Jesús Rodríguez Arias
JESÚS
NARCISO NÚÑEZ CALVO
Escribo este artículo, en la
semana donde celebraremos el día de la Fiesta Nacional de España, de la
Hispanidad, y de la Virgen del Pilar, Patrona de la Guardia Civil, a modo de
carta abierta.
Mi querido amigo Jesús:
El pasado 27 de septiembre
cumpliste la edad reglamentaria para pasar a la escala de reserva después de
más de cuarenta y dos años sirviendo a España y a la Guardia Civil siendo tu
último empleo el de coronel jefe de la Comandancia de Cádiz.
Más de cuatro décadas donde has
servido en las Comandancias de Guipúzcoa, Móvil de Sevilla, Melilla, Santa Cruz
de Tenerife, Algeciras y Cádiz, así como en la Jefatura del Servicio Fiscal y
en el Gabinete del director general del Cuerpo.
También has tenido la
oportunidad de prestar servicio como Guardia Civil en Venezuela,
Bosnia-Herzegovina, Nicaragua, Irak, Líbano y Guatemala, unas veces en
Operaciones de Mantenimiento de la Paz, formando parte de coaliciones
internacionales de Naciones Unidas o de la OTAN, así como de Asistencia Técnica
Policial y de Cooperación Policial, en los compromisos internacionales
adquiridos por el Gobierno de España.
Opino al igual que Antonio
Mancera, director de Tribuna Benemérita, en su columna del 27 de septiembre,
que la noticia de tu pase a la reserva no es buena para la Guardia Civil ya que
se ha dejado marchar un ejemplo de los valores ahumadianos durante todos estos
años de servicio.
Soy de los muchos que piensan
que tenías que haber continuado tu carrera como General de Brigada no siendo
así por responsabilidad eminentemente política, dígase ministro del interior y
director general, porque en el cuerpo contabas con todas las bendiciones.
Amigo Jesús, bien sabes que la
virtud del honor, que es divisa en nuestra amada Benemérita, no es un valor al
alza en una sociedad demasiada intoxicada. Nuestros gobernantes y los que
interesadamente les rondan no valoran, ni por asomo, el valor, la disciplina, la
lealtad y mucho menos la coherencia y el honor.
Has sido un guardia civil
ejemplar que has estado siempre con los tuyos tanto en los momentos de alegría
y en el dolor. Eres un verdadero discípulo de los valores del Duque de Ahumada
haciendo tu itinerario de vida los puntos que se especifican en la Cartilla del
Benemérito Cuerpo. Destacable y reseñable tu acto de despedida de la Jefatura
de la Comandancia de Cádiz el 26 de septiembre que se desarrolló en la
intimidad, solo asistieron una representación de los miembros que has tenido a
tu cargo en los últimos años. Ningún representante civil, político o de otro
estamento. Te has ido por la puerta grande, con grandes elogios, admirado y
querido por los hombres y mujeres que han servido junto a ti.
Debo reconocer ante todos que
eres ejemplo para mí en cuanto a virtudes como el sacrificio, el de servir a
todos sin excepción, el cumplir con tu misión por encima de tu descanso y
propios intereses. Toda tu vida ha estado dedicada, minuto a minuto, a la Benemérita
Institución que fundara el Duque de Ahumada. El Honor nos unió hace ya algunos
años, cuando un diputado, hoy parlamentario andaluz, cuestionó el tuyo en sede
parlamentaria y escribí un artículo en tu apoyo. Enseguida te pusiste en contacto
conmigo, como el caballero que eres, y desde entonces nació una buena amistad
de la que me honro atesorar.
Gracias por estos cuarenta y
dos años sirviendo a España, así como a la Guardia Civil. Gracias, en el
terreno más personal, por estar siempre a nuestro lado, por presentar “Corazón
verde” en Villaluenga del Rosario donde resido. Fue un verdadero regalo y un
privilegio que llevaré grabado a fuego en el alma mientras viva.
Perdemos un gran guardia civil,
pero ganamos al doctor en historia, escritor, académico, articulista, a un
ilustrado intelectual, al querido y buen amigo que siempre está. Seguirás
sirviendo a esta gran nación que nos une, al benemérito Cuerpo al que
pertenecerás mientras viva por medio de tus investigaciones, ponencias,
colaboraciones en medios.
Es un verdadero honor, querido
Jesús, el contar con tu amistad. Ahora, cuando ya han pasado algunos días de tu
pase a la reserva, te admiro mucho más.
Un abrazo grande y que la
Virgen del Pilar te cuide siempre.
Jesús Rodríguez Arias
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