Comienza septiembre y con él un nuevo curso (2024/2025) en cuanto a artículos publicados en mi semanal tribuna de todos los lunes en San Fernando Información.
Septiembre: ¡¡Qué miedo!! Pensarán muchos ante el desembolso ante un nuevo curso escolar, ante el panorama laboral, estudiantil, social...
Hoy de los miedos que os hablo otro mundo...
Jesús Rodríguez Arias
¡QUÉ
MIEDO!
No, no os vayáis a creer que
esta exclamación es porque estamos en septiembre a poco más de una semana de un
nuevo curso escolar, con todo lo que eso conlleva para la economía familiar,
muchos de los que estaban disfrutando de las vacaciones tienen que volver a sus
responsabilidades. Para iniciar este nuevo curso 24/25 en San Fernando
Información quiero hablaros de las fobias siendo algunas muy conocidas y otras
todo lo contrario.
Significado de fobia según la
RAE: Aversión obsesiva a alguien o a algo. Temor irracional compulsivo. Dentro
de este campo hay cientos de ellas siendo algunas más raras que otras, aunque
el que las padece piense todo lo contrario.
Por ejemplo: Turofobia o miedo
al queso. Conozco a quién no le gusta, le da asco e incluso es alérgico o
intolerante a la lactosa. Personalmente no sabría lo que es vivir sin este
manjar, aunque como todo en raciones justas.
Xantofobia o miedo al color
amarillo, crematofobia o crometofobia es miedo al dinero, no es mi caso, somnofobia
es miedo a dormir, coulrofobia a los payasos, Ombrofobia es aversión a la
lluvia. Pobre del que lo padezca en lugares con alto nivel de pluviosidad como
puede ser Villaluenga del Rosario, Grazalema o el norte de España.
También existe el miedo a los
ombligos. Omfalofobia se llama esta patología. Hilofobia es el temor a los
árboles, triscaidecafobia o miedo al número trece, Papafobia es miedo al Papa,
Uranofobia al cielo, basofobia o miedo a caerse, macrofobia es el temor a las
largas colas, ese creo que lo padecemos todo el mundo, filofobia o miedo a
enamorarse, hafefobia que es el temor para tocar, sofofobia o miedo a aprender,
cacofobia a la fealdad, caliginefobia, complejo de Licea o venustrofobia, en
cuatro palabras, miedo a la belleza. Incluso hay una de los que tienen miedo a
abrir los ojos. Optofobia se llama a los que esto padecen.
Omatofobia son los que tienen temor
a ver los ojos, falacrofobia temor de quedarse calvos, aracnofobia a las
arañas, eritrofobia a sonrojarse, dentofobia o lo que es lo mismo miedo a los
dentistas, muy común al parecer. Los que padecen miedo a la risa se llama
gelotofobia o también a los que temen al vino padecen oenofobia.
Glosofobia es tener jindama a
los políticos, cosa que va siendo muy común en estos tiempos y más si vivimos
en España. Los que temen hablar en público, más de los que creemos, padecen
falacrofobia. Los que se van de bareta si tienen que conducir padecen
amoxofobia, es mi caso. Temor a las multitudes o agorafobia es más normal de lo
que muchos puedan pensar, abbliofobia es quién teme quedarse sin libros. Uno,
que según puedo observar, deben padecer millones de personas es el conocido
como nomofobia o lo que es lo mismo: Miedo a dejarse el móvil en casa.
Aquí os he dejado un variado
ramillete de miedos o fobias siendo la más rara la aversión al queso conocida como
turofobia y consiste en que las personas que lo sufren tienen una sensación de
malestar intenso cuando ven o huele un trozo de queso.
De fobias podríamos estar
hablando semanas pues son muchas y variadas como lo es en sí el ser humano.
¿Cuántos miedos padecemos? ¿Te has parado a pensarlo? Os invito, por medio de
este artículo, a interiorizar para descubrir nuestros temores. No es cosa fácil
pero cuando se consigue ya se ha dado un paso más para solucionarlos o
amortiguar los daños que producen por medio de profesionales y si estos son
espirituales hablando con los buenos sacerdotes que siempre están para quienes
podamos necesitarlos.
La vida es muy bonita y somos
nosotros mismos los que ponemos persianas y cortinas ante nuestros ojos para no
ver más que lo que pensamos o sentimos. Vivir es compartir y no encerrarnos en
una madriguera para que nadie nos haga daño, aunque con esa actitud nos lo
hagamos a nosotros mismos
Me niego a padecer voluntariamente
fofofobia que es tener miedo al miedo. Cuando uno va teniendo más pasado que
futuro ve todo más real, de distinta manera.
Te invito a descubrir la vida
abriendo las cortinas del alma.
Jesús Rodríguez Arias
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