lunes, 31 de enero de 2022

De recuerdos

Esta tribuna no es tan solo una tribuna, este artículo no es simplemente un artículo, es una declaración de intenciones en toda regla.

Para llegar a esto se ha producido un desgarro que ha llevado al necesario discernimiento.

No digo que esta sea definitiva pero por ahora es totalmente necesaria...

Sí, este lunes, Festividad de San Juan Bosco, en Andalucía Información - Información San Fernando he escrito con el corazón quebrantado y demasiados recuerdos.

Jesús Rodríguez Arias


DE RECUERDOS

Le decía a mi madre María del Carmen antes de que sufriera el ictus que hizo iniciara la última etapa de su luenga vida que si ella quería podíamos darle Hetepheres y yo un paseo en coche por San Fernando. La playa de Camposoto, la Casería, donde mi abuelo Félix paseaba todos los días desde que se jubilara de su destino de Coronel de Infantería de Marina en Cartagena, Gallineras, pasar por el Cerro con su Ermita a lo alto, el Parque, la Glorieta, San Carlos o el Panteón para después coger un taxi y transitar, lo más despacio que se pudiera, por la calle Real, vía que ella había paseado a lo largo cuando era niña, después mocita, de la mano de su novio y después marido hasta hacerlo con la Familia que Dios le dio.

Ella, mirándome con unos ojos llenos de bondad, me dijo: No, Jesús, hijo mío, yo esta Isla ya no la reconozco, yo me quedé en la calle Real cuando era una preciosa avenida, con la mercería de Salas, cuando La Mallorquina era el centro neurálgico de la sociedad isleña, de la ensaladilla de La Primera de La Isla, de Calzados “Carmelín”, Deportes “El Galeón” o la confitería “La Victoria” que sigue siendo la Victoria. Muchas gracias, pero a estas alturas de mi vida prefiero vivir de los recuerdos.

En estos días atrás esta vivencia con mi madre se ha mantenido inalterable en mi pensamiento. Ella prefirió fijar en la memoria a su Isla que conocer otra completamente diferente que la sorprendería y entristecería a partes iguales.

Y esto me está pasando a mí, aunque no os lo creáis, que aun en la distancia casi no voy reconociendo al San Fernando que dejé hace dos años, un 26 de febrero, para venirme a vivir para siempre a La Atalaya en Villaluenga del Rosario. Atrás dejé una calle Real que ni por asomo era la que conocí y viví pues con la peatonalización tan horrible que se hizo, con los raíles, catenarias, farolas, pienso que, entre unos y otros por sus respectivos intereses, han destrozado la principal vía de la ciudad con todo lo que eso conlleva.

Además ahora anuncian desde la Demarcación de Costas que en el plazo que esta determine van a tirar abajo las pintureras casetas de pescadores de la playa de La Casería desgajando la imagen de esta playita coqueta, sencilla y marinera. Por ahora, al parecer, la destrucción no va a ir a más ya que se mantienen en pie los restaurantes “La Corchuela” y la “Cantina del Titi”.

Y también, para que os lo voy a negar, la remodelación de la Plaza del Rey a un nuevo enclave totalmente diáfano sin arbolado, palmeras y sin la augusta estatua ecuestre, obra de Aniceto Marinas, que San Fernando erigió al General Varela, borrando de un plumazo lo que ha sido una de nuestras escasas  imágenes identitarias más significativas, está haciendo mella en mi ánimo ya que no solo es la fisonomía de la plaza más céntrica sino la profanación en el sentir de los isleños que hemos disfrutado de generación en generación de este espacio sin filias ni fobias.

Poco a poco compruebo, aquí en La Atalaya, como La Isla que he conocido y reconozco cada día se parece menos a la que dejé hace apenas dos años. También ayuda la crispación social de mis paisanos que se erigen en uno u otro bando según cada actuación cuando San Fernando siempre ha sido un pueblo pacífico en el que todo el mundo nos hemos llevado lo mejor posible y con mucho respeto y educación. Ahora solo hace falta abrir las ventanas de las redes sociales para comprobar lo mal que está el patio.

Por lo cual, después de pensarlo mucho, tiempo tengo para ello, he decidido que como mi madre por ahora voy a vivir de recuerdos. Hace dos años que no piso literalmente San Fernando, la pandemia ha ayudado mucho a ello, y por ahora no pienso hacerlo, no quiero conocer una Isla que ya no reconozco. Si voy es para quedar con escasos amigos en Bartolo o Casa Naca…

Me quedo con esta ventana que cada semana me ofrece Información San Fernando y por ahora poco más.

Jesús Rodríguez Arias


lunes, 24 de enero de 2022

Blue monday

 

Instaurar un lunes en concreto en el calendario como "el día más triste del año" me parece una memez y de muy mal gusto.

Pues de esto va mi semanal tribuna en Andalucía Información - Información San Fernando, del "blue monday" que según dicen se "celebró" el lunes 17 de enero de este año 2022. 

Cómo este artículo se publica el lunes 24 de enero, Festividad de San Francisco, Patrón de Periodistas y Escritores desde aquí quiero felicitar a los buenos periodistas que componen Información San Fernando, Andalucía Información así como resto de medios de comunicación. También quiero hacer extensiva la misma a los compañeros escritores.    

Jesús Rodríguez Arias



BLUE MONDAY

Las teorías, fiestas y tradiciones anglosajonas nos acechan y quieren revertirlo todo sin contar que cada lugar en el mundo es diferente a ellos gracias a Dios. De ahí Halloween, Papa Noel, Black Friday, o la tontería del Blue Monday o “el día más triste del año” que según parece fue el pasado lunes 17 de enero.

Este término por supuesto carece de base científica, cosa normal, y no es apoyada por el mundo académico. Nació como todo lo que pretende modificar nuestro ser: Por puro mercantilismo.

El precursor de este término fue el psicólogo y experto en motivación Cliff Arnall. En 2005 mientras trabajaba en Lifelong Learning Center, adjunto a la Universidad de Cardiff en Gales, fue contratado por el consultor publicitario Porter Novelli para que encontrar el día más triste del año. ¿Y por qué darle una fecha? La agencia de viajes Sky Travel, hoy desaparecida, había sufrido un año de pérdidas y pocas reservas. Con este panorama tenían que reinventarse y decidieron realizar una campaña publicitaria para vender sus viajes como la receta perfecta contra la tristeza. Desde entonces se “celebra”, que es un decir, ese preciso lunes como el más triste del año y algunos van y hasta se lo creen.

Personalmente a mí este tipo de imposiciones me molestan y mucho porque en verdad lo que quieren es jugar con nuestros sentimientos, con nuestros estados de ánimos, con nuestras vidas, como si fuéramos sus marionetas. Todos esos días inventados como son el de San Valentín, de la madre o el padre, los antedichos y muchos más que seguro ahora tenéis en mente a mí no me dicen absolutamente nada porque para regalar a tu enamorada o enamorado, a tu padre o madre, no hace falta un día al año en especial, sino que es cosa de todos los días y de cualquier momento. ¿De qué nos sirve irnos con nuestra pareja a un hotelito con cena incluida, por un ojo de la cara, y regalarle cualquier cosita si el resto del año no la tienes en cuenta y pasas más tiempo en tus ocupaciones que junto a ella?

El día más triste del año ni por asomo pudo ser el pasado lunes porque sobre los sentimientos y el estado de ánimo no deben existir calendarios. Uno puede estar triste por motivos ajenos o incluso propios, pero estos acaban desapareciendo y todos tan contentos. Además, dedicar un día a la tristeza pienso que incluso es de mal gusto.

A lo mejor no estamos tan tristes como indignados al comprobar día tras día la gestión de nuestros mandatarios o con las subidas constantes de la luz, el incremento de impuestos, la falta de apoyo a empresarios y autónomos, que son los que generan riqueza, el empobrecimiento de los trabajadores, los ataques constantes a la libertad de expresión o tantas otras situaciones que vemos a diario.

Indignación, con toda lógica y razón, como la de los ganaderos ante las mamarrachadas del titular de consumo, de las víctimas del terrorismo al comprobar que los que apretaron el gatillo contra sus seres queridos ahora reclaman sus “derechos” y un largo etcétera en el que no se salva ni el tato.

Pero por mucha indignación que podamos sentir por una o mil causas tampoco podremos instaurar un día concreto en el calendario porque no hay un estado de ánimo uniforme, sino que es cosa de cada cual.

Además, los cristianos, los católicos, no vivimos en la tristeza, sino que lo hacemos en la Alegría, en la que nos regaló el mismo Jesús con su Pasión, Muerte y Resurrección. Él venció a las tentaciones, a la tristeza y a la muerte y nos salvó resucitando al tercer día. Dios nos entrega los dones de la Fe, la Esperanza y la Caridad. Teniendo estas en nuestras vidas es imposible el poder estar tristes y desesperanzados porque sabemos a ciencia cierta que nuestro reino no es de este mundo.

Podremos levantarnos con el pie izquierdo, los avatares de la vida nos podrán sacudir e incluso dejarnos maltrechos, pero en nuestro fuero interno sabemos que todo pasa y tiene un final. Al llegar al mismo vuelve a reinar la alegría porque la Fe, la Esperanza y la Paz siempre han estado en nosotros.

Jesús Rodríguez Arias


domingo, 23 de enero de 2022

La visita de D. Jesús Núñez, Coronel de la Guardia Civil a La Atalaya: Con nuestra gratitud

 

Se podría decir que el verde es el color de La Atalaya pues cuando llega el invierno es el que predomina en el prado y hazas que rodean a Villaluenga del Rosario. Verde vida y también Esperanza…

Desde hace ya muchos años escribo desde La Atalaya que no solamente es una casa, nuestro hogar, sino una filosofía de vida, nuestra filosofía de vida...

Entre estas cuatro paredes se congrega el gusto por las artes, el saber disfrutar del placer  de lo entendemos por excelencia. Lugar donde lo mismo estás leyendo que degustando una buena conversación en amena tertulia, recreándote con un buen cuadro, escuchando recitar una poesía salida de los recovecos del alma o deleitándote con una composición a piano o un canto a capella, rezando en la intimidad de la capilla de las lágrimas o abstraído en pensamientos envuelto en la soledad mientras las nubes pasan poquito a poco. Aquí vivimos en el placer de saborear las cosas bellas… La Atalaya en verdad es como si fuera u carmen granadino: Austero por fuera y siempre sorprendente en su interior.

Y aquí es donde tuvimos el honor de recibir el pasado miércoles 19 de enero a Ilmo. Sr. Don Jesús Narciso Núñez Calvo, coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Cádiz y querido amigo que giraba visita privada a La Atalaya. Venía de recorrer parte de los distintos destacamentos a su cargo en la Sierra de Cádiz. Se da la circunstancia de que es la primera visita que realiza a Villaluenga del Rosario desde que tomara posesión como máximo responsable de la Benemérita en la provincia.

Venía expresamente a visitarnos y descubrir por el mismo ese lugar del que tanto le hemos hablado como es La Atalaya, almorzar en la intimidad de esta y conversar de mil temas y todos interesantes. Antes pudo conocer las casas que en su día albergaron sendos cuarteles de la Guardia Civil en Villaluenga como son la de nuestro vecino José María Bohórquez así como la Fonda Ana Mari. Posteriormente recorrió la Iglesia de San Miguel Arcángel de la mano del Padre Sergio Moreno Ruiz.

Precisamente Ana Mari le enseñó un lienzo que hay en la antigua Fonda en el que se ve la fachada del Cuartel de la Guardia Civil, que esta albergara, con el cartel característico. Junto a este cuadro se hizo el Coronel Núñez una fotografía que inmortalizó el recuerdo.

D. Jesús pudo al fin conocer personalmente nuestra casa, así como el lugar que genera más interés de la misma como es el escritorio y biblioteca para pasar a almorzar al comedor situado en la antigua cocina de la casa la cual hemos mantenido y realzado en su antigua esencia.

Un grupo muy reducido de amigos, la mayoría conocidos del coronel Núñez, hicieron que pasáramos una velada llena de historias, anécdotas y vivencias. Antonio Benítez, verdadero cronista de nuestro pueblo, hizo de cicerone no solo de la historia de nuestra casa sino de los lugares que visitamos anteriormente. Nuestro querido vecino y amigo José María Bohórquez y el Padre Sergio Moreno Ruiz, Párroco de Grazalema, Villaluenga del Rosario y Benaocaz completaron ese íntimo círculo de lo que sería la primera visita a La Atalaya de nuestro querido amigo Jesús.

Otro invitado no pudo asistir ya que estaba fuera de la localidad toda la pasada semana atendiendo sus obligaciones en la Capital del Reino de España.

La verdad es que con una persona de las características intelectuales y profesionales que atesora D. Jesús Narciso Núñez Calvo es bien fácil de que el tiempo se diluya entre nuestras manos. Espeluznaba conocer la situación de los cristianos perseguidos en Líbano, que él vivió en primera persona,  vivencias cuando estuvo en misiones internacionales como Irak, sus recuerdos de los muchos lugares en los cuales ha estado destinado, su ingente labor intelectual toda vez que Jesús Núñez Calvo es también doctor en Historia, escritor, académico y delegado en Andalucía de la Asociación Española de Militares Escritores.

Extraordinaria conversación en torno a la literatura ya que es íntimo amigo, entre otros, de Lorenzo Silva, de la que Hetepheres es fiel seguidora. Concretamente en el libro “Y al final, la guerra” cuyos autores son Lorenzo Silva y Luis Miguel Francisco el coronel Núñez es citado cincuenta y cuatro veces apareciendo en algunas de las fotografías que ilustran el  libro. También conoce a otros ilustres literatos.

Tenemos que reconocer que tuvimos el privilegio de vivir un buen almuerzo, con un invitado excepcional, magníficos amigos y extraordinaria sobremesa a modo de inmejorable tertulia.

Para terminar su visita privada a La Atalaya firmó en el libro de honor de la misma y que él precisamente estrenó. Preciosa su dedicatoria: 

""En recuerdo de un almuerzo de Amistad en 'La Atalaya' de Villaluenga del Rosario, en magnífica compañía con los mejores anfitriones, Jesús y Hetepheres. Firmado: Jesús Narciso Núñez Calvo. 19-I-2022."

La concepción que tanto Hetepheres como yo tenemos de La Atalaya es la de un lugar donde se congrega la Belleza con mayúsculas, la excelencia, el saber compartir y tener el privilegio de aprender de todos y con todos sin excepción.

Desde el pasado miércoles el verde de La Atalaya es más si cabe de la Guardia Civil.

Gracias, querido Jesús, por hacernos vivir un día tan extraordinario. Te esperamos pronto y ya sabes que tienes las puertas de La Atalaya abiertas de par en par.

Gracias Antonio, José María, Padre Sergio por compartir con nosotros tan ilustre  visita y una magnífica tarde.

Y esperemos que el "bicho", que es como generalmente muchos denominan al virus, deje de importunar para que esos queridos amigos que tienen previsto visitar La Atalaya lo puedan hacer más pronto que tarde. 

Jesús Rodríguez Arias



           Junto al Coronel D. Jesús Núñez en el 
                     escritorio de La Atalaya

Hetepheres junto a nuestro buen amigo Jesús Núñez
sosteniendo el libro "Y al final, la guerra".


El Padre Sergio Moreno con el Coronel Núñez en la 
Capilla particular de La Atalaya, Capilla de las Lágrimas.


         Firmando en el Libro de Honor de La Atalaya


El Coronel Núñez junto en la Fonda Ana Mari
edificio que albergó un antiguo Cuartel de la Guardia Civil

  Las casas que albergaron antiguos Cuarteles
    de la Guardia Civil una frente a la otra.

 
La Atalaya...





lunes, 17 de enero de 2022

Escrito a lápiz

"Después de todo lo vivido en el pasado, recorriendo el presente y atisbando ese futuro que siempre está por llegar, puedo decir que la vida en sí debería ser escrita a lápiz..."

Una conversación con un amigo ha motivado este artículo nacido del sosegado pensamiento en el silencio de un día de frío y lluvia en La Atalaya.

Jesús Rodríguez Arias



ESCRITO A LÁPIZ




Hablando con un amigo me dijo que él los planes los anotaba con lápiz pues nunca sabía si iban o no a salir. Este comentario me hizo pensar y después de todo lo vivido en el pasado, recorriendo el presente y atisbando ese futuro que siempre está por llegar, puedo decir que la vida en sí debe ser escrita a lápiz.

Muchas veces nuestros deseos van por delante de lo que en verdad necesitamos y el solo hecho de comprobar en carne propia que los objetivos que habíamos señalados como vitales para nuestra existencia no se cumplen nos lleva al enfado, desesperación, frustración e incluso a la desesperanza.

Y vosotros me diréis que no es para tanto, que hay que saber reconducir el paso, que mientras haya vida, hay esperanza. Tenéis razón, pero lo que no sabemos es cuanta importancia puede tener para cada cual lo que tenía anotado como importante. Hay muchos ejemplos y lo que os refiero no son moco de pavo. Muchas parejas y matrimonios, abiertos a la vida, han proyectado su existencia a la llegada de hijos pero estos no vienen, otros quieren alcanzar altas metas en sus puestos de trabajo pero comprueban que han sido sobrepasados por aquellos que presuponen tener menos méritos, algunos se afanan en sueños imposibles como irse a vivir al pueblo de sus padres pero sus obligaciones les hacen que asuman que esto es difícil, también están los que disfrutan de su día a día, con su familia, labores, amigos, lugares, pero de la noche a la mañana la salud se les resquebraja, se instala la enfermedad y los padecimientos, los que creían ser felices hasta que comprueban que su matrimonio está hecho añicos, problemas con los hijos que lo destrozan todo o comprobar que el maldito COVID se ha llevado por delante salud, vida, trabajo, negocios…

Por eso pienso que la vida tiene que estar escrita a lápiz. Todos nuestros anhelos, pensamientos, objetivos, proyectos deben así estarlo para que si no salen se pueda hacer borrón y cuenta nueva.

Hay que tener en cuenta, aunque nos cueste creerlo, que nada nos pasa porque sí, nada sucede por casualidad, sino que nuestro ayer, hoy y mañana, está escrito con tinta permanente por quién nos creó y está con nosotros desde el día que fuimos concebidos hasta que cerremos los ojos a esta vida. Lo que pasa es que a nosotros nos cuesta asumir los designios de Dios para nuestra existencia y queremos llevarle la contrario ya creemos que lo que pensamos es mucho mejor.

Al final nos damos cuenta de que no es así, aunque cuando uno llega a esta conclusión suele ser ya demasiado tarde. Por eso es mejor escribir la vida a lápiz, estar abiertos a las sorpresas que te puedan deparar, no todas tienen por qué ser desagradables, estar preparados para cambiar de posicionamiento e incluso el paso. Para recorrer firme y seguro las veredas y senderos de nuestro existir es muy aconsejable cambiar el rumbo.

Abrir todos los días esa libreta que contiene la secuencia de la vida y escribir los avisos, momentos, fechas importantes, citas, compromisos, responsabilidades, querencias, apostolado, a lápiz por si acaso, por mil razones, no salen ya que con un solo borrón empezamos todo de nuevo según lo proyectado, lo que seguro es mejor.

Sin lugar a duda la madurez ayuda a aceptar los cambios de rasante como lo mejor que nos puede suceder, que nuestros preclaros objetivos de hoy no tienen porque ser los de mañana, que según vas envejeciendo compruebas con más nitidez que no todo lo que presumíamos malo es tan malo y no todo lo bueno es tan bueno. Esto también va por las personas.

La pandemia nos ha trastocado todo y sobre todo la seguridad en la que creíamos vivir. En cerca de dos años hemos visto explosionar todo cuanto creíamos y queríamos. Todo se ha tambaleado, sigue haciéndolo, y solo la Fe se ha mantenido inamovible y con ella la Esperanza y la Caridad.

Hoy pienso que casi todos escribimos a lápiz como por ejemplo los cofrades que miramos de reojo el avance o retroceso de la enésima ola mientras nuestro corazón se desboca por poder vivir de nuevo las procesiones de Semana Santa.

Jesús Rodríguez Arias

 


lunes, 10 de enero de 2022

Paco "Paquetera"

 


Si algo hacía grande a Francisco Rivero, conocido como Paco "Paquetera", era su sentido del deber, de la responsabilidad, de la confidencialidad...

Era una persona sencilla, humilde, por tanto alejado de los focos del vacuo protagonismo, y por eso mismo creo es justo y necesario escribir un artículo a un buen hombre que ayudó a todos sin mirar condición.

Pienso que esta mi primera tribuna de este año 2022 en Andalucía Información - Información San Fernando debía estar dedicada a perpetuar su memoria.

Jesús Rodríguez Arias


PACO “PAQUETERA”

Me va a costar escribir en pasado de él ya que desde lo conocí lo he tenido presente en mi vida y pensamiento. Sí, porque Francisco Rivero, Paco “Paquetera” como era conocido, con su forma de trabajar, hacer las cosas, de llevar la prudencia como santo y seña, era muy difícil que pasara desapercibido tanto en el Ayuntamiento de San Fernando donde trabajó como servicio externo contratado por el consistorio como a todos aquellos que en su escaso tiempo libre les echaba una mano.

Sí, Paco fue un hombre bueno que se entregó sin hacer distinción y de ahí que fuera querido y respetado por todos con lo difícil que es llegar a conseguir tal cosa.

Mi relación con él se retrotrae a algunos años atrás antes de ingresar como funcionario de carrera por oposición libre en el consistorio municipal. Lo conocía por lazos familiares, así como por mi vinculación en el mundo cofrade. Desde entonces pude comprobar que trataba con un hombre bueno y servicial al que le gustaba hacer las cosas bien y que todos, he ahí la diferencia que lo hacía tan único, quedaran contentos.

Ya en el ejercicio de mis funciones en el ayuntamiento isleño se intensificó mucho hasta que le llegara la hora de la jubilación y dejara al frente de la empresa a su hijo Ricardo Rivero.

Paco aun estando muy ocupado, y sabiendo que no disponía de horas para atender nada ni a nadie, era incapaz de dar un no por respuesta y haciendo encaje bolillos con el tiempo y con la necesaria colaboración del buen personal municipal de Movimiento atendía a todos sin excepción porque para él no había superiores ni subordinados ya que todos eran compañeros.

Hombre reservado hasta el extremo al que podías contarle lo que fuera que bien sabías que guardaba sepulcral silencio. Paco era una persona que respetaba a todos y se hacía respetar desde el trabajo que tenía encomendando, con su predisposición, desde la concepción de atender siempre en todo momento y ocasión al Ayuntamiento, a todos los servicios y empleados municipales, aunque eso causara menoscabo a su querida mujer, hijos y familia. Era de ese tipo de personas en las que el deber y la responsabilidad están por encima de su propio descanso.

Una vez jubilado alguna que otra vez se acercaba para hacer una visita y siempre terminaba sentado frente a mí en el servicio municipal que tenía encomendando. Para mí Paco siempre era bienvenido porque él fue mis pies y manos muchas veces cuando la intensidad del trabajo era desbordante.

Pienso que el Ayuntamiento de San Fernando siempre estará en deuda con D. Francisco Rivero, con Paco “Paquetera”, por todo cuanto hizo, por todo cuanto calló… No estaría nada mal que la Corporación Municipal le tributara algún homenaje en forma de recuerdo porque Paco también con su callada, pero necesaria labor, ha sido un hijo ilustre de nuestra bendita Isla de León.

Cuando a finales del mes de noviembre del pasado año me enteré, casi por casualidad, del fallecimiento de Paco mi alma se nubló de sentimientos de pesar y nostalgia. No lo veía desde que a finales de febrero de 2020 me instalara definitivamente en Villaluenga del Rosario abandonando mis funciones en el Ayuntamiento por medio de una excedencia, aunque os confieso que lo tenía muy presente, como lo tengo hoy en día, ya que Paco “Paquetera” era de ese tipo de personas que ha valido la pena conocer pues con su humildad, trabajo y dedicación ha dado vitales lecciones a quienes hemos tenido el privilegio de tenerlo cerca.

He querido que este primer artículo de mi semanal tribuna en Información San Fernando de este año dos mil veintidós esté dedicado a esta ejemplar persona y mejor trabajador que lo mismo lo veías trasladando vallas, asistiendo en cualquier evento que se organizara o atendiendo a todo el que lo llamaba porque para él la palabra no estaba fuera de su diccionario.

Descansa en Paz amigo Paco. Sé que tu familia y amigos te estarán echando mucho de menos. A ellos mi pesar.

En este primer artículo quiero desearos lo mejor para este nuevo año, que os cuidéis del dichoso Covid extremando la precaución. Y a Información San Fernando darle un año más las gracias por su apoyo y confianza.

Jesús Rodríguez Arias


miércoles, 5 de enero de 2022

Mi querido Rey Melchor


 


MI QUERIDO REY MELCHOR


A Sus Majestades Los Reyes Magos de Oriente:

Bien sabéis Majestades que desde hace ya muchos años no os escribo carta pues no necesito nada, materialmente hablando, y tampoco me ilusiona algo de lo que ahora se ofrece en el mercado. 

Hace ya mucho tiempo y más desde ocho años para acá, que es el tiempo que el Niño Dios me ha regalado la segunda oportunidad de vida que estoy disfrutando, solo pido salud para los míos y también para mí. Amor para los míos y para todos, Paz interior para nosotros como para este pequeño-gran mundo y por supuesto Esperanza, Fe y Caridad...

Bien sabéis que soy un verdadero bendecido por el Señor ya que me dio unos padres buenos, mi tía Tata que fue un ser simplemente extraordinario, una familia donde crecí y me hice hombre, una ciudad, un barrio, unas Callejuelas...

Y para poner la guinda a esta tarta, que algunas veces es dulce y esponjosa así como otras dura y reseca, pusiste en el camino de la vida a una mujer ciertamente única como es Hetepheres. Ella es la razón de mi vivir, por la que me levanto todos los días algunas veces bien y otras mejor no contarlo. Ella es la que endulza el pastel de mi vida que ya no tiene partes secas ni duras.

Me has regalado amigos que son hermanos del alma, no voy a citarlos pues saben quienes son, también buenos amigos, multitud de conocidos así como otros que una vez estuvieron caminando el mismo trecho pero que en verdad nunca compartieron ni mochila, vida y amistad.

Una vida que ya se adentra en ese tramo de edad donde todo se mira con los ojos de la madurez, que intentas pensar antes de actuar, meditar antes que hablar, y sobre todo guardar silencio ante las vacuas palabras, ante lo que ves, porque lo has comprobado, que ya no vale la pena...

Majestades, soy hombre de Fe y aunque esta única e intransferible para cada cual me duele mucho cuando intentan acabar con ella los poderosos. Sí, el Niño Jesús molesta en la época actual de este caótico Siglo XXI como lo fue hace dos mil veintiún años ya que al enterarse Herodes del Nacimiento de Jesús intentó acabar con él con la matanza de los Santos Inocentes. El mensaje transgresor de vida que es y simboliza Jesús rompe con los interesados intereses que interesan a quienes interesan, que por llevarse el ascua a su sardina son capaces de vender su alma al mismo diablo.

Vosotros, sabios de Oriente, os pusisteis en camino para ver al que había Nacido porque como eternos buscadores de la verdad bien sabíais que la Verdad estaba donde la estrella os guiara. La Verdad nació en un establo y estaba en un sencillo pesebre...

Cuando pienso en el Niño me pregunto: ¿Nos hacen falta tanto para ser Feliz?

¿En verdad hace falta el último artilugio tecnológico? ¿De qué nos sirve tener tanto y después poseer tan poco? 

Cuando veo a tantos que quieren un cargo para ser, estar y parecer aunque para eso tengan que mentir e intentar destrozar a los que dicen que son sus hermanos. Muchos quieren utilizar la jocosa ironía con palabras y gestos que los retratan pues no olvidemos que la ironía es el lenguaje de los inteligentes y no nada peor que no saber utilizarla ya que retratan su propia memez.

El postureo gusta mucho y abarca cualquier ámbito de nuestra sociedad. Estos, que son caritativos de escaparate, adolecen de buenos sentimientos y sobre todo Caridad para con sus hermanos, su prójimo. No todo vale para ser alguien que en verdad, por muy bonito que nos lo pinten, nunca llegara a ser...

Bien sabéis, Majestades, que soy muy de los Reyes Magos, soy monárquico hasta para eso. Siempre defenderé esta preciosa tradición popular pues esta forma parte de nuestro ser identitario como nación y como parte de Europa cuyo origen está basado en el cristianismo. 

Pienso que según vamos creciendo "adoptamos" a un rey más que otros. De chico por supuesto era Baltasar, después según fui creciendo me gustaba más Gaspar y ahora a mis cincuenta y dos años pongo mis deseos en manos de Melchor.

Y de todos los que han simbolizado y simbolizan ayudando a Sus Majestades en tan laborioso día de llevar la  Ilusión a todos sin excepción, me quedo con el Melchor que encabeza mi particular carta. De este Rey Mago me fío a pies juntillas pues es un hombre bueno, de vasta sabiduría, inteligente y por tanto ciertamente irónico, con acendrados valores que atesora desde la cuna. Un hombre servicial, amable y de buena voluntad. 

Es verdad, Majestad, no pido nada para mí, materialmente hablando, sé que algo caerá porque son presentes que se hacen desde el Amor y eso es tan valioso que no tiene precio. Bueno, sí, te pido salud. Te pido que se termine esta pandemia, que la crisis económica no destroce aun más a las familias, que los hombres y mujeres de buena voluntad no se dejen pisotear por los que se creen  poderosos, que mi bendita España no deje nunca de ser España, que los que trabajan por mejorar la sociedad lo hagan de verdad y se alejen de planteamientos ideológicos y partidistas, que se respete la vida desde la concepción hasta la muerte natural, que los cristianos, los católicos, no nos veamos siempre amenazados y perseguidos por vivir nuestra Fe, que todas las instituciones pongan su granito de arena para alcanzar el bien común, que las hermandades y cofradías sea casa de verdaderos hermanos...

Mi querido Rey Melchor: 

Te pido por mi bendita Isla de León, donde abrí los ojos y crecí, a la siempre querida ciudad de Jerez de la Frontera que tanto me ha dado aun cuando ni me daba cuenta, y por supuesto a Villaluenga del Rosario donde Jesús, hecho Niño, ha hecho que sea mi casa, mi verdadero Hogar. En La Atalaya soy inmensamente Feliz pues ni me falta ni me sobra nada. 

Ser Feliz es abrir todos los días la ventana y admirar el cielo que nace tras las montañas, es degustar el silencio y la tranquilidad como modus vivendi, es valorar la grandeza de las cosas humildes y sencillas, es escuchar los sonidos de la vida que envuelven mi ser a cada instante, es degustar un buen queso con una copa de vino, es disfrutar de una película al lado de mi mujer mientras la leña crepita y se quema en la chimenea, es valorar la improvisada tertulia con amigos buenos y de verdad. Saborear el divertido sosiego que nos transmiten Gatorro Pitufino, Enriqueta y Fernanda.

Y también es regusto melancólico cuando echas de menos esas personas queridas que no ves hace tanto tiempo aunque estamos permanentemente en contacto, es acordarte de los que ya partieron hacia el eterno portal de Belén a los que recuerdas con emoción y agradecimiento.

Majestad, para no escribir cartas me he explayado bastante cosa normal cuando se trata de quién tiene por oficio el de escritor. 

Sí, sabio Rey Melchor, sé que cada día  nos mueve la Esperanza y que lo mejor siempre está por venir. Que en la Juventud, divino tesoro, está el futuro de todo y que los que ya peinamos canas, como vuesa majestad, debemos saber estar cuando tengamos que estar y apartarnos cuando proceda. Que el secreto de no estorbar es precisamente saber que todo en la vida tiene su principio y fin, que cualquier tiempo pasado, aun pareciéndonos bueno, no tiene que ser el mejor. 

Gracias mis queridos Reyes Magos y en especial a mi querido Melchor por leer esta luenga carta donde no pido nada aunque pida un poco de todo...

Este año he intentado ser bueno, para algunos lo habré conseguido, para otros será todo lo contrario. Sólo diré que yo estoy en paz conmigo mismo que no es poco...

Ya saben que cuando pasen por #LaAtalaya les dejaré comida y agua para los camellos y quesito del bueno con un vinito para Sus Majestades y séquito.

Jesús Rodríguez Arias

lunes, 3 de enero de 2022

Ser Hermano Mayor

 

Para no faltar al tradicional artículo de los lunes hoy traigo uno casi dos año y medio aunque al día de hoy tenga plena vigencia.

Se titula "Ser Hermano Mayor".  Con él quise poner en valor la figura del Hermano Mayor así como hacer constar que no cualquiera puede serlo.

El próximo lunes volveré, D.m., con mi semanal tribuna donde seguiré escribiendo a mí manera y siempre desde la visión del humanismo cristiano.

Gracias siempre por vuestro interés.

Jesús Rodríguez Arias


SER HERMANO MAYOR

(Publicado en Andalucía Información - Información San Fernando el 10 de Junio de 2019)

Personalmente os confesaré que nunca ha estado en mi mente, en mi deseo, ostentar el cargo de Hermano Mayor de una Cofradía aunque hubo un tiempo, hace ya algunos años, que hermanos me pedían que lo fuera, que diese el paso adelante, cosa que no hice porque antepuse la unidad en el seno de la Iglesia, una hermandad no olvidemos es una institución de la misma, a la división que nada bueno trae.

Como tampoco nunca ha estado en mi mente, en mi deseo, ni dirigir ninguna institución en la que he estado o estoy así como tampoco los cargos que he ostentado en treinta años muy activos tantos en movimientos de la Iglesia como fuera de ella porque al contrario de lo que se podría pensar soy de los que asume una responsabilidad no como una carga sino como un servicio y por tanto en cuanto este termina también lo hace el cargo en cuestión.

Eso no es óbice para que sepa la enorme responsabilidad que tiene el ser, el ostentar, el cargo de Hermano Mayor de una Hermandad o Cofradía pues es el que al fin y al cabo debe decidir, es al fin y al cabo quién sufre en primera persona los avatares que tenga su hermandad, es quién degusta la inmensa soledad que tiene la persona que lleva las riendas de una institución, quién se lleva los parabienes  y también las críticas que suelen en su mayoría muy injustas porque todos se creen en la razón, todos se creen que saben más, todos se creen que pueden opinar de la labor de una persona que lleva la dirección junto a los miembros de la junta de gobierno de su hermandad. Y son los que más critican, los que más en duda ponen todo, los que dicen a diestro y también siniestro que ellos lo harían mejor los que en verdad no hacen nada y se mofan, critican, ponen en tela de juicio desde el cómodo sofá de su casa o desde la barra del bar con el que queda con sus amiguetes que también opinan, piensan y escupen igual porque se creen que son hermanos mayores en potencia.

Yo podré tener puntos de vista diferentes, podré estar en desacuerdo, podré ser muy crítico con la gestión, con los modos, con el fondo de cada cuestión en particular pero lo que no haré es hacer los que hacen los criticones cofrades de sofá, tertulia de barra de bar con cervecita en la mano pues aparte de la cuestiones personales siempre tendré la máxima consideración hacia quienes abandonando horas a su familia, a su ocio, a sus aficiones, a su propio descanso dedican todo el tiempo que pueden y tienen en llevar su Hermandad o Cofradía hacia adelante.

Ser Hermano Mayor no es simplemente ser “dirigente católico que representa a miles de personas”, ser Hermano Mayor es ser agente de pastoral, un miembro activo de la Iglesia, que respeta la jerarquía eclesiástica, que tiene al obispo como pastor y también apóstol, que defiende la religión católica dando la cara aunque se la partan porque el llevar el antifaz es cosa de un solo día al año y lo hace no para ocultarse sino para vivir desde sus creencias la Penitencia en lo que es una sublime protestación de Fe en las calles, lo que es una inmensa catequesis plástica, lo que es llevar a Dios a los hombres y mujeres que rezan con la mirada cuando el cortejo procesional y los amantísimos Titulares pasan delante suya. Ser Hermano Mayor es ser el primero pero también el último de los hermanos porque es quién desde su ejemplo y testimonio de vida se entrega por todas y cada una de las personas que conforman la nómina de la hermandad que preside. Eso es ser Hermano Mayor y no otra cosa.

Y quienes se quedan solo con el “poder”, con la afirmación de un simple liderazgo, de los que se creen y piensan que simplemente son dirigentes católicos que representan a miles de cofrades les diré que todavía no han entendido nada y que están más perdidos que el barco del arroz.

Con este artículo lo único que he querido es poner en valor la inmensa responsabilidad, la enorme dedicación, de quienes ostentan el cargo de Hermano Mayor.

Jesús Rodríguez Arias

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