lunes, 30 de diciembre de 2019

Signore delle cime



Termina un nuevo año y por consiguiente comienza otro...

Termina un año que habrá tenido de todo, como en botica, y de cuyas enseñanzas sería conveniente aprender pues luego caemos infinitamente en la misma piedra...

Mi último artículo de este año 2019 tiene una especial dedicatoria y lleva por título "Signore delle cime".

Con él os deseo todo lo mejor para 2020.

Jesús Rodríguez Arias 







SIGNORE DELLE CIME



“Señor de las cumbres” es una conocida canción italiana de plegaria fúnebre  compuesta por el conocido compositor, organista y director Giuseppe De Marzi en 1958 cuando tenía 23 años en homenaje a Bepi Bertagnoli que había muerto por un alud en la montaña en 1951.

Es una canción extraordinariamente bella, de esas que te embelesa el alma siempre y más cuando te hayas sentado en la cima de una montaña admirando  cómo se abre el horizonte ante ti, donde los árboles se quedan pequeños, sientes como el viento hecho brisa rompe contra la roca y observas el lento planear de los buitres que hacen piruetas en ese cielo que está demasiado cerca de ti.

Sí, Signore delle cime es ideal para escucharla siempre pero adquiere todo su sentido, su vigencia, si tienes el inmenso privilegio de poderla degustar sentado en la cima de cualquier montaña.

Debo reconocer que alguna vez la había escuchado pero siempre de pasada como otras cosas en la vida pero supe de su real belleza tanto en la música como en el canto cuando una vez estando subido a “nuestra” montaña mientras permanecía absorto en mis pensamientos, admirando la envoltura natural del horizonte que se abría imponente ante  mí y ese buitre rompía el aire con su majestuoso vuelo. Si, fue entonces en el silencio más absoluto cuando empecé a escuchar esta canción que hizo encoger el alma a base de sentimientos y hondas emociones. No sabía de dónde venía, estaba tan abstraído en mi mundo que me había olvidado del resto.

Y allí estabas tú, sentada en unas rocas más abajo, con la mirada también perdida en tus pensamientos mientras rezabas la particular oración que es en sí la letra de esta canción. Allí estabas tú saboreando tu momento en la que consideramos “nuestra” montaña, tan ausente de todo y todos, tan entregada a tus recuerdos, vivencias y emociones que forman en sí la Esperanza. La pusiste varias veces más, menos mal que a esa altura todavía había cobertura, y en esos minutos, no me preguntes cuantos fueron, el tiempo se paró cuando te volviste con una sonrisa y esos ojos siempre alegres y me miraste como si me dijeras en silencio: Escucha y siente lo que yo siento…

Por eso cada vez que escucho esta canción que para nosotros no tiene ese originario carácter fúnebre sino más bien espiritual me tengo que acordar de ti a la fuerza porque en tu sonrisa, en tu mirada, se pierde ese horizonte que hasta entonces nunca alcanzaba.

Queda poco tiempo para que finalice este 2019 que ha sido difícil y ciertamente correoso, un año no tanto para saborearlo sino recordarlo para sacar las oportunas enseñanzas que nos ha ofrecido, un año para olvidar en muchos sentidos, un año más en el camino de nuestras vidas.

Y lo mejor de este 2019, que se irá cuando fenezca el 31 de diciembre con sus festivas campanadas y las doce uvas de rigor formen parte de nuestra historia particular has sido tú, Hetepheres, porque me has recordado lo que es sacar fuerzas de flaquezas,  plantar cara a la vida, intentar abrir esa recóndita ventana que ilumine esa oscuridad que muchas veces nos envuelve. Eres una mujer admirable, positiva, amable, cálida, cercana, que se coge a la mano de Dios para que no la suelte cuando se desmorona incluso los cimientos  de la propia fe…

Te decía el otro día que tu mirada lo iluminaba todo y esa mirada es la que me cautivó hace más de catorce años, cuando te conocí por vez primera, la que se encontró con la mía ese 1 de septiembre de 2007 cuando recibimos el sacramento del Matrimonio en la jerezana Iglesia de San Juan Bautista de Los Descalzos, esa mirada que me buscó cuando sentados en lo más alto de “nuestra” montaña sonaba esta canción o esta misma mañana en la Atalaya cuando nos dimos nuestro particular beso de buenos días.

Sí, quería dedicarte mi último artículo de este año 2019 pero no sabía la forma, es muy difícil escribir de quien amas, pero supe como cuando cerré los ojos y te vi en lo alto de la montaña escuchando para tus adentros Signore delle cime.

Feliz 2020 a todos sin excepción.

Jesús Rodríguez Arias




lunes, 23 de diciembre de 2019

Lelo





Lunes 23 de diciembre, ya se ha celebrado el tradicional sorteo de la Lotería, ya habrán algunos millonarios...

Lunes 23 de diciembre que es preámbulo de la Nochebuena que da pie a la Navidad...

Y hoy vuelvo a mi tradicional Cuento de Navidad donde escribo esa historia, la que la divina inspiración ha dado a entender, para desearos de esta forma todo lo mejor en esta fecha tan única, tan especial como es la celebración del Nacimiento de Jesús.

Os dejo con Lelo...

FELIZ NAVIDAD A TODOS SIN EXCEPCIÓN.

Jesús Rodríguez Arias 



LELO




Él sabía que cuando en la calle y en el pueblo donde vivía desde los pequeños a los mayores le decían Lelo no era en tono peyorativo sino lleno de cariño porque Lelo era el diminutivo de abuelo y es que Sebastián lo era un poco de todos.

Sebastián llegó al pueblo rozando la treintena, venía contratado por el Ayuntamiento para que organizara ese entuerto urbanístico que se había convertido el lugar  tras años y años sin que nadie pusiera coto a ciertos desmanes. Él era un  joven y apuesto arquitecto que llegaba de la capital más solo que la una con la única compañía de una vieja maleta, regalo de su madre Asunción, y con la ilusión por bandera.

Su vida transcurría entre las muchas horas que pasaba en el despacho que le habilitaron en el Ayuntamiento, justamente el cuarto que siempre ocupó Juan el  alguacil y que está vacío desde que muriera un año atrás, sus paseos midiendo, observando, estudiando y escudriñando con la mirada todo el entramado de casitas con tejados uniformes, coquetas calles o las cañadas reales que serpenteaban el pueblo y que cuando llegaba la trashumancia se llenaban de cabras y ovejas con sus olores, colores y sonidos… Sebastián no tenía apenas tiempo para él porque su trabajo era arduo y sólo los viernes se permitía descansar por la tarde cuando iba a casa de Don Marcelo, el farmacéutico, que  era el hombre más ilustrado del lugar y desde hace más de quince años su cronista oficial. Gracias a esas horas de enseñanzas, tertulias, conversaciones, al calor de la chimenea y un buen pacharán el joven arquitecto empezó a conocer de verdad  el lugar donde vivía y también comenzó a amarlo.

De esas visitas conoció a Carmela, hija de Don Marcelo, y lo que son las cosas: ¡Se enamoraron! Diez años después de un noviazgo de la época se casaron frente a la capilla de la Patrona que  hace dos siglos está entronizada en la vieja ermita a las afueras del pueblo.

Sebastián venía de una familia algo descreída, él también lo era cuando llegó, pero al conocer al pueblo, sus habitantes, a la amistad con el viejo cronista y enamorarse de Carmela fue conociendo también lo que es la Fe, empezó a saborear con inmensa alegría la Esperanza de saberse también hijo de Dios. Sebastián y Carmela no tuvieron hijos, lo intentaron pero no pudo ser, pero eso no hirió su relación sino que la afianzó aún más.

Sebastián con los años terminó el trabajo por el que había sido contratado pero antes ya se había preparado las oposiciones que sacó para la plaza de arquitecto que tendría competencia en toda la comarca pues el pueblo al ser pequeño no podía permitirse ese dispendio. Sebastián y Carmela se dedicaron a servir a todos sin excepción y lo mismo los veías dando clases a los niños que no podían pagarlas que haciendo un estudio para las parejas que habían comprado un terrenito para hacerse su nido de amor y que por supuesto no les cobraba nada. La Navidad era una fiesta muy íntima y a la vez especial pues en su casa todos se reunían a comer lo que hubiera para después cantar Noche de Paz justo antes de ir a la Iglesia donde el Padre Don Cosme les esperaba para celebrar la Misa del Gallo.

Ya ni se acuerda cuando empezaron las lagunas de memoria, ya no se acuerda casi de nada y nadie. La única que recuerda es a Carmela, su mujer, su vida, la que le acaricia el ralo pelo cano antes de dormir o le coge la mano mientras ella ve la televisión. Solo se acuerda del amor que  le ha dado, que han compartido, y aunque unos dicen que está senil y otros se aventuran a pronosticarle alzheimer él retiene en su escasa memoria solo Amor, el de Carmela así como el de ese pueblo al que llegara solo y  muy joven para quedarse para siempre.

Se oye mucho jolgorio, es Tomás, el cartero, con sus hijos y nietos, que llevan celebrando juntos la Nochebuena hace más de treinta años y aunque Lelo no recuerda casi nada de la Navidad, será porque es Amor, sí se acuerda.

Feliz y Santa Navidad a todos.

Jesús Rodríguez Arias


lunes, 16 de diciembre de 2019

Mi Esperanza



Y este miércoles toda La Isla al igual que el mundo se verá todo en color Esperanza...

Mi semanal tribuna de los lunes en Información San Fernando va de eso, de la Esperanza, de mi Esperanza.

Hoy, 16 de diciembre, se cumplen justamente dos años que pregonara a la Esperanza que aunque no sea un color, yo la pinto de verde...

Quiero dar mi enhorabuena a mi hermano Juanjo Castiñeiras por el extraordinario canto a la Esperanza que realizara el pasado sábado en la Vaticana y Castrense Iglesia de San Francisco de Así de San Fernando. Quiero dar las gracias la mi querida Hermandad de la Expiración por vivir en modo Esperanza durante todos los días que tiene el año.

Y ahora os dejo con "Mi Esperanza"...

Jesús Rodríguez Arias




MI ESPERANZA




El Silencio lo predomina todo, el templo permanece a oscuras aunque dentro de poco llegará esa clase de algarabía que testimonian los cofrades cuando ultiman los flecos que restan para que el miércoles se viva otro día grande en torno a la Esperanza.

Esa clase de Silencio que hace puedas escuchar como afuera está chispeando, si el levante azota con más o menos fuerzas, si pasa el armatroste del tranvía rugiendo lentamente por Real que si lo piensas parece uno de esos dragones que tanto se estilan en China. Sí, el Silencio es pensamiento, es contemplación, es oración, introspección, es saber que tras las paredes del Sagrario está el mismo Señor.

Silencio no exento de esa clase de melancolía que es pasillo que nos lleva a la Esperanza. Hace tan solo unas horas expiraba la voz del pregonero para dejarnos a todos henchidos de gozo y amor hacia la Madre y Señora de luengo manto verde que cada Jueves Santo hace de la noche madrugada mostrando a La Isla el señorío de ir tras su Hijo que expira ese último hálito de vida que a todos nos salva.

Hace dos años me dirigía a ti, Madre y desde entonces cada día, cada noche, vivo en modo Esperanza  una forma de vida que empieza y termina de madrugada.

Esperanza, mi Esperanza, es amanecer con una sonrisa, es amar aun sabiendo que no te aman, es coherencia en soledad, es acompañar al ajusticiado de un mundo con demasiados intereses.

Es afrontar la enfermedad con una sonrisa, es recobrar fuerzas cuando la sientes agotadas. Es acompañar en el dolor a quienes penan y sienten que la frialdad se instala en el mismo alma con un sentimiento de orfandad porque a nadie parece interesar lo que les pasa. Es ser mano amiga ante tantos que sufren los estertores de la pobreza, la marginación, por aquellos a los que el mundo los han condenado a dormir y vivir sin techo ni cama, los malditos y parias de una sociedad tan material como hedonista que solo piensa en tener más y más aunque con ello pierda la dignidad y el respeto por sí misma.

Esperanza es ofrecerla, regalarla, con hechos, silencios o palabras, a quienes no la tienen o han decidido abandonarla, es saber que tras esos ojos que escrutan los tuyos está Cristo que es el mismo que Expira cada noche y Resucita cada mañana. Sí, en los ojos de cualquiera de nuestros hermanos está Jesús que nos pide que no le dejemos de la mano, que le mostremos la grandeza de nuestra Fe sustentada en el Amor, en el Perdón, en la Caridad, en la Alegría hecha Esperanza.

Esa es la clase de Esperanza que hace dos años mostré a todos en una conversación personal e intimista con María en una cálida Iglesia de San Francisco  mientras afuera el frío gélido recorría las calles y el alumbrado extraordinario nos anunciaba que una nueva Navidad pronto nos llegaba.

Mi Esperanza eres Tú, Madre, la que este miércoles en tu mano mi beso dejaré  esa huella invisible y permanente de mi amor filial. Mi Esperanza es Tu Hijo que en Silencio expira y salva. Mi Esperanza es la Fe que es ese don que sin merecerlo Dios me regala. Mi Esperanza es Hetepheres, mi mujer, mi familia que son hermanos del alma, La Isla de mis orígenes, mi niñez, mi infancia y también Villaluenga del Rosario que en la madurez de la vida se ha convertido en mi hogar y casa en cuya Atalaya siento cada día como amanece la Esperanza.

Esperanza es tener Esperanza aun cuando piensas que la misma te ha dado la espalda porque mi Esperanza es la Fe y la Fe mi Esperanza en un Niño que nos va a nacer y una Madre que lo cobija en sus enaguas mientras el bueno de José los mira con ojos de alabanza y los pastocillos llegan para adorar a quién nos ha nacido, el Mesías en su infancia, el que con su vida, muerte y resurrección a todos sin excepción nos salva.
¿Y alguien todavía me pregunta cuál es mi Esperanza?

Jesús Rodríguez Arias




martes, 10 de diciembre de 2019

50 años



Ha pasado una autovía de días festivos donde todos hemos esparcido la mente, donde muchos han visitado la siempre desconocida Sierra, donde otros han emprendido viaje para conocer o estar en otros lares. 

Hoy martes 10  se publica Información San Fernando en edición papel y parece un gesto premonitorio porque mi artículo, que es una íntima y personal reflexión donde desnudo mi alma, está escrito con vistas al día siguiente, al miércoles 11 de diciembre.

50 años se titula mi semanal tribuna, 50 años dan siempre para mucho, 50 años son medio siglo, 50 años conforma ya gran parte del recorrido de la vida...

Jesús Rodríguez Arias 




50 AÑOS




Cumplir cincuenta años  quiere decir que ya empiezas a tener historia y por tanto es un auténtico júbilo pues ha ido sobreviviendo a los avatares propios de la vida. Cincuenta años son ya los suficientes para mirar la vida desde otro prisma más real porque la juventud, que siempre es un divino tesoro, ya forma parte de tu pasado y la vejez empieza a ser un horizonte que se divisa todavía en la lejanía.

No estoy de acuerdo con los que dicen que la cincuentena es la mitad de la vida pues para eso tendríamos que llegar a los cien y aunque la media de edad  es cada vez más avanzada tampoco estamos para tirar cohetes.

Cuando se cumplen cincuenta años son muchos los que lo celebran con una fiesta con su familia más cercana y  amigos  íntimos pues en verdad los cincuenta se puede decir que es un número icónico ya que es plena la madurez aunque otros preferimos celebrarlo desde la tranquilidad.

Escribo este artículo porque personas muy queridas por mí rodean esta cifra, otros harán efectiva la llegada a los cincuenta en poco tiempo y os he de confesar que son hombres y mujeres curtidos en esta vida ya que han tenido el tiempo suficiente para degustar el placer del éxito o el amargor del fracaso, han perdido a seres muy queridos pero también han formado una familia a su lado, han crecido junto a los suyos y aun notando cierto cansancio siguen trabajando todos los días para sacar sus vidas, la de sus familias, hacia adelante y contribuir de esta forma con su ciudad, pueblo y también, por qué no decirlo, por España.

Somos hijos de una generación y de unos padres que sobrevivieron a la guerra y la postguerra, que supieron trabajar para los suyos sacando de donde no había,  somos los que nos hicimos hombres y mujeres siendo todavía muy niños porque había que aportar en casa, maduramos en plena juventud y cuando nos licenciábamos de la mili ya éramos hombres hechos y derechos será por eso que a lo mejor  no entendemos muchas cosas de esta juventud que teniéndolo todo en muchos casos no le interese nada, no entendemos a los adolescentes “enfadados” al estilo de la pesada de Greta Thunberg y menos a la generación nini, que ni estudian ni trabajan, cuando algunos, entre los que me encuentro, desde muy jóvenes tuvimos  que trabajar, en lo que fuera, así como estudiar. La vida ha cambiado mucho en demasiado poco tiempo y aunque nuestros jóvenes, en su mayoría, son un reflejo de la excelencia académica así como de sensibilidad  en valores solidarios y humanista los mismos han llegado a ser lo que son gracias a su esfuerzo, algunas veces titánico, pero también porque sus padres se han ocupado y preocupado por hacer de ellos hombres y mujeres con futuro.

Conozco a muchos de mi “quinta” que ni siquiera han podido estudiar lo que hubieran querido pero que se han esforzado hasta superar lo insuperable para que sus hijos consiguieran hacer una realidad sus propios sueños que no tienen que ser compartidos porque cada edad  y generación tienen los suyos.

Este miércoles 11 de diciembre cumplo 50 años y no escribo este artículo para que me felicitéis sino para hacer una necesaria reflexión de lo que es la vida, mi vida… Soy el que soy gracias a lo que he vivido y también sufrido, trabajo desde los 14 años, había que ayudar en casa, sé lo que es cobrar recibos subiendo y bajando escaleras en verano e invierno, hacer mandados o que una uña del pie te salte porque una espina de palmera te atraviese el zapato cuando hacía labores de jardinería, sé lo que son las manos llenas de callos por vendimiar o arar el campo, sé lo que es sentirse explotado, despreciado, sé lo que es enfrentarse a una dura enfermedad y sé lo que es padecer, sufrir, luchar contra vientos y mareas para conseguir metas que parecían inalcanzables. Soy lo que soy gracias a Dios y a mí mismo y ahora a los cincuenta os puedo decir que soy inmensamente Feliz junto a Hetepheres, mi mujer,  y junto a las personas que quiero y me quieren de verdad.

Jesús Rodríguez Arias

jueves, 5 de diciembre de 2019

Mi Apoyo a la Fundación Cultura Taurina







Hoy me apetece escribir de lo que me gusta que en verdad es casi todo de lo que escribo pero esta vez haré especial hincapié en un apasionante y apasionado mundo como es el que todo lo que rodea a la Tauromaquia.

Pero me vais a disculpar de que no escriba ni del toro bravo, ni del ecosistema natural que lo envuelve, ni la fuente de riqueza que es en sí la Tauromaquia pues son muchos artesanos, familias, personas al fin y al cabo, las que viven de un sector que siendo muy importante en la España que nos alumbra algunos descerebrados lo quieren aniquilar.

Tampoco haré mención que los Toros forman  parte de adn de España, que forman parte de las tradiciones más entroncada en nuestra sociedad, donde los valores como el respeto, la entrega, el honor, son defendidos a capa y espada ya sea en un ruedo como en cualquier situación de la vida pues los que son tocados por este Arte se les nota en sus formas y modos a cada instante de sus propias vidas. Qué la Tauromaquia y todo lo que a esta rodea es la Fiesta Nacional no tiene discusión por muchos antitaurinos, que suelen ser en verdad anti todo, quieran poner en duda con pocos argumentos y demasiados insultos la verdad sea dicha.




Hoy quiero dedicar este artículo, en el día previo al día en el que conmemoramos la Constitución Española de 1978, a la Fundación Cultura Taurina que preside mi querido y buen amigo Rafael Valenzuela  y al que acompañan un grupo de entregados aficionados y profesionales de este Arte único en el mundo que solo pretenden trabajar por y para la Cultura Taurina.

Esta Fundación es apolítica pero como dice Rafael está dispuesta hacer política taurina pero totalmente apartidista porque la cultura taurina pertenece al pueblo sin distinción de ideas, pensamientos, creencias…

Esta Fundación es una Entidad Taurina de Utilidad Pública que nace con el principal objetivo de firmar un convenio de concesión de las instalaciones destinadas a la Escuela Municipal de Tauromaquia de Jerez de la Frontera, es una herramienta legal, amparada por la ley, para volver a dar vida a unas instalaciones municipales con 30 años de antigüedad que fueron cerradas a cal y canto en la pasada legislatura por el gobierno municipal que rige Jerez de la Frontera.

Este cierre intencionado de la Escuela Municipal de Tauromaquia de Jerez de la Frontera, y digo lo que pienso, es una auténtica desvergüenza por parte del anterior equipo de gobierno municipal que con cambios todavía permanece pues ha faltado el respeto a un sector amplio que conforman los taurinos jerezanos y es lamentable que por “escrúpulos” políticos, para otras cosas no se tienen ninguno, cierren unas modélicas instalaciones que significaban el aprendizaje de futuros toreros de esta preciosa tierra señorial y del vino. Desgraciadamente en España se está gobernando para las minorías y estas han sentenciado y condenado al ostracismo de la desaparición al mundo del Toro y la Tauromaquia aunque no saben estos que aunque sea con sangre, sudor y lágrimas esta seguirá existiendo.

Pienso es necesario la constitución de esta Fundación no solo para intentar hacerse de la concesión de las instalaciones municipales destinadas a la Escuela Municipal de Tauromaquia de Jerez de la Frontera sino por su implicación en cuanto tenga que ver con los Toros, potenciando actos eminentemente taurinos, donde se paladea esa forma de ser y hacer bien las cosas desde la esencia, luchando para que nuestros jóvenes que aspiran un día ser toreros puedan tener las condiciones mínimas de aprendizaje, defendiendo la Fiesta desde  la Unión, el Respeto y la Constancia.

La Fundación Cultura Taurina la conforman un extraodinario grupo humano de grandes aficionados y apasionados a la Fiesta y está abanderado por Rafael Valenzuela, extraordinario banderillero, que ama y siente la Pasión por los Toros, por cuanto representa la Tauromaquia porque esta forma parte de su ser, la lleva inoculada en su sangre y eso se le nota no solo al hablar con él, sino en la forma de entregarse con todo lo que esta representa.

A Rafael Valenzuela y a los aficionados más comprometidos lo podrás ver todos los sábados en el Parque González Hontoria de Jerez de la Frontera en las “Mañanas de Toreo de Salón” dirigido a las jóvenes promesas y que es una forma reivindicativa de formar a quienes se sienten huérfanos de aprendizaje tras el cierre de la Escuela Taurina.

En estos momentos la Fundación Cultura Taurina está inmersa en una serie de actos de homenaje a tres figuras del toreo como son Fermín Bohórquez, celebrado el pasado miércoles 27 de noviembre, Juan José Padilla, celebrado en el día de ayer 4 de diciembre, y Francisco Ruiz Miguel que tendrá lugar el próximo miércoles 11 de diciembre.

Estos actos están teniendo un incontestable apoyo de aficionados que llena el aforo de la jerezana Bodega Fernández Gao, sita en la Calle Arcos, 53.

Ayer lo pudimos disfrutar de primera mano con el homenaje a D. Juan José Padilla que nos ofreció una profunda, honda, disertación sobre su trayectoria donde el Arte, la Pasión y la Fe se dieron la mano.

Y después de vivir en estado puro lo que es la esencia de los buenos taurinos he querido escribir este artículo con el que muestro mi Apoyo a la Fundación Cultura Taurina, a cuantos la componen, los altos fines que persigue, y porque trabajan a destajo desde el máximo de los respetos por el fomento de la CONCORDIA Y LIBERTAD en lo que es la CULTURA TAURINA.

Con mi admiración,

Jesús Rodríguez Arias










Fotos: Jesús Rodríguez Arias y Fundación Cultura Taurina







lunes, 2 de diciembre de 2019

Aurora



Aurora, madre e hija, Afligidos, Amargura, Arturo, Armando, Lunes Santo, Santo Cristo, San Fernando, La Isla, Super Omnia Christus...

Letras escritas a base de sentimientos, recuerdos y demasiadas emociones...

Este lunes mi artículo en Información San Fernando tiene sabor a Hermandad de Los Estudiantes porque Aurora la lleva en el corazón, en la sangre, en el adn...

Y lo que son las causalidades de Dios hoy lunes 2 de diciembre la siempre querida Hermandad de Afligidos celebra Santa Misa por el eterno descanso de su hermana Aurora Castro Vergara.

Jesús Rodríguez Arias 






AURORA


Foto cedida por Aurora Ortega Castro


Tanto monta como monta tanto Aurora hija como Aurora madre. Y de las dos quiero hablar en este artículo que bien hubiera deseado no escribir pero que haciéndolo abro paso a los sentimientos que cubren mis recuerdos de gratitud y añoranza.

Conozco a Aurora hace muchos años, no menos de treinta y cinco, y tanto la madre como la hija siempre me acogieron desde el cariño. Tuve el inmenso honor de haber conocido a su padre, con el que me unía lazos de amistad y hermandad. Sí, Arturo Ortega Sánchez, digno heredero de un linaje cofradiero de Afligidos, fue una de esas figuras históricas de una Hermandad que va cumpliendo años según pasan los días y lo hace con una sólida devoción en nuestra Isla. Tanto con Arturo como Aurora, madre e hija, compartí muchos días en torno a Jesús de los Afligidos y María Santísima de la Amargura ya sea en la Iglesia del Santo Cristo como en el viejo almacén de San Ignacio o la antigua casa de hermandad sita en Churruca, en la antigua Academia Ramos, donde muchos consolidamos el carisma de ser cofrades.

Aún recuerdo cuando murió el bueno de Arturo, que nos dio una lección de entereza, de cómo la bandera de su hermandad cubría el féretro, de los sentimientos de luto y tristeza que nos embargaban a todos los que tuvimos el privilegio de conocerlo y aprender con él. Ese mismo sentimiento, esa misma sensación de orfandad, ese luto y tristeza es el que también sentimos tras el fallecimiento de su esposa Aurora Castro Vergara que el sábado 26 de octubre moría de forma súbita dejando a su hija Aurora en esa clase de desamparo que solo conocen los que se dedican en cuerpo y alma a cuidar de sus padres.

Aurora madre de siempre fue una mujer cariñosa, que le gustaba reírse, que perdía los sentidos por las cosas de su hermandad, la que compartió con su marido en vida y más allá de muerto. Aurora Castro Vergara aun siendo mayor intentaba, cuando su salud se lo permitía, el asistir a lo que buenamente podía porque Afligidos para ella y sobre todo para su hija era más que la propia vida. Si algo hay que agradecer tanto a Arturo como Aurora es el haber servido de cauce en la transmisión de una fe profunda hacia su hija.

Hoy lunes 2 de diciembre escribo con vistas al domingo 8 que es día de la Inmaculada Concepción y por tanto una fecha clave en Afligidos ya que María Santísima de la Amargura volverá a lucir como nunca en su ya tradicional besamanos. Un día que estará impregnado de la lógica emoción pues todos, estemos donde estemos, nos acordaremos de los que ya no están pero sobre todo de Aurora madre e hija.

Sé, Aurorita, que ese día tu corazón estará partido entre el inmenso dolor por el reciente fallecimiento de un ser tan inmensamente querido pero también notarás el gran amor que destila la mirada de la Santísima Virgen porque en sus ojos verás reflejados los de tu madre Aurora, los de tu padre Arturo, los de tu tío Armando y es que perteneces a un linaje histórico en esta nuestra hermandad,  sois cofrades de los de generación en generación y tu alma cobija momentos de profunda intimidad donde siempre aparecen las imágenes de Jesús y María bajo la advocaciones de Afligidos y Amargura. Desde muy niña junto a Ellos y ahora que ya recorres el tramo de la madurez te das cuenta del valor de las enseñanzas de tus queridos padres, del valor de cuanto aprendiste con tu familia de sangre y también de hermandad.

Este domingo Aurora será diferente a todos, tiene que serlo, porque es el primero sin tu madre al lado pero bien sabes que ella no te abandona, que te cuida desde la gloria eterna, que mira por ti cuando estás en el Ayuntamiento, cuando te sientas mirando al vacío que sentimos cuando nos quedamos huérfanos, cuando intentas cerrar los ojos en un eterno duermevela que no te deja ni descansar.

En la mirada de la Madre de la Amargura seguro que encontrarás la de tu madre Aurora que te seguirá diciendo por los siglos de los siglos: Super Omnia Christus.

Jesús Rodríguez Arias   





Pasión

  Reconozco que a mis cincuenta y cinco años soy más de lo de siempre que lo novedoso y actual. Las nuevas tecnologías aplicadas a la vert...