Si el tiempo no lo impide hoy lunes estaremos recorriendo España de norte a sur camino de Villaluenga del Rosario (Cádiz) después de más de cuatro meses en Loma Somera, pueblo del Real Valle de Valderredible en Cantabria.
Cuatro meses único en todos los sentidos que nos han llenado de enseñanzas.
Hoy en mi primer artículo de este año 2024 en San Fernando Información solamente quiero dar las GRACIAS.
Jesús Rodríguez Arias
¡¡GRACIAS!!
Me gusta contemplar
pausadamente Loma Somera, pequeño pueblo del Real Valle de Valderredible en
Cantabria. Me gusta hacerlo porque en este bello lugar todo es quietud,
tranquilidad, solo rota por el sempiterno sonido del agua caer en la cercana fuente,
el rebuznar del burrillo que está con las mulas de Segundo, por los cencerros
que anuncian que los hispanos bretones están cerca.
De día escuchas a primera hora
o ya entrada la tarde el tractor de Fernando, que además de ganadero es el
alcalde del Valle, divisas el coche de Segundo aparcado en su casa mientras
trajina con sus quehaceres, ves pasar a María del Carmen y Juanma que van o
vuelven de Reinosa, o se encaminan para dar su paseo de cada día mientras nos
saludan con cariño y alegría.
Antes de la Navidad lo mismo
mantenías una agradable conversación con Sagrario o veías pasar a su marido que
iba a ver como estaban las antiguas colmenas, a Víctor y su mujer Ana a los que
saludamos con afecto. Goyo que va y viene de Reinosa todos los días. Hasta
primero de noviembre estábamos más acompañados con Jesús y Carmen, Fidel y su
mujer, Yolanda y marido, así como su padre, Marián y su marido, Conchi, Loli,
sus primas, entre otros.
Cuando llegamos en septiembre
teníamos abiertas todas las expectativas y aun conociendo Loma Somera del año
anterior nunca nos habíamos adentrado en una aventura de permanecer más de
cuatro meses en un pueblo de la Cantabria interior con pocos vecinos.
Más de cuatro meses en los que
hemos conocido mucho, hemos recorrido miles de kilómetros habiendo visitado
gran parte de Cantabria, algunos pueblos de Asturias que se encuadran dentro de
los Picos de Europa, el desfiladero de La Hermida que sobrecoge viéndolo en
perspectiva desde el Mirador de Santa Catalina, preciosos pueblos de Castilla y
León en torno a las provincias de Burgos y Palencia que conservan y atesoran un
impresionante patrimonio histórico-artístico. También hemos disfrutado de un
día en Pamplona, ciudad que Hetepheres conoce muy bien ya que estudió la
carrera de Historia en su Universidad.
Paisajes de ensueño, patrimonio
histórico, artístico, devocional, en su máxima esencia. Lugares tan únicos como
Fuente Dé, Carmona, San Sebastián de Garabandal, Limpias, Bien Aparecida, Cosgaya,
Tudanca con la impresionante Casona de José María de Cossío, o ya en
Valderredible pueblos como Ruerrero, Villanueva de la Nía, San Andrés de
Valdelomar, Santa María de Valverde, San Cristóbal del Monte, Navamuel…
Y si hemos recorrido lugares
únicos también hemos disfrutado de la cultura gastronómica de cada sitio. En el
norte de España se come muy bien y en Cantabria diría que mejor. Picos Casares,
La Cuchara de Camesa, el Parador de Limpias, La Tucho, el restaurante del
Parador de Fuente Dé, El Barón en Aguilar de Campoo de mi querido amigo Carlos,
La Encina en Quintanilla de Escalada, Restaurante Iruña en Pamplona, Restaurante
Puri, Posada La Olma, Casa Chicote siendo los tres últimos de Valderredible.
Más de cuatro meses de sana
convivencia a base de amor, respeto, saber dar al otro el necesario espacio
porque hay que saber vivir y convivir en un pueblo de estas características.
En este tiempo se han marchado
para recorrer celestiales senderos Luna y Mastina, las perras que cuidaban del
pueblo. También hemos tenido conocimiento del grave problema que suponen los
lobos para nuestros ganaderos. Hemos sabido vivir aprendiendo y respetando todo
lo que nos iba enseñando tan privilegiado lugar.
Cuando estés leyendo este
artículo iremos en camino o ya habremos llegado a Villaluenga del Rosario. Atrás habrán quedado cuatro meses que han sido
toda una cátedra para conocernos a nosotros mismos, estar a gusto en el
silencio, poder pensar y escribir en máxima libertad.
Cuando termino este escrito
las frondosas nubes se entremezclan con el plácido azul del cielo mientras el
verdor de valles y montes lo hermosean todo…
Sólo sé que si Dios quiere
volveremos a en este rincón, a este Valle de Valderredible, pues en él han
quedado prendidos y prendados un importante trozo de nuestros corazones. Donde
nos consideramos bien hallados y nos hacen sentir bienvenidos.
Ahora toca poner en prácticas
las lecciones de vida que aquí hemos aprendido.
Jesús Rodríguez Arias
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