martes, 28 de abril de 2020

Cristóbal García Supervielle: In memoriam























CRISTÓBAL GARCÍA SUPERVIELLE: IN MEMORIAM



Sabía que no andaba bien y aunque la Esperanza es lo único que no se pierde al final mi querido hermano hospitalario se ha marchado de este mundo con esa hidalguía, ese aire de eterno bohemio, esa bonhomía que le caracterizaba.

Gaditano por todos los costados de su enjuto cuerpo, poeta de alma libre, amante de la vida y defensor a ultranza de la dignidad de los más necesitados, de los pobres de solemnidad, como antiguamente se decía, los sin techo, los que pasan hambre.

Sí, pienso que Cristóbal García Supervielle tenía alma de buen samaritano.

Ayer murió, ayer se fue a ese paraíso siempre escrito, siempre soñado, siempre deseado. Ayer se nos fue un hombre bueno, de sonrisa permanente, de ojos siempre niños, de ilusión compartida, de protocolaria existencia.

Ateneísta y como tal hombre de vasta cultura entregado a la literatura como el arte con el que Dios lo bendijo y dentro de esta a la poesía. Pienso que los poetas escriben desde las entrañas de la vida haciéndola más hermosa. Un poeta es un ser que escribe como vive: ¡A corazón abierto!

Lo conocí, como no podía ser de otra forma, en Caballeros Hospitalarios. En la época que la presidía mi querido hermano y amigo Paco Súnico. Hombre siempre afable, gran conversador, irónico a más no poder como buen inteligente, que me abrió los brazos no solo de la Institución en la que ingresaba y de la cual era miembro del Consejo Supremo sino a nivel personal.

En los años que estuvo fuera del Consejo Supremo de la Real y Benemérita Institución de los Caballeros Hospitalarios Españoles de San Juan Bautista no faltó nunca a un Capítulo, Asamblea o acto que se organizaran. Siempre fiel a su forma de ver la vida, a su familia, a Cádiz y a Caballeros Hospitalarios...

Cuando fui intervenido quirúrgicamente de mi enfermedad no faltó su llamada, su aliento, su estar siempre con nosotros en ese Madrid que nos acogió en esos días de quirófano, dolor, incertidumbres y padecimientos. 

Cada vez que tenía una recaída ahí estaba el bueno de Cristóbal. Eso es ser buen samaritano.

Recuerdo, allá por 2016 cuando yo ostentaba la vicepresidencia del Consejo Supremo, me hizo una propuesta: Diseñar un calendario de bolsillo con símbolos que identifican a nuestra Benemérita Institución y enviárselas a todas la Damas y Caballeros Hospitalarios. Se lo consulté al entonces Presidente D. Manuel Navarro que dio su anuencia y nos pusimos a ello. Gracias al diseño exclusivo de mi siempre querido José M. Espigado y la impresión de Artes Gráficas "Diprén" de San Fernando se pudo hacer realidad el sueño de nuestro querido Cristóbal. Los calendarios 100% gratuitos, fueron donación anónima, se distribuyeron e hicieron llegar a todos los miembros de la Institución.

¡Gracias Jesús! con voz emocionada fueron sus palabras que quedaron prendidas en mi alma a fuego.

Hace ya mucho tiempo que no ejerzo ningún cargo ni aquí ni allí, ahora solo me dedico a pensar, escribir y vivir desde la lejanía, desde mi Atalaya en Villaluenga del Rosario donde me he retirado del mundanal ruido. 

Ayer noche me llegó la noticia, que ciertamente esperaba, del fallecimiento de mi querido y buen hermano Cristóbal García Supervielle y os tengo que confesar que mi corazón se inundó en melancolía. Este poeta inconmensurable, este gaditano por cuantos costados tenía su enjuto cuerpo, este enamorado de la vida, este Ateneísta y Caballero Hospitalario, a cuyo Consejo Supremo pertenecía, había dejado este mundo para irse al Cielo siempre tan inalcanzable para nosotros. Estos tiempos recios hacen que la muerte sea demasiada fría pues no te da la oportunidad ni de despedirte ni de dar ese necesario calor a la Familia. 

Mi querido Cristóbal: 

Voy a ser muy escueto, cosa anormal entre escritores, porque no tengo palabras para expresar lo que siento por ti, por lo que me has enseñado, por lo que te he admirado y querido.

De hermano a hermano hospitalario, de escritor a escritor, de bohemio a bohemio: ¡Gracias por ser como eres, como has sido!

Descansa en la Paz del Señor y mi pesar a toda su Familia, a sus amigos, al Ateneo Literario, Científico y Artístico de Cádiz, a nuestra Real y Benémerita Institución de los Caballeros Hospitalarios Españoles de San Juan Bautista así como a toda la Trimilenaria, a la que amaste sin fisuras.

Ayer se nos fue otro gaditano ilustre, otro buen samaritano, otro inconmensurable poeta...

Con mi cariño y admiración recibe, mi querido Cristóbal, un abrazo con sabor a eternidad.

Jesús Rodríguez Arias  





lunes, 27 de abril de 2020

El cura del Santo Cristo



Estos tiempos de pandemia, de miedos, de normas y prohibiciones me recuerdan a la Polonia comunista de Karol Wojtyla y la resistencia católica que lideró.

Y precisamente esa "resistencia católica" es la que veo en el momento actual que ejerce el Padre Rafael Pinto Vega junto a su Parroquia del Santo Cristo de San Fernando. Este sacerdote en vez de confinarse, como aconseja el mundo, se entrega a los demás teniendo las puertas del Templo abiertas a sus feligreses.

"El cura del Santo Cristo", así se titula mi artículo de hoy lunes en Información San Fernando.

Jesús Rodríguez Arias





EL CURA DEL SANTO CRISTO




Tenía ganas de escribir este artículo pues pienso es de Justicia. La pandemia del Coronavirus además de los miles de fallecidos y contagiados que están luchando en las camas de los hospitales o en sus casas, de los que sobreviven, que son muchos, también ha arrasado con todo lo conocido, con nuestra vida ordinaria, con la rutina, e incluso ha atacado de forma desmedida a nuestras creencias, por supuesto la religión católica porque otras parecen tener patente de corso.

Sí, este ataque desmedido de propios y extraños a la Santa Madre Iglesia me ha recordado a la Polonia comunista en los tiempos de Karol Wojtyla, San Juan Pablo II, donde todo estaba prohibido y que gracias a nuestro Papa Santo que se puso enfrente del totalitarismo apoyado por el pueblo a modo de una “resistencia católica” que dio buenos frutos y para apreciarlos en su debida dimensión os invito a revisar la historia.

Esa resistencia católica es la que están llevando a cabo muchos obispos y curas, que están luchando no solo contra el virus sino contra el odio del totalitarismo laicista así como la sinrazón de muchos católicos que no solo piensan que las Iglesias deberían estar cerradas sino que tienen la osadía de criticar abiertamente a prelados, sacerdotes y laicos que pensamos lo contrario. No os asombréis que algunos de estos cuando todo se haya calmado se puedan erigir en “autoridad” por medio de un atril donde “abrirán” su corazón a modo de ripios y alabanzas cuando antes persiguieron a esos hermanos suyos que defendían que los templos estuvieran abiertos pues son los hospitales del alma.

Y en esta resistencia católica, este llevar a Cristo a todos sin excepción, este entregarse en su misión apostólica, ese no solo mantener su Iglesia abierta sino de dotarla de más contenido que nos acerque a Dios en tiempos tan recios ya sea por retransmisiones por medio de las redes sociales, ya sea por la participación directa en la Eucaristía y adoración al Santísimo guardando las debidas distancias, es obra de sacerdotes entregados a Dios y al prójimo sobre todas las cosas. Este es el caso del cura del Cristo, del Padre D. Rafael Pinto Vega.

Don Rafael es de los que piensan que los sacerdotes deben dar un testimonio de valentía, sin hacer locuras y sin olvidar las medidas de seguridad. “No debemos reservarnos por miedo”. Este sacerdote es de los que dan la vida por sus feligreses si hiciera falta.

Estas palabras me retrotraen a esa Polonia comunista de Karol Wojtyla pues ese fue el testimonio que nos ofreció él como tantos sacerdotes que por llevar a cabo su misión apostólica dieron sus vidas por Dios, la Santa Madre Iglesia y por sus feligreses.

Pero el cura del Cristo, que es un hombre entregado a Jesús que lleva una vida eucaristizada, no solo celebra los actos litúrgicos, no solo ora en el silencio del Sagrario, sino que tiene abiertas las puertas del Templo para que los que quieran vayan a rezar así como se entrega a los más necesitados, en estos tiempos de desolación no solo por motivos sanitarios sino por la pobreza que se han visto inmersas muchas familias, activando aun más Cáritas de su Parroquia para intentar por todos los medios aliviar las necesidades reales de la feligresía del señero Barrio del Cristo.

La verdad es que siempre he admirado al Padre Rafael Pinto tanto a título personal y como laico católico. Siempre le agradeceré que estuviera con nosotros en los momentos más duros de nuestras vidas tanto en el fallecimiento de mi madre María del Carmen, ofició la Misa de cuerpo presente en el Tanatorio de San Fernando, como el responso que le ofreció a Conchita, la madre de mi mujer Hetepheres, en el Tanatorio de Jerez. Sé que es un cura valiente, de los que te puedes fiar, de los que van de cara, de los que no te doran la píldora porque lo que ansían sobre todas las cosas es nuestra salvación. Lo admiraba antes y más ahora cuando se ha convertido, como tantos otros obispos y sacerdotes, en fieles exponentes de una necesaria resistencia católica ante los desmanes, acoso y derribo que está sufriendo nuestra Madre la Iglesia. Admiración que hago extensiva también al Padre Duvan.

Jesús Rodríguez Arias






Fotos gentileza de Mercedes Collantes Faz

lunes, 20 de abril de 2020

Lo cotidiano




Dejadme que piense en el futuro, en ese futuro aún  por escribir, cuando nos digan que el obligado confinamiento ha acabado.

De esto va mi artículo en Información San Fernando de este lunes 20 de abril de 2020.

Jesús Rodríguez Arias 











LO COTIDIANO



¿Te imaginas dar un paseo tranquilamente por la calle o el campo, entrar en una tienda, ir a una gran superficie, tomar una copa en un bar con tus amigos, almorzar o cenar en ese bar o restaurante que te han recomendado, ir al cine, mantener una buena tertulia, visitar a tus familiares, amigos, dar un beso, un abrazo, ir a Misa, al médico, visitar los pueblos de esta bendita España, trabajar…?

¿Te imaginas volver a lo cotidiano, a la normalidad?

Ese tipo de cotidianidad en verdad es la que echamos de menos desde que decidieron confinarnos en casa. Hacer todas esas cosas que antes no teníamos en cuenta ni les dábamos ningún valor.

Existe otra “normalidad” que también ha desaparecido con este estar metidos en casa como son las largas jornadas laborales para sacar el dinero suficiente para pagar la hipoteca y todos los gastos que cada casa tiene. Esa que hace que muchos padres no vean a sus hijos nada más que unas horas concretas al día y los fines de semana siempre y cuando estos no tengan otra actividad como fútbol o baloncesto. Muchas parejas, matrimonios, por el frenético ritmo de vida que llevan casi ni se conocen unos porque lo han olvidado y otros porque no han tenido tiempo y que cuando llegan las vacaciones en vez de descubrir y redescubrirse lo que hacen es tirar por la calle del medio.

En la “normalidad” los abuelos, que desgraciadamente son las principales víctimas del Coronavirus, han recobrado un papel fundamental en las familias creadas por sus hijos ya que tienen que suplir a estos no solo en llevarlos al cole y estar atentos a ellos sino también en transmitirles esa educación, esos valores y virtudes que hacen ser mejores personas.

Para ese tipo de “normalidad” ha venido bien este enclaustramiento pues ha “obligado” a juntar a familias, padres con sus hijos e incluso con abuelos, y convivir todo el día. Seguro que al principio no habrá sido fácil, creo que no lo ha sido para nadie, pero pienso que en este decretado paréntesis muchas parejas se han vuelto a reencontrar, muchos padres estarán disfrutando con sus hijos lo que no han podido hacer en años, muchos abuelos se sentirán menos solos porque pueden estar junto a su familia.

También dentro de esa “normalidad” están esos ancianos que viven en soledad ya sea porque no tienen familia o esta les han dado de lado. Son muchas obligaciones para ocuparse y preocuparse de un “viejo”. Lo contrario a esas personas mayores que deciden vivir solos y que sus hijos están pendientes, que cuando los cuidados que necesitan sobresalen a los que ellos pueden dar ponen todo lo que haga falta para que a su padre o madre no le falte de nada ya sea en casa siendo atendido por auxiliares de clínica, que hacen una inmensa labor, o ingresando en una residencia especializada donde puedan estar atendidos las veinticuatro horas que tiene el día.

A lo mejor los que viven instalados en esa “normalidad” después de este confinamiento cambian un poco en su forma de enfocar la vida pues si no lo hacen de nada les habrán servido estar días y días en casa…

Pienso que la otra cara, la más amable, de esta pandemia maldita que está causando tanto dolor y muertes así como esa impotencia que lleva al  desconsuelo, es precisamente que muchos vamos a cambiar el orden de los valores, de lo que es verdaderamente imprescindible, lo que nos es necesario, pues estas semanas que vamos a pasar en casa van a suponer un filtro donde se ve bien a las claras que es importante de lo que es prescindible.

Otra cosa buena que podemos sacar es que muchos han vuelto a mirar a Dios, a rezar. Un Dios que tenían olvidado ya que adoraban a esos becerros de oro del dinero, del tener, del ser alguien, de ostentar poder a costa de perder el alma… Sí, todo eso se ha venido abajo y no sirve para nada pues cuando te visita la muerte no hay dinero suficiente en el mundo para comprar un segundo más de tu propia vida.

¿Qué es lo primero que haremos cuando nos digan que se acabó el confinamiento?

Yo lo tengo claro. ¿Y tú?

Jesús Rodríguez Arias

sábado, 18 de abril de 2020

Ser disidente



En estos tiempos tan convulsos ser disidente es ser ciertamente un proscrito. En estos tiempos y a lo largo de la historia disidir de la opinión general es ponerte enfrente de poderosos enemigos que harán lo que estén en sus manos para acabar contigo literal o metafóricamente hablando.

Disidente según la RAE es el que se separa de la común doctrina, creencia o conducta.

Es el mal visto por todos menos por esos que también disienten pero que al fin y a la postre son muchos menos que los que manejan los hilos y la legión que les siguen, por miedo o interés, como una piara de ovejas.

Personalmente, he de confesar que he sido demasiado disidente en demasiados lugares a los que he pertenecido. He intentado hablar, argumentar mi opinión y mis hechos, pero la verdad es que ha servido para poco pues esos que están, o creen estar, instalados en un efímero poder, ya sea político, social o de cualquier tipo de influencia, no admiten ni razones ni razonamientos más que el que quieren escuchar y que no es otra cosa que la sumisión absoluta. 

Esta disidencia me ha costado "caro" pues de la noche a la mañana he perdido capítulos importantes en mi vida, personas de "inquebrantable" amistad, instituciones que muy diplomáticamente me cerraron las puertas por diferir en un momento determinado de la opinión general preestablecida por el "gran sanedrín".

Muchas personas han vuelto, muchas puertas de nuevo se han vuelto abrir, pero ya no es lo mismo, no puede serlo, porque quién traiciona a un amigo por no perder ese puesto donde tenía una cierta relevancia, no puede pensar que todo seguirá igual. Olvidar y perdonar está en cada cual pero lo que no nos pueden obligar a que tenga que ser todo igual antes. Las puertas cerradas y abiertas a lo largo del tiempo son para mí puertas entornadas...

El disidente, por antonomasia, es una persona solitaria pues le han obligado a vivir en esa situación. El ostracismo, que es el silencio hecho olvido, es la condena que hay que pagar para ser Libres. ¿Es duro? ¡Mucho! Pero al final compruebas que en esa soledad no buscada se vive muy bien, que ese alejamiento de todo y todos se te hace tener una visión global, más independiente y objetiva. Se creen los que nos condenan al silencio y el olvido del ostracismo que han acabado con nosotros y lo que han hecho es ciertamente reforzarnos.

Una vez pasada la criba empezamos a filtrar todo, y cuando digo todo es todo, mientras vas comprobando que esos amigos, esos hermanos del alma, que siempre han estado contigo permanecen a tu lado, esos que Dios ha hecho nos hayamos encontrado en el camino en un momento de la vida se han convertido en quienes te acompañan desde la lealtad correspondida ha luchar en mil batallas sin que ciertamente sepamos como vamos a enfrentarnos a ella. Son pocos, son escogidos, son como esos mosqueteros que decían voz en alta: "Todos para uno y uno para todos". 

Sí, ser disidente es ponerte enfrente del poder establecido, sea cual sea, porque piensas diferente y lo que es peor, argumentas tu discrepancia desde la solidez del pensamiento.

Sé lo que es ser disidente a nivel personal pero he de confesaros que los que me han enseñado el valor de la disidencia han sido los miembros del cubano Movimiento Cristiano de Liberación. La mayoría de ellos, junto a las Damas de Blanco, muestran un disidencia moral contra el régimen comunista que gobierna Cuba. Muchos de ellos han pisado la cárcel mientras otros están muertos y enterrados como es el caso de Oswaldo Payá al que tuve la oportunidad de conocer personalmente  hace ya bastantes años. Muchas veces he puesto encima de la mesa las vicisitudes que están pasando los cubanos a los que el régimen del Fidel le han cercenado de todos los derechos así como de la Libertad.

Ahora con el gobierno social-comunista que desgobierna España observo como muchos de esos tics se manifiestan a diario desde que tras el abrazo de Pedro y Pablo se hicieran con el gobierno de esta gran Nación. 

Tenían proyectado un futuro muy halagüeño para ellos y mucho menos para nosotros pero la adversidad les llegó en forma de Coronavirus, al que despreciaron para mantener la agenda político-social del domingo 8 de Marzo. Justo el día después el panorama había cambiado y con el paso trastabillado vieron como una "simple" gripe se convertía en un letal tsunami que en un mes y diez días se  han llevado por delante "oficialmente" 20.043 fallecidos y 191.726 contagiados y que a la hora que escribo este artículo serán muchos más. 

El tratamiento que está dando el gobierno de España a los contagiados y sobre todo a los fallecidos así como a sus familias es simplemente nauseabundo. España está de luto pero nuestros dirigentes miran para otro lado, ni un símbolo, ni lazo, corbata o vestido negro, no pasa nada, todo sigue igual y "#juntoslovamosaconsequir" como lema...

Nada de discrepancias en público, en privado es otra cosa, y ya nada de que todo el mundo opine libremente lo que piensa, mientras siguen en sus casa a modo de arresto domiciliario, pues después lo ponen en las redes y la gente empieza a pensar y reflexionar que el bonito cuento no tiene nada de bonito pero si de cuento...

Hay que monotorizar las redes sociales y ya existe "censura" en las mismas donde empiezas a sentirte vigilado, que es una forma de estar señalado, ya empiezan los bloqueos de publicaciones así como esos mensajes de advertencia que lo que está haciendo puede ser constitutivo de delito. ¿Y lo que está haciendo el gobierno no verdad?

De ahí la gran desbandada que se está produciendo de WhatsApp hacia otras aplicaciones de mensajerías más libres y mejores que este gigante que gobierna Facebook y que en España ha verificado hasta hace dos días Ana Pastor y la empresa Newtral. WhastApp se lava literalmente las manos en esta guerra de guerrillas pues están perdiendo muchos usuarios, que como es mi caso, se han pasado a Telegram aunque mantenga la cuenta, por ahora, en esta  para mantener a esos contactos que aun permanecen en la misma.

Sí, para aguantar esta andanada de censurable censura, para digerir las advertencias que en verdad son amenazas, hay que tener un espíritu de disidente y estar curado de espanto. 

Se puede bordear la censura si en vez de publicaciones tan bastas como veraces en el que manifiestas que los que conforman este ignominioso gobierno son unos "hijosdelagranputa" puedes utilizar un lenguaje que estos y sus lerdos censores no llegan: El de la ironía y el sutil sarcasmo. A lo mejor te lo bloquean pero te hartas de reír...

España, en estos momentos, no necesita de "aplaudidores", no necesita que los ciudadanos que están hasta los cojones de estar en casa callen porque tenemos que estar unidos ante tanto despipote, porque ser disidente y llevar la contraria de forma argumentada es de desleales, no necesita que un presidente haga una rueda de prensa de horas para no decir nada más que la culpa del Coronavirus en España es de otros...

Lo que España necesita es que hayan muchos disidentes que desde la fidelidad a nuestra Patria expongamos desde el razonamiento lo que estamos viendo, lo que sentimos así como deshilvanar los cuentos que no están contando. Lo que España y la inmensa mayoría de los españoles necesitamos es que este gobierno de chininabo dimita ipso facto para dejar a otro de concentración nacional conformado por expertos en la materia que se enfrente con las debidas garantías a la pandemia y después a la crisis económica que se nos avecina.

España lo que necesita también es que este gobierno en pleno y los que los han apoyado se sienten en el banquillo de los acusados por tantas muertes por su negligencia y que pisen cárcel que siempre habrá un Otegui que los defienda...

Ser disidente ahora es apoyar al Gobierno de Andalucía que encabeza Juanma Moreno que lo colidera con Juan Marín como vicepresidente y que apoya desde la lealtad institucional el grupo parlamentario de Vox y con los cuales, hay que reconocerlo, hay que quitarse el sombrero. Sí, apoyarlos es ser de nuevo disidente al "pensamiento" único de los progres que gobiernan con el único fin de destruir a España.

Y ser disidente, lo digo desde la experiencia personal, es una forma de vida, una forma de vivir desde la más absoluta Libertad...

Jesús Rodríguez Arias 

lunes, 13 de abril de 2020

Resucitó





Resucitó y este Lunes de Pascua lo celebramos metidos en casa...

Y sobre lo que nos está pasando va mi artículo de hoy lunes en Información San Fernando.

Jesús Rodríguez Arias










RESUCITÓ




Decían que no resucitaría, pidieron incluso guardias a la puerta de la tumba porque creían que los discípulos robarían el cuerpo y es que todo bribón cree que todos son de su misma condición.

Pero resucitó tal y como había anunciado. Con la Resurrección de Jesús se cumplió el plan establecido por Dios Padre para con nosotros que por Amor sacrificó a su Unigénito para liberarnos de la oscuridad de la muerte, de los pesados fardos del pecado que nos hunde en la ciénaga de nuestra propia perdición. Cristo vence a la muerte y nos anuncia a todos que no tengamos miedo, que Él estará siempre con nosotros incluso cuando no lo queramos ver.

Hoy Lunes de Pascua celebramos la Resurrección de Jesús  metidos en casa. Una nueva ampliación del estado de alarma por los estragos que está causando la pandemia del Coronavirus hace que millones de españoles sigamos enclaustrados en nuestros hogares, millones de personas que observan con pavor lo que está sucediendo, las decenas de miles de contagiados y de fallecidos, algunos incluso forman parte de las propias familias. Millones de personas que no hacen más que pensar recluidos entre cuatro paredes y esto hace que el ánimo se baje e incluso se pierda la Esperanza mientras en los hospitales nuestros sanitarios dan lo mejor de sí con demasiados pocos medios, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad así como las Fuerzas Armadas ídem de lo mismo. Quince días más para seguir luchando contra este demoníaco virus, quince días más para ahondar en la tristeza colectiva del conjunto de los españoles que ven como pierden sus vidas demasiadas personas y comprueban como también ellos mismos las van perdiendo porque sus trabajos penden de un hilo.

Hay mucho miedo, nos lo han metido no tanto en nuestras casas sino en los huesos. Miedo a enfermar, a morir, a perder el trabajo… Miedo a salir, miedo a encontrarse con uno de nuestros semejantes, miedo del beso de tu pareja e incluso de los propios hijos. Nos estamos deshumanizando a marchas forzadas y esto al final, cuando el maldito virus sea vencido, nos va a pasar factura.

Ya nos la está pasando porque cuando salimos para algo concreto intentamos no encontrarnos con nadie, huimos de nuestros vecinos, porque todos para todos somos unos apestados. Es verdad que hay que cuidar las condiciones sanitarias en cuanto a la propagación del virus pero pienso que el día que nos abran las puertas de nuestras casas más de uno se va a pensar si sale o se queda en la misma.

Personalmente os confesaré que no tengo miedo pues confío plenamente en Dios y solo Él sabe cuando será mi final por  lo que ese miedo del que os estoy hablando no habita en mi hogar y desde esa perspectiva observo con inmensa tristeza como este maldito Coronavirus se está ensañando con nuestros mayores, los que sacaron a España y a nuestras familias hacia adelante, como residencias de ancianos cuenta con muertos cada día, como afrontan desde la soledad los padecimientos del contagio y la soledad de la muerte. Sensación de vacío es la que tienen sus familiares cuando reciben la llamada que su ser querido ha muerto y al día siguiente para  ir a recoger sus cenizas. La frialdad de la muerte en estado puro. Entierro según reglamentario protocolo y a llorar a casa. Esto simplemente es inhumano. Igual que nuestros ancianos, personas con enfermedades crónicas, sanitarios, Policías, Guardia Civiles, militares, sacerdotes que han sido contagiados por su inmensa labor de salvar al prójimo con la mínima protección.

Ha Resucitado y ya pasó una Semana Santa  inusual y vacía de esencia cofrade. Calles de pueblos y ciudades vacías, silencio mortecino solo roto cada tarde a las ocho donde todos aplauden a los que están dando sus vidas por los demás. Ha Resucitado y espero que esta crisis sanitaria que nos ha dejado a todos desmadejados nos sirva al menos para mirar hacia Dios con más frecuencia, hacia nuestros hermanos, el prójimo, que son todos los que nos rodean. Nos toca humanizar un mundo deshumanizado.

La tarea que tenemos entre manos no es fácil pues cuando todo pase estaremos literalmente destrozados pero Dios lo puede todo.

A pesar del Coronavirus: ¡Feliz Pascua de Resurrección!

Jesús Rodríguez Arias

lunes, 6 de abril de 2020

Déjame ser penitente







"Déjame ser penitente" así se titulo mi semanal artículo en Información San Fernando.

Jesús Rodríguez Arias










DÉJAME SER PENITENTE




Déjame ser penitente y revestirme con túnica blanca, fajarme con esparto y cubrirme con antifaz grana. Déjame ser penitente con la cruz en mi hombro clavada o nazareno que yergue el cirio en su escuadra. Déjame ser penitente para desaparecer del mundo y estar atento a Tu mirada, para orar en la profundidad de mi ser y es que conocerme me aterroriza y espanta.

Déjame Señor, ser tu penitente y cargar con la cruz que tu Cuerpo depositara, donde exhalaste el Perdón, donde tu sangre nos regalaras, donde nos entregaste a María como nuestra Madre, donde expirando a esta vida forjaste la Esperanza.

Déjame ser penitente y caminar tras tu talla donde con la mirada siento Tú dolor y la traición de esos que ayudaste mientras ahora te maltratan con palabras hirientes, con mofas injustificadas, con escupitajos  llenos de odio, con maldad inusitada. Déjame ser penitente para amar como Tú Amas, perdonar como Perdonas, dar mi vida por la Fe que tu Padre me sembrara.

Sí, déjame ser penitente en esta Semana Santa tan extraña donde el dolor y la muerte se dan la mano como si nada, donde el demonio en forma de virus destroza vidas ancianas, mutila a familias enteras, consume a la personas contagiadas como si de apestados se tratara.

Déjame ser penitente y cargar con la cruz en el enclaustramiento de mi casa, la Atalaya de mi vida, donde las horas pasan vagas y cada día es el de todos los días observando como pasa la vida mientras pasa.

Déjame ser penitente para ayudar a quién se enfrentan al virus cara a cara, ayudarlos con mi homenaje, con lo que haga falta, a los sanitarios olvidados enfrentándose a la muerte con recursos de nada, a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado así como las Fuerzas Armadas y las Farmacias y sus empleados, los que limpian nuestras calles y plazas, los sacerdotes que están cerca de los enfermos porque ellos son los médicos del alma, los periodistas que cuentan lo que a esta España enferma le pasa y los Vigilantes de Seguridad que ya su trabajo no es invisible para nada así como todos los que ponen su granito de arena para que esta pandemia cese su  matanza, a los vecinos que aguardan metidos en sus casas con altibajos donde unos días están tristes y otros llenos de Esperanza. Ser penitente de los que por este estado de alarma están perdiendo todo pues las puertas de sus empresas cerraran, de los siempre perjudicados autónomos que a duras penas mantienen erguidas las espaldas.

Déjame ser penitente de la Iglesia por siempre arrastrada, perseguida por los que quieren destruirla, insultada por quienes dicen es su casa, los que son capaces de insultar y menospreciar a los que pensamos que las no deben estar cerradas, los de medallas y honores pero a la mínima de cambio la critican con saña y persiguen a los sacerdotes a los que de todo llaman porque se constituyen en el gran sanedrín de esta sociedad putrefacta.

Déjame ser penitente y perder la mirada en los ojos de los ancianos, los que han dado más que sus vidas, los que a España adelante sacaran y ahora mueren en los hospitales más solos que la una pues este virus parece hecho para matar a quienes parecen una carga así como los enfermos crónicos pues en este desdichado mundo la economía es lo que manda.

Por poco dinero te vendieron Jesús, solo treinta monedas de plata. Qué poco vale la vida para los que no la consideran sagrada, los que defiende el aborto y también la eutanasia, donde el anciano no cuenta ni a los que la enfermedad ataca, todos son prescindibles en un mundo vil e interesado, alejado del misterio de lo divino y entregado a las ganancias donde la vida de todos nosotros no vale absolutamente nada…

Lunes Santo: Hoy tenía que haber sido tan diferente, hoy tendría que ser el Lunes de Oro de nuestra particular Semana Santa, las calles llenas de gentío, los olores de la primavera que se mezclan con incienso y roscos, las lágrimas de los más mayores que ya no pueden a su hermandad acompañarla…

Lunes Santo extraño que vivimos de recuerdos metiditos en nuestras casas mientras conmemoramos por televisión nuestra particular Semana Santa.

Jesús Rodríguez Arias


sábado, 4 de abril de 2020

Enarbolando la bandera de mi Libertad




Esta pandemia, este decretado confinamiento, este arresto domiciliario de toda la población de este país llamado España, este estar encerrado entre cuatro paredes por nuestro bien, le viene de maravillas para hacer y deshacer al gobierno de la nación en torno a su respuesta ante el COVID-19, muy negligente por cierto, así como otros "asuntillos" que se cuelan en el BOE como si tal cosa.

Nos dicen por activa y por pasiva que el enemigo es el virus, que no debemos hablar, opinar, criticar, la acción del gabinete Sánchez pues eso es "deslealtad".

Nos quieren callados, mudos, sordos, ciegos, ante una gestión más ineficaz que otra cosa que está causando miles de muertos, cuando escribo este artículo se acercan a los 12.000 "oficiales", y más de 125.000 contagiados aunque visto lo visto pueden ser muchos más. 

Pero decir lo contrario al "pensamiento común" de este gobierno de inanes es ser considerados por la plebe de cargos orgánicos y públicos como verdaderos traidores porque el sueldo, los privilegios y la pose social le van en ello. Y para seguir en el "candelabro" haya que desprestigiar a los "mamones" que critican a Pedro Sánchez que es el "mejor" presidente y se está dejando literalmente la piel mientras mueren centenares de personas al día, algunos conocidos incluso de estos pero que silencian como si no pasara nada. ¿Tanto erotiza el poder?  Cuando veo a personas moderadas escribiendo sandeces para defender lo indefendible me pregunto: ¿Tanto vale estar en la crema?

Es verdad que el partido que dirige Sánchez ha impuesto a todos sus cargos orgánicos y públicos por medio de Lastra y Ábalos que "desmientan" a todos los que estamos criticando la labor del gobierno de España en la redes o en otro lugares de opinión y eso están haciendo...

No me extraña pues en los partidos políticos suelen tener como norma no tener una opinión personal sino la general que dictamine la dirección por lo cual tantos los cargos orgánicos como públicos hablan a golpe de argumentarios y en este caso no iba a ser diferente.

He leído en varios políticos, todos del PSOE, realizando intervenciones o escribiendo en las diversas redes sociales a favor de su secretario general y presidente del gobierno utilizando ese  manido resorte de utilizar expresiones que los que están en contra a la gestión de Sánchez y compañía creyendo que esto puede desmontar lo que consideran un acto de deslealtad y no saben que el efecto es todo lo contrario pues se convierten de un plumazo en unos lameculos de considerables dimensiones.

No, lo que debemos hacer es apoyar al gobierno que teniendo datos fehacientes, como se ha demostrado, consintió, alentó y permitió las manifestaciones del 8-M, la celebración de partidos de fútbol o congreso y asambleas multitudinarias. Esa negligencia ya ha costado miles de vida y pienso que no se deberían ir de rositas, deberían pagar ante la Justicia por todo el mal que han hecho y siguen haciendo...

No, lo que debemos hacer los que opinamos de forma diferente es apoyar a Sánchez, Iglesias y al maquiavélico Iván Redondo, que es en verdad quien maneja los hilos y las marionetas, pese a la ruina social y económica que nos han metido y que contribuirá al empobrecimiento de todo este gran país.

Sí, ahora tenemos a nuestros políticos fajándose en las redes sociales, haciendo continuos desmentidos, señalando y contestando entre líneas a quienes no estamos para nada de acuerdo con lo que están haciendo ellos y su amado jefe por el que estarían dispuestos a dar la vida porque en verdad les va la vida en ello.

Sí, les va la vida en ello porque saben a ciencia cierta que después de esta "guerra" del Coronavirus amén de las víctimas mortales que ha dejado, de familias por siempre destrozadas, de una Nación triste, desalentada y arruinada, estos que están junto al "dios" Sánchez  serán amortizados, en el mejor de los casos y enviados a sus lugares de procedencia, si aún los quieren, porque de tanto defender lo indefendible se han hecho literalmente el harakiri político pensando que podían permanecer en la esfera pública si defendían al peor presidente que ha tenido España en mucho tiempo.

España necesita como el comer que este gobierno cese de inmediato, que se nombre uno de concentración formado por especialistas en la materia que puedan enfrentarse al virus con las suficientes garantías tanto sanitarias como las posteriores económicas, que tenga una vida de dos años después de la crisis por el COVID-19 y después, restablecida la normalidad si eso es posible, convocar elecciones generales donde el actual gobierno en pleno y sus cargos públicos a nivel nacional estuvieran inhabilitados para volver a presentarse. Eso sería simplemente "normalidad" democrática pues es llevar a cabo el dicho "El que la hace, la paga". Aquí se podrían utilizar eso de que "España no paga a Traidores"... 

A título personal al principio me pusieron a unos cuantos ropasueltas contestatarios que criticaban cuanto escribía, luego callaron al ver que sus palabras, amén de insultos, no solo no eran tenidos en cuenta sino contestado por muchos con argumentos de peso.

Ahora tengo a los del partido de Sánchez lanzando puyas como si dardos fueran aunque os digo que no dais en la diana por una simple razón: No gozáis la Libertad en la que yo vivo.

Por eso seguiré enarbolando la bandera de mi Libertad y seguiré lanzando vivas al Rey y a España al aire. Soy Libre aunque esté encerrado, aunque me quede sin resortes, aunque despreciéis mi opinión y comportamiento. Soy Libre, vivo desde la Libertad, desde la coherencia de pensamiento, no necesito títulos, honores, lugares de privilegio, no necesito ser "alguien" si con ello pierdo el Honor, la coherencia, los valores que me enseñaron desde la cuna. 

Soy Libre y vosotros, los que vivís en el "poder", no podéis, tampoco sabéis, serlo...

Jesús Rodríguez Arias

Nota: A todo esto no sé si os habéis enterado de este hecho:

Nos vamos al Boletín Oficial de las Cortes Generales - Senado - nº 37  donde se quiere debatir la modificación de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, para despenalizar las injurias a la Corona y los ultrajes a España (622/000015)







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