estos días que restan hasta las elecciones generales seguiremos viendo, leyendo y escuchando de todo, notaremos como la crispación camina a sus anchas, nos sentiremos incluso cuestionados por pensar y votar como lo hacemos porque..

"Hay tontos que tontos nacen, hay tontos que tontos son, y hay tontos que quieren hacer tontos a los que tontos no son".

Pues eso...

Jesús Rodríguez  Arias

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