Recuerdo que ya la negrura de la noche se había hecho presente en Loma Somera, el pequeño y querido pueblo del Real Valle de Valderredible en Cantabria en el que estábamos pasando temporada, cuando vi en mi móvil anunciar una noticia en la que aparecía la preciosa cara del Nazareno...
Os lo cuento en mi semanal tribuna de todos los lunes en San Fernando Información.
Felicitar a la Junta de Gobierno de la Hermandad de Jesús Nazareno de San Fernando que ha tomado posesión en días pasados.
Jesús Rodríguez Arias
NAZARENO
Serían las nueve de la noche
del pasado martes 2 de enero, día en el que tradicionalmente se celebraba la
festividad del Dulce Nombre de Jesús, actualmente se hace el 3, cuando vi una
fotografía de mi admirada amiga Aurora Marín en la que aparecía la imagen de
Jesús Nazareno, el Viejo de La Isla, que volvía a exponerse al culto en su Iglesia
de San Pedro y San Pablo de San Fernando tras los meses que ha permanecido en
el taller del Pedro Manzano para someterse a una necesaria restauración.
Según informó Aurora Marín en
la noticia publicada en la edición digital de San Fernando Información el
templo estaba abarrotado, todos querían acompañar a Jesús, el Nazareno de La
Isla, en el rito de reposición al culto. Me quedo con las caras y miradas emocionadas
de los feligreses, de los devotos, que son legión en San Fernando, al ver con
sus propios ojos que el Amor de sus amores volvía a estar en la Iglesia Mayor.
Tanto el Hermano Mayor y junta
de gobierno, tanto el propio restaurador Pedro Manzano, tanto Paco Ruiz Brenes
junta su esposa Lola, así como al prestigioso bordador isleño José Muñoz Moreno
se les veía exultantes de alegría y honda emoción por el final de un trabajo
tan bien hecho y que tanto ha gustado a todos.
El restaurar una imagen
siempre cuesta ya que además de toda la burocracia que esto supone se tiene que
contar con los sentimientos de tantas personas que han depositado su Fe en la
misma y por otro el que lo presupuestado salga adelante gracias a que hay
personas que donan parte de sus ahorros sin pedir nada a cambio. Me quito el
sombrero con los que ofrecen lo que tienen para que una imagen que congrega
tanta devoción sea primorosamente restaurada. Mi admiración para todos aquellos
que han colaborado para Jesús Nazareno luzca como en la actualidad.
Cuando vi su cara se me quedó
grabada en la memoria y la identifico, de forma personal, con la que será la
imagen a la que ofrezca mis oraciones y penitencias en la próxima Cuaresma que
comenzará el 14 de febrero y también de la Semana Santa de este año 2024.
Nazareno de La Isla que es la devoción de mis mayores, de mi familia, y de un
lugar tan único y extraordinario como lo es esta bicentenaria ciudad de San
Fernando.
En la bella faz de Jesús
pierdo la mirada y recuerdo a todos aquellos hermanos que ya están con Él en la
celestial y nazarena Casa de Hermandad. Solamente citaré a cuatro de ellos con
vuestro permiso: A mi abuelo Antonio Rodríguez González, que fue hermano mayor
de 1938 a 1940, a mi padre y a mí hermano Juan José, los dos tenían el mismo
nombre, y por supuesto a mi querido hermano en la eternidad José Valentín
Moreno Fraile cuya hermandad del Nazareno no lo olvida.
Ya está Jesús junto a su Madre
Lola y con todos sus devotos.
Cuando se publique este
artículo La Isla tendrá cartel oficial de la Semana Santa para este año obra de
Don David Pardal Lorite que habrá sido presentado por Don Emilio M. Prieto Maehokama,
hijo de mi querido y añorado Emilio Prieto Pagnas con el me unía verdadera
amistad al cual tengo muy presente a diario en pensamiento y oraciones.
Seguro que tanto el cartel
oficial como todos los que se editen con posterioridad serán dignos voceros de
una Semana Santa tan única como la nuestra aunque me vais a permitir que mi
personal imagen de la presente Cuaresma y Semana Santa sea la de Jesús
Nazareno, esa que fotografió Aurora Marín y que caló en lo más hondo del alma cuando la
contemplé en Loma Somera (Cantabria) donde me encontraba viviendo en la paz más
absoluta, escuchando el cercano Arroyuco mientras los cencerros de los hispanos
bretones rompían el silencio y mi buen amigo Zoquete ladraba en la lejanía.
Mi enhorabuena a mi querida
Hermandad de Jesús Nazareno, a todos los hermanos, a los mecenas, por sus
donaciones, que han permitido una extraordinaria restauración de tan devocional
imagen por parte de Don Pedro Manzano.
Jesús Rodríguez Arias
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